La recogida de datos es una de las cosas más importantes durante la cría.
De hecho, hay tantos eventos en la vida de una cerda, que es imposible para el ganadero recordarlos todos. Muchas decisiones se basan en esta recogida y en su posterior elaboración e interpretación. Con demasiada frecuencia, el ganadero subestima su importancia, y cree que anotar en las fichas es aburrido y una pérdida de tiempo. Pero, sin los datos, nos faltan las referencias económicas o sanitarias que nos permiten identificar los puntos críticos.
Actualmente el mercado ofrece muchos programas informáticos que usan y procesan los datos más importantes de la granja, y también ofrecen la posibilidad de imprimir las fichas según la fase productiva: inseminación, parto, destete, engorde…
Pero ¿dónde ponemos la ficha una vez impresa? ¡Evidentemente no en la oficina, lejos de los animales! Debe estar en el lugar donde suceden los eventos que deben ser anotados. Aquí aparece el problema. Una hoja de papel, en una sala con cerdos, tendrá una vida breve: humedad, temperatura, agua, moscas, polvo y… cerdos.
Debemos posicionar la ficha tan cerca como podamos del evento que se va a registrar y la protección no debe ser un impedimento para la escritura. Por ejemplo, si usamos una funda plástica transparente, la ficha estará bien protegida y permitirá la lectura, pero habrá que sacarla cada vez que queramos escribir.
En esta granja han encontrado una buena solución: hay muchos tipos de porta-fichas caseros, pero este destaca por su simplicidad y funcionalidad.
Han usado una plancha de aluminio, un poco más grande que un folio A4, que han doblado por el lado largo, lo que permite colgarla de la jaula de parto. Encima han pegado una lámina de plástico transparente con cinta adhesiva reforzada. La ficha de papel también se fija con cinta adhesiva de doble cara. ¡Y ya está! Para escribir, basta con levantar la lámina de plástico, para leer, siempre está disponible y el papel está protegido de los agentes ambientales.
También pueden hacerse anotaciones rápidas en la lámina de plástico con un rotulador permanente, sin tener que levantarla. Un agujero en el aluminio permite su fácil almacenamiento.