En artículos anteriores hablamos de la existencia de una población especial dentro de las granjas: las supercerdas.
Estas cerdas tienen una característica especial que las diferencia del resto del censo, en su primer parto tienen más de 15 lechones nacidos vivos y son más productivas a lo largo de su vida, con un mayor número de nacidos vivos y totales, mejor tasa de partos y mayor longevidad.
¿Cómo puedo tener más supercerdas en mi granja?
Este tipo de cerdas no dependen del tipo genético, de hecho se han encontrado estas poblaciones en las principales genéticas blancas que se han estudiado, lo que “simplemente” reduce la cuestión a realizar un manejo adecuado de la cerda nulípara para conseguir maximizar su potencial.
Todos sabemos que el primer parto de la cerda es básico, sin embargo, normalmente nos encontramos que suele ser una de las partes más descuidadas de las granjas. Se focalizan muchos más esfuerzos en evaluar el manejo en maternidad, por ejemplo, que en las nulíparas. Algo relativamente lógico porque simplemente es más rápido. La valoración del manejo en nulíparas y primerizas es un proceso largo (años) que necesita de una gran cantidad de datos para que las decisiones se puedan tomar en base a resultados significativos. Este hándicap se hace aún mayor en el caso de granjas pequeñas.
Entonces, si la presencia de supercerdas no depende de la genética, ¿puedo ampliar la producción de mi granja aumentando la población de supercerdas?
El caso real que se presenta a continuación es una granja de 800 madres en la que se implantó el sistema de mejora del manejo de nulíparas en abril de 2016. Dicho sistema de mejora incluye principalmente:
- Formación específica del personal que realiza la estimulación del celo de las nulíparas . En esta granja se detectaba el celo previo a la cubrición, pero no se estimulaba este celo ni los previos
- Registro de los celos previos a la cubrición. Estos datos se usan posteriormente para la correcta planificación de la entrada de las nulíparas a producción dentro de la edad recomendada por la empresa de genética.
- Registro del peso a la primera cubrición para ajustar mejor ambos parámetros: edad-peso. Si una cerda ya ha llegado a la edad recomendada pero no cumple el peso, se dejará pasar un celo, sin olvidar la estimulación.
- Evaluación y control constante, mediante el uso de listados por parte de los veterinarios, de las cerdas disponibles dentro de cada rango de edad:
- Cerdas en adaptación: desde la llegada hasta los 210 días de vida
- Cerdas disponibles para cubrir: desde los 210 hasta los 260 días
- Cerdas atrasadas a la primera cubrición: más de 260 días de vida
- Toda supercerda es crotalada con un crotal violeta que marca la cerda durante toda su vida para que los operarios tengan presente que dicho animal posee un valor añadido frente al resto.
La granja ya adaptaba correctamente las cerdas a los boxes y realizaba la cubrición de nulíparas adecuadamente, por eso estos manejos no se modificaron.
Es importante destacar que durante el periodo evaluado no se realizó cambio de genética, de alimentación ni de personal, así como tampoco hubo modificación de la frecuencia de entrada de cerdas ni sus edades.
Como resultado de esta mayor atención sobre las nulíparas en adaptación, se observó una mejora de los indicadores de manejo de estas cerdas (gráfico 2):
- Porcentaje de nulíparas cubiertas dentro de la edad recomendada por la genética (220-260 días).
- Tasa de eliminación de nulíparas antes de la cubrición (% sobre compradas). Normalmente se mandaban a matadero con causa "no celo".
- Tasa de repetición de nulíparas.
Con la mejora del manejo de las nulíparas, se evaluó el porcentaje de supercerdas en la granja y su posible influencia en la producción final. Tal y como muestra el gráfico 3, el porcentaje de supercerdas casi se duplicó en 2 años y con él, los nacidos totales globales de la granja y los destetados/cerda/año, que aumentaron 3,4 puntos.
Como conclusión, el sistema de manejo y control de nulíparas orientado al aumento de supercerdas puede ser una herramienta para mejorar la producción de la granja, principalmente en gestación, y reducir los costes producidos por eliminación de nulíparas antes de la cubrición.