En el modelo actual de alojamientos para cerdos de engorde, la principal crítica suele ser que el bienestar de los animales se ve comprometido por un suelo emparrillado uniforme. Una forma de mejorar este aspecto es ofrecer a los animales diversas opciones. Un punto importante es dar a los animales la oportunidad de organizar su espacio vital en tres zonas: zona de reposo, zona de recursos (pienso, agua y enriquecimiento) y zona de deyecciones. Para limitar la competencia y los conflictos se deben respetar las buenas prácticas en estas tres zonas.
En el marco del proyecto Bâtiporc C4E, dirigido por el Ifip, se han llevado a cabo varias visitas a granjas y conversaciones con granjeros que han aplicado estos principios. El objetivo del proyecto es diseñar una nueva generación de naves porcinas proponiendo un edificio multicriterio en el que se tenga en cuenta:
- el bienestar animal,
- la ergonomía en el trabajo,
- el respeto del medio ambiente y
- las expectativas sociales.
Para diversificar los tipos de suelo y facilitar la especialización de las zonas, a menudo es necesario revisar la densidad animal. Con un engorde sobre suelos de rejilla y 0,65 m² por cerdo, las distintas zonas son bastante compactas.
- Colocación de bebederos y materiales de enriquecimiento: en un sistema de alimentación líquida , los ganaderos generalmente colocan los bebederos y los materiales de enriquecimiento en la misma zona. Esto permite canalizar la zona de actividades hacia un lateral del corral y liberar el espacio restante para las zonas de descanso y deyecciones.
- Los materiales manipulables dispersos por el corral aumentan la actividad de los animales, lo que va en detrimento de la comodidad de los que quieren descansar y puede provocar problemas de comportamiento. Para que este tipo de disposición funcione, hay que reducir la densidad de animales (1 m² por cerdo, por ejemplo) para liberar espacio. La mayoría de las veces, esto permite expresar mejor el potencial de los animales y les facilita el acceso a los recursos.
- La instalación de una zona de descanso puede ser una solución juiciosa para delimitar la zona de descanso. Sin embargo, sería preferible también reducir la carga ganadera para maximizar las posibilidades de mantenerlo limpio y prestar mucha atención a las condiciones de diseño (tamaño, posición, disposición del corral, etc.). En un contexto de elevada inflación del coste de construcción de las naves, y con el objetivo de artificialización cero de las tierras agrícolas convirtiéndose en una realidad, la reducción de la carga ganadera puede parecer complicada. Ello implica o bien reducir el número de cerdas y continuar con las naves existentes, o bien construir naves nuevas.
- Otra solución podría ser aumentar el tamaño de los grupos de engorde. Este concepto ya se aplicó cuando se agruparon las cerdas gestantes en 2013. Los ganaderos que eligieron un método de alojamiento que agrupara a más de 40 cerdas podían reducir legalmente la superficie en un 10%. En efecto, el comportamiento gregario del cerdo, así como su capacidad para organizar sus espacios de vida, permite liberar espacios cuando el tamaño de un grupo de animales supera un determinado umbral. El mismo fenómeno se observa en los engordes gestionados en grandes grupos (corrales de 100 cerdos o más). A pesar de todo, esta elección no es trivial y genera otras limitaciones con las que se tendrá que lidiar (heterogeneidad del lote, método de alimentación, gestión sanitaria, etc.).
- La combinación con una zona de paja (alrededor de 1 m²/cerdo) y una zona de emparrillado (entre 0,2 y 0,4 m²/cerdo) puede ofrecer múltiples posibilidades para la distribución de los corrales. La paja materializa tanto la zona de descanso como la zona de enriquecimiento.
- El sistema de alimentación y los bebederos suelen encontrarse sobre el suelo emparillado y esta zona se identifica también como la zona de deyecciones. Por lo tanto, es necesario diseñar un sistema de ventilación para crear incomodidad en esta zona.
- Para evacuar las deyecciones que se encuentran bajo el emparillado, es preferible utilizar un rascador, ya que será difícil eliminar los restos de paja por gravedad. El principal riesgo de este tipo de diseño es que las zonas se inviertan en verano ya que la fermentación de la cama de paja genera calor y los cerdos tenderán a dormir en la zona del suelo emparillado para mantenerse frescos y probablemente interferirán con la alimentación y la bebida de sus compañeros.
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Hay que tener en cuenta que con suelos com emparrillado total y una densidad estándar, a menudo es necesario agrupar la alimentación, los bebederos y el material de enriquecimiento en la misma zona para limitar la actividad en el corral. Si se reduce la densidad de animales en el sistema de emparrillado (por ejemplo, 1 m²/cerdo), es posible dispersar los recursos para facilitar el acceso de los animales sin riesgo de perturbar la zona de descanso.
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En caso de combinación de area de descanso, suelo emparrillado y alimentación en sopa/liquida, se debe tener cuidado de mantener toda la zona seca.
En general, la distribución de las distintas áreas en un corral sigue siendo algo muy teórico y diversos acontecimientos pueden provocar un cambio en la ocupación del espacio por parte de los animales. A pesar de todo, observamos que en un sistema de alimentación líquida con comederos corridos, la disposición de las diferentes zonas en el corral es más compleja que en comederos en seco o sistema DAC (dispensadores automáticos de concentrado) ya que la zona de alimentación es más grande, lo que bloquea la geometría del corral y reduce las posibilidades de desarrollo.
En el marco del proyecto Bâtiporc C4E en colaboración con las Cámaras de Agricultura de Bretaña y Países del Loira, se ofrecen fichas técnicas para ayudar a los criadores y a sus asesores en el diseño de nuevas instalaciones porcinas: https://batiporc.ifip.asso.fr/