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Caso clínico: Sobrecrecimiento de pezuñas: no todo es culpa del suelo

El sobrecrecimiento del tejido córneo de la pezuña, que provoca "pezuñas en babucha", grietas o separación y laminitis séptica secundaria tiene un origen multifactorial.

Históricamente, la literatura y la sabiduría popular han tendido a sugerir que el crecimiento excesivo de las pezuñas de los cerdos adultos se debe, en gran medida, a la falta de desgaste ya sea debido al confinamiento y a la falta de ejercicio o simplemente a que un suelo demasiado suave no desgasta el tejido de la pezuña. Sin embargo, varias décadas de experiencia, y la naturaleza esporádica de este problema (individualmente, entre granjas y en el tiempo) sugiere que se trata de algo más complejo que un simple desgaste físico. Suele ser multifactorial. Este artículo analiza la biología de la pezuña y explora posibles causas mediante ejemplos de casos clínicos.

Crecimiento de las pezuñas – Anatomía y fisiología

La parte córnea de las pezuñas principales del cerdo está compuesta por queratina dura organizada en una pared y una suela/talón. Mientras que en las patas delanteras las dos pezuñas principales son comparables en tamaño, en las patas traseras las pezuñas externas son más grandes y curvadas que las internas (mediales). Por lo tanto, la pezuña trasera exterior soporta más peso. (Las dos pezuñas rudimentarias de cada pata no soportan peso, por lo que no tienen una distribución suela/pared clara. Sin embargo, pueden crecer excesivamente en algunos casos.)

Los estudios han demostrado que la pared de las pezuñas de las extremidades posteriores crece aproximadamente un 50% más rápido que la de las anteriores, lo que podría apoyar la idea de que el sobrecrecimiento es consecuencia de la falta de desgaste. El crecimiento córneo se produce en la banda coronaria (figura 1) y avanza progresivamente hacia la zona que soporta el peso. De este modo, cualquier interrupción o cambio en la banda coronaria o su función tendrá consecuencias sobre el crecimiento córneo.

Figura 1. Banda coronaria [flecha]. Nótese el crecimiento desigual y el agrietamento de la pezuña.

Figura 1. Banda coronaria [flecha]. Nótese el crecimiento desigual y el agrietamento de la pezuña.

Aunque la conformación y la postura es muy variable entre cerdas, la posición normal de las patas delanteras es más vertical que la de las traseras (figura 2). Sin embargo, esto es muy variable. A medida que la cerda envejece, los metatarsos tienden a inclinarse, lo que altera el ángulo de contacto del pie con el suelo. Esto puede tener relación con la incomodidad de cierto tipo de suelos (figuras 3 y 4) o simplemente ser el resultado del alargamiento del tendón por el peso. La inclinación de la extremidad posterior puede, por supuesto, reducir el desgaste permitiendo el sobrecrecimiento de la parte frontal de las pezuñas, especialmente de la externa (figura 5).

Figura 2. Las extremidades anteriores de esta cerda son verticales, pero las posteriores están inclinadas bajo el cuerpo.

Figura 2. Las extremidades anteriores de esta cerda son verticales, pero las posteriores están inclinadas bajo el cuerpo.

Figura 3. Extremidades posteriores verticales (sin angulación) en una nulípara.

Figura 3. Extremidades posteriores verticales (sin angulación) en una nulípara.

Figura 4. Metatarsos bajos en la extremidad posterior de una cerda.

Figura 4. Metatarsos bajos en la extremidad posterior de una cerda.

Figura 5. Fase temprana de sobrecrecimiento en la pezuña posterior externa

Figura 5. Fase temprana de sobrecrecimiento en la pezuña posterior externa

El crecimiento de las pezuñas depende mucho de la nutrición – tanto de los macro como de los micronutrientes. Al tratarse de una proteína, su crecimiento dependerá de los niveles correctos y del balance de aminoácidos, siendo los amionácidos azufrados, cisteína y metionina, particularmente importantes. Muchos micronutrientes juegan un papel importante en el crecimiento de la parte córnea, incluyendo el zinc, vitamina D, biotina y selenio. Es probable que las interrupciones o las fluctuaciones en el subministro produzcan una deposición errática de tejido córneo en la banda coronaria y esto generará pezuñas desiguales y grietas (ver figuras 1 y 6).

Figura 6. Patas posteriores de una cerda de segundo parto alojada al aire libre con un crecimiento excesivo y desigual de pezunas con divisiones horizontales.

Figura 6. Patas posteriores de una cerda de segundo parto alojada al aire libre con un crecimiento excesivo y desigual de pezunas con divisiones horizontales.

Además, el veterinario no debe olvidar el papel que las enfermedades vesiculares pueden tener sobre el crecimiento de las pezuñas. Si el animal consigue sobrevivir a un desafío así, la alteración de la banda coronaria deformará la pezuña y, en casos extremos, provocará su desprendimiento completo.

Cabe señalar que la laminitis causada por acidosis, bien reconocida como productora de deformaciones en pezuñas de vacas lecheras, no ha sido definitivamente diagnosticada en porcino. (No se ha demostrado que la fermentación en la parte final del intestino se asemeje, de forma significativa, a lo que sucede en el rumen en relación a la inducción de acidosis patológica).

Algunos ejemplos

Ejemplo 1

Una explotación outdoor nueva de 600 cerdas de Anglia Oriental, Reino Unido, sufrió problemas generalizados durante el primer año de producción. Más del 50% de cerdas de segundo parto mostraban sobrecrecimiento y crecimiento desigual de las pezuñas y sobre todo, aunque no exclusivamente, grietas en las mismas (figuras 6 y 7). La excelente condición corporal que las cerdas habian tenido en el pasado se vio comprometida, presumiblemente debido a la dificultad para acceder al alimento.

Figura 7. Separación de la parte distal de la pezuña posterior de la cerda anterior con exposición de la sensible lámina de debajo.

Figura 7. Separación de la parte distal de la pezuña posterior de la cerda anterior con exposición de la sensible lámina de debajo.

La explotación se creó en tierras de pasto y las cerdas entraron en marzo. La hierba estaba particularmente exuberante y para el mes de Septiembre había muchas cerdas cojas. Se les había subministrado una dieta de lactación durante el tiempo que habían permanecido en la granja. Algunas desarrollaron laminitis séptica – el resultado de la aparición de grietas en la pezuña y una infección bacteriana secundaria. Se llevaron a matadero 45 cerdas de segundo parto debido a las lesiones en las pezuñas y otras 12 se eutanasiaron en la granja.

En los 2-3 años previos se habían creado varias granjas parecidas con el mismo origen y sin ningún incidente, por lo que se descartó un origen genético.

Debido a la gravedad del problema y a su naturaleza única, se llevaron a cabo varias acciones.

  1. Eliminación de los animales afectados.
  2. Traslado de todos los animales a un nuevo campo, del que se había recogido recientemente una cosecha de trigo de invierno (es decir, se eliminó el acceso a pastos).
  3. Separación de las dietas de las cerdas para proporcionar una dieta de lactación alta en energía/alta en proteína (18% PB) alternándola con una dieta para cerdas no lactantes con baja energía y baja proteína (14% PB). Se revisaron y recalibraron los niveles de alimentación.
  4. Suplementación de ambas raciones con 40 g/t de una premezcla de Biotina al 1%.

Interpretación

Pese a que las lesiones observadas no eran típicas de una deficiencia de biotina (y hasta el momento en que aparecieron los problemas de pezuñas, la fertilidad había sido excelente) la suplementación de biotina se consideró prudente.

Aunque no se analizó el pasto, se presupuso que al combinarlo con una ingesta alta en proteínas durante la gestación, debido a la estrategia de dieta única, la ingesta de proteína bruta fue excesiva y desequilibrada.

A los 6 meses de la aparición del caso, tras el sacrificio de otras 80 cerdas al destete, el problema se resolvió y las cerdas continuaron produciendo normalmente con mínimos problemas de pezuñas.

Ejemplo 2

Una granja indoor de 250 cerdas de ciclo cerrado con unos modestos niveles de productividad empezó a tener un número creciente de cerdas viejas con "pezuñas en babucha", tanto en las extremidades anteriores como posteriores. El problema llegó a su punto crítico tras llevar a matadero una cerda afectada, lo que comportó el levantamiento de una acta por motivos de bienestar de los servicios veterinarios oficiales. Los casos más graves de la granja se muestran en las figuras 8 y 9. En la primera son evidentes las grietas de las pezuñas.

Figura 8.  Pezuña en babucha en la extremidad anteior de una cerda adulta en alojamiento en grupo.

Figura 8.  Pezuña en babucha en la extremidad anteior de una cerda adulta en alojamiento en grupo.

Figura 9. Pezuña en babucha en la extremidad posterior de una cerda vieja en la misma granja que la figura 8. Nótese también la longitud de los pezuñas accesorias.

Figura 9. Pezuña en babucha en la extremidad posterior de una cerda vieja en la misma granja que la figura 8. Nótese también la longitud de los pezuñas accesorias.

Toda la granja disponía de suelo de paja y las cerdas secas se alojaban en grupos pequeños en corrales dentro de la nave con un pasillo para retirar el estiércol. La granja tenía unos 20 años y producía su propia reposición mediante un programa de cruzamiento alternado (criss- cross) . El problema no se habia visto o reportado antes de principios del 2018.

Una auditoría realizada en la granja detectó 9 cerdas con un sobrecrecimiento patológico de las pezuñas, de las que al menos 3 se declararon como no aptas para ser enviadas a matadero como desvieje y requirieron eutanasia en la propia granja. Todas las cerdas eran de quinto parto o superior.

La empresa que subministraba el semen para el programa de reposición argumentó que no se trataba de un problema genético.

La granja producía su propia dieta con fórmulas creadas por un nutricionista independiente. Mientras que se utilizaron 2 dietas distintas para lactación y gestación, la dieta de para las cerdas no lactantes se formuló, por motivos de coste, para contener 16% PB. Aparentemente, al aumentar la proteína total, se podía reducir el coste de la suplementación individual de aminoácidos. (La dieta de lactación contenía un porcentaje más convencional, del 18% PB.)

También se comentó que, en contra de las recomendaciones, en algún momento anterior se había modificado la dieta de las cerdas de reemplazo para ahorrar costes. Se sugirió que la subalimentación de las nulíparas durante su fase de desarrollo, alrededor de su primera cubrición, tuvo un impacto en la almohadilla de grasa del talón, reduciendo su deposición y alterando la marcha de los animales jóvenes. Evidentemente era demasiado tarde para investigar este suceso, pero podría haber coincidido con la primera cubrición de las cerdas afectadas.

Como no se identificaron problemas en los animales más jóvenes, se consideró innecesario realizar cambios importantes en su dieta o entorno. Se sacrificaron o eutanasiaron los animales afectados tras el destete de su última camada y hasta la fecha no ha habido más problemas.

Ejemplo 3

Como revisión de problemas en cerdas confinadas (jaulas o cinturones) hay que destacar que en el Reino Unido este sistema se prohibió a finales de los 1990s. Antes de ese momento, la mayoría de los granjeros trabajaban con una única dieta para todas las cerdas y sólo puede especularse que el sobrecrecimiento habitual de las pezuñas de las patas posteriores podia estar debido, no tanto al propio confinamiento, como por el uso de una única dieta y por no ser capaces de aportar los requerimientos exactos de la cerda en las diferentes etapas de la lactación.

Conclusión

Desde la perspectiva del veterinario clínico, el crecimiento excesivo de las pezuñas de las cerdas representa tanto un problema de bienestar como económico. Si bien muchas granjas pueden tener casos individuales afectados ocasionalmente –que potencialmente pueden tratarse recortando las pezuñas–, hay que considerar los brotes como un desafío. El sobrecrecimiento del tejido córneo de la pezuña, que conduce a "pezuñas en babucha", grietas o separación y laminitis séptica secundaria tiene un origen multifactorial en el que pueden estar involucrados:

  • Nutrición
  • Genética
  • Ambiente y condiciones del suelo
  • Ejercicio
  • Enfermedades
  • Edad

Parece evidente que la idea tradicional de culpar a un solo factor (genética, falta de desgaste...) parece ser equivocada.

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