Se trata de un truco sencillo, pero muy efectivo, para protegernos de esas pequeñas agujas que tienen nuestros amigos porcinos por colmillos y que, de vez en cuando, nos clavan en nuestros dedos cuando les limamos los dientes, si es que tenemos que hacerlo para evitar peleas y transmisión de enfermedades...
Aunque la tendencia en el sector va encaminada a eliminar o prescindir de este tipo de manejos (corte o limado de colmillos, raboteo…), lo cierto es que aún hay granjas que se ven obligadas a llevarlos a cabo. En nuestro caso, nuestros cerdos son proclives a sufrir epidermitis exudativa, tanto en la maternidad como en el área de transición, con lo cual debemos de limar los colmillos con el fin de mejorar el bienestar animal de nuestros animales.
Tal y como se aprecia en la primera imagen, una lesión provocada por este manejo no es muy grave, pero sí que es desagradable.
Con el uso de dedales de silicona, evitamos estas molestas heridas y contribuimos al bienestar del personal, que también es importante y a veces parece que no lo tenemos muy en cuenta.