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Valores energéticos para animales jóvenes y adultos

La valoración del contenido energético de los alimentos para cerdos se basa en su contenido en energía digestible (ED) o energía metabolizable (EM).

La valoración del contenido energético de los alimentos para cerdos se basa en su contenido en energía digestible (ED) o energía metabolizable (EM). Sin embargo, la mejor estimación del contenido energético verdadero del pienso será su contenido en energía neta (EN), ya que tiene en cuenta la diferente utilización metabólica de la EM de los nutrientes. Además, la EN es el único sistema en el cual las necesidades energéticas y el contenido energético de la dieta se expresan en los mismos términos, lo que teóricamente lo haría independiente de las características del pienso. Así, poco a poco, se van prefiriendo los sistemas de EN, prediciéndose los valores de EN a partir del contenido en ED o del contenido en nutrientes digestibles (Noblet, 2001; Noblet et al, 2002). Pero, incluso utilizándose un sistema de EN, será importante tener en cuenta cualquier variación en la digestibilidad de la energía o de los nutrientes.

En la mayoría de las dietas de porcino, el coeficiente de digestibilidad de la energía (CDe o relación ED:energía bruta) varía entre un 70 y un 90%, siendo mayor la variabilidad para las materias primas (0 a 100%). La energía que aportan almidón y azúcares se digiere casi totalmente, mientras que la energía procedente de la proteína y de la grasa se digiere entre un 75 y un 90%. Por tanto, la variación del CDe se debe fundamentalmente a la presencia de fibra en la dieta, que es menos digestible (< 50% en cerdos en crecimiento) que otros nutrientes y que reduce la digestibilidad fecal aparente de otros nutrientes, tales como la proteína y la grasa (Noblet y Pérez, 1993; Le Goff y Noblet, 2001; Figura 1).

Figura 1: Efecto del contenido en FND sobre la digestibilidad de la energía (CDe, %) en cerdos en crecimiento de 60 kg y cerdas adultas (Le Goff y Noblet, 2001).


La digestibilidad de la energía depende del procesado de las materias primas, como la molienda o la granulación (Skiba et al., 2001), pero también depende del peso vivo de los animales. En la Figura 1 se observa que el CDe es mayor en cerdos más pesados y que, en este caso, se ve menos afectado por el contenido en fibra de la dieta. Además, las diferencias entre el CDe de cerdos en crecimiento y cerdas adultas son cada vez mayores conforme aumenta el nivel de fibra de la dieta. Esto es debido a que los cerdos adultos poseen un intestino grueso más desarrollado y maduro y un tránsito digestivo más lento, lo que se traduce en una mayor capacidad para degradar la fibra de la dieta (Le Goff et al., 2002).

Estos resultados sugieren que el valor de la ED no puede considerarse constante a lo largo del ciclo productivo del cerdo. Sin embargo, para simplificar, puede recomendarse utilizar dos valores de energía distintos, uno medido en cerdos de 60-70 kg aplicable a la etapa de crecimiento entre 10 y 150 kg y otro medido en cerdas adultas, alimentadas para cubrir las necesidades normales de gestación, aplicable tanto a cerdas gestantes como a cerdas lactantes. El contenido en ED de algunas materias primas para ambos tipos de animales se muestra en la Tabla 1.

Tabla 1. Valor de energía digestible de algunas materias primas para cerdos en crecimiento y cerdas adultas (INRA y AFZ, 2002).

Materia prima
ED (Mcal/kg1)
a2
b2
Cerdos crecimiento
Adultos
Trigo
3,31
3,37
0,72
1,029
Cebada
3,07
3,15
0,60
1,036
Maíz
3,39
3,53
1,67
1,030
Hna. de soja
3,52
3,73
1,91
1,010
Hna. de colza
2,76
2,97
0,84
1,037
Salvado de trigo
2,23
2,46
0,72
1,068
Gluten feed
2,58
3,01
1,67
1,051
Cascarilla de soja
2,00
2,74
1,91
1,059
1 Peso fresco
2 http://www.inapg.inra.fr/dsa/afz/tables/



Un análisis adicional de los datos de Le Goff y Noblet (2001) indica que las diferencias en el contenido en ED entre cerdas adultas y cerdos en crecimiento son proporcionales al contenido en materia orgánica no digestible (MOND) en los cerdos en crecimiento; con un promedio de 1,0 kcal ED/g MOND (Noblet et al., 2002). Sin embargo, este dato varía según el origen botánico de la materia prima (ver los valores de "a" en la Tabla 1). Por lo general, los mayores valores se dan en los productos de soja y maíz y los menores para los productos de otros cereales y harinas de oleaginosas. Noblet et al. (2003) proponen un método práctico para la estimación de la ED en cerdas (DE.s) a partir de la ED en cerdos en crecimiento (DE.g). Estos autores afirman que la relación DE.s/DE.g (x100) es igual a:

100 + a x 10 x (100 - cenizas) x (100 - b x CDe.g) / ED.g


expresando el contenido en cenizas como % sobre materia seca, la ED.g en kcal por kg de materia seca y el CDe.g como %. Los valores de "b" (Noblet et al., 2003) corresponden a la relación entre la digestibilidad de la materia orgánica y la digestibilidad de la energía (ver algunos valores de "b" en la Tabla 1).

Concluyendo, es altamente recomendable utilizar al menos dos valores diferentes de ED en producción porcina, uno para cerdos en crecimiento y otro para cerdas reproductoras. Este hecho es, si cabe, más importante cuando se emplean materias primas de elevado contenido en fibra, lo que es bastante habitual en la alimentación de cerdas gestantes.

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