Tanto Parvovirus porcino (PPV) como Circovirus porcino (PCV2) están ampliamente extendidos en la población mundial de cerdos y ambos comparten un fuerte tropismo celular por tejidos mitóticamente activos, como los linfonodos o el músculo cardíaco.
Se ha estudiado que la coinfección de PCV2 y PPV en nulíparas y multíparas gestantes conlleva un incremento de lechones momificados y mortinatos, así como de recién nacidos viables seropositivos a ambos virus. Esto indicaría que las reproductoras carecen de anticuerpos frente a las infecciones por PCV2 y PPV.
Actualmente las futuras madres y las cerdas adultas se vacunan de manera rutinaria para protegerlas contra las pérdidas reproductivas asociadas con PPV y cada vez más, se incluye también la vacunación frente a PCV2 en cerdas reproductoras con el objetivo de buscar una homogeneidad en el estado inmunitario del rebaño y una inmunidad pasiva lo más sólida posible en los lechones. De esta manera se conseguiría una mayor protección frente al fallo reproductivo derivado de la infección por PPV y el incremento de su virulencia cuando va acompañada de una infección por PCV2.
¿Y qué ocurre en los engordes con PPV?
En los cerdos en crecimiento, si bien la infección por PCV2 y sus consecuencias clínicas están muy estudiadas y definidas, el contagio por PPV generalmente no se asocia con ningún cuadro sintomatológico y las granjas de cebo rara vez se monitorean, y aún menos se implementan estrategias de control, frente a PPV en esta fase.
PPV es un virus que normalmente se replica en el intestino del cerdo sin causar síntomas. Sin embargo, cuando PPV y PCV2 coinfectan cerdos aparecen signos clínicos obvios. Estas infecciones coincidentes de ambos virus se han referenciado científicamente tanto en cerdo doméstico como en jabalíes.
El primer estudio experimental que demostró el efecto potenciador de PPV sobre PCV2 se realizó en 1999. Ante la dificultad de reproducir un cuadro clínico evidente al infectar a los cerdos con PCV2, se llegó incluso a plantear la posibilidad de si realmente era PCV2 el responsable etiológico del Síndrome Multisistémico de Adelgazamiento Postdestete (PMWS), pero los ensayos en los que se coinfectaron los animales con PPV si evidenciaron una sintomatología más evidente y grave del PMWS. Los cerdos inoculados experimentalmente de forma mixta con PCV2 y PPV desarrollan lesiones y muestran síntomas más graves que los cerdos infectados solo con PCV2 con hallazgos patológicos muy parecidos a los de los casos de campo de PMWS. Los investigadores reprodujeron la mayoría de las lesiones típicas de circovirosis porcina en cerdos gnotobióticos a los que se inoculó material infectivo procedente de cerdos con enfermedad adquirida de forma natural. En estos cerdos inoculados experimentalmente se detectó tanto PCV2 como PPV y anticuerpos específicos frente a ambos.
Antes de la aparición de la vacuna frente al PCV2, diversos estudios demostraron la coinfección por PPV y PCV2 en un porcentaje de los cerdos con circovirosis adquirida de manera natural, que variaba del 17,4% en un estudio canadiense, al 25,6% (33/133) de casos de circovirosis clínica donde se detectó ADN de PPV mediante hibridacion in situ en un estudio realizado en Corea.
El caso particular del PPV y la Epidermitis Exudativa
En 2004, Kim y Chae investigaron a fondo 142 secciones de piel obtenidas de cerdos diagnosticados de epidermitis exudativa. Aunque el agente causante primario es Staphylococcus hyicus, se demostró presencia de PCV2 en el 8,5% de las muestras, presencia de PPV en el 11,3% o infección concurrente de PCV2 y PPV en el 42,3% de los tejidos.
Se encontró una marcada positividad conjunta tanto a PCV2 como a PPV en todas las áreas inflamatorias en la unión dermoepidérmica, la dermis superficial y ocasionalmente en los macrófagos en los tejidos linfoides. Esto enfatiza aún más la alta prevalencia de infección simultánea por PCV2 y PPV en cerdos en crecimiento y, en este caso en concreto, en cerdos con epidermitis exudativa.
Estos datos proporcionan la evidencia de que PPV sea muy probablemente un cofactor significativo en las enfermedades asociadas a Circovirus porcino en condiciones de campo.
A pesar de que se conocen las consecuencias de las coinfecciones entre los diferentes virus con PCV2, principalmente PRRS y PPV, y que todo indica que son cofactores importantes en la patogénesis de las enfermedades asociadas a Circovirus porcino, la mayoría de los estudios se han llevado a cabo en escenarios previos a la aparición de las primeras vacunas frente a PCV2.
¿Cómo ha cambiado la vacunación masiva frente a PCV2 al papel de las coinfecciones?
El control de la circovirosis porcina se basa en estrategias de manejo, y sobre todo en la vacunación masiva y rutinaria en la mayor parte de las granjas. En condiciones de campo, todas las vacunas comerciales contra PCV2 han demostrado una alta eficacia tanto en términos de reducción de tasas de mortalidad como mejora de parámetros zootécnicos. Estos efectos beneficiosos parece claro que se relacionan con una reducción de la carga de viremia y las lesiones linfoides específicas inducidas por el virus, pero debemos recordar que la vacunación no impide la infección.
Si en general la vacunación no evita la infección, el riesgo de coinfecciones puede estar sustancialmente subdiagnosticado y ser más importante de lo que se puede pensar incluso en animales vacunados frente a PCV2.
De hecho, para simular lo que suele ocurrir en condiciones de campo, se han desarrollado diferentes estudios para evaluar la eficacia de las vacunas frente a PCV2 desafiando a los animales postvacunación tanto con Circovirus como con virus PRRS y Parvovirus Porcino y esto nos puede dar una indicación de la importancia de esta coinfección en el periodo de cebo de los cerdos.