¿En tu granja hacéis asistencia a los partos? No es una pregunta trivial, ya que la respuesta depende de muchos factores: el número de cerdas, el número y la calidad de los empleados, la organización del trabajo, el temperamento de las cerdas (genética), la forma y el tamaño de las parideras, etc.
Las grandes explotaciones tienen trabajadores exclusivos del área de partos. En cambio, en las explotaciones pequeñas, con poco personal, hay mucho trabajo y... el tiempo apremia, por lo que el ganadero se ve obligado a elegir, a menudo condicionado por lo que es más urgente, o lo que menos le pesa, y termina favoreciendo unos trabajos en detrimento de otros.
Asistir al parto significa "observar" y, si es necesario, "intervenir" sobre la cerda y/o los lechones. Las intervenciones sobre la cerda se encaminan a reducir la disminución del número de mortinatos (ej: extracción de lechones mal colocados en el canal uterino) mientras que las de los lechones están relacionadas con la reducción de la mortalidad perinatal (ej: asfixia por las envolturas fetales, aplastamiento, canibalismo, etc…). Para la ejecución de algunas de estas tareas, el cuidador necesita "herramientas": guantes para la exploración uterina, lubricante y desinfectante para los guantes, jeringas para administrar fármacos (ej: oxitocina), medicamentos diversos, agujas…
Por lo general, estos instrumentos se colocan en un carrito que se traslada de una sala a otra, o en el pasillo de servicio, lo que obliga a moverse constantemente buscándolos.
Entonces, ¿por qué no te equipas con una práctica riñonera, en la que puedas meter todo lo necesario para los primeros auxilios, que te ahorre improductivos viajes entre jaulas y salas?
La elección de una riñonera adecuada depende de qué se quiera llevar, y en el centro comercial más cercano podrás encontrar artículos de todas las formas y tamaños, ¡o aprovecha alguna que te hayan regalado como gadget publicitario!