En el último mercado del mes de julio la cotización española cerró a 1,305 Euros / kg vivo. En el último mercado del mes de octubre, la cotización de cierre ha sido de 0,955 Euros / kg vivo. Nada menos que 35 céntimos de Euro se han quedado por el camino. Casi un 27% del valor se ha esfumado…
La lógica parece apuntar a que hemos tocado fondo; si no acontece ninguna catástrofe allende nuestras fronteras los cerdos no bajaran más. De momento Alemania y Francia han frenado su propio derrumbe. El precio actual se consolidará fácilmente y el nerviosismo histórico de nuestro mercado nos induce a pensar que habrá rápidos intentos para aumentar la cotización.
Es bien sabido que el mercado de la UE actúa en forma bastante fluida como un sistema de vasos comunicantes: los precios en España no pueden desconectarse de los europeos (ni por encima ni por debajo) so pena de una corrección brusca y brutal.
La cascada bajista de la cotización del cerdo se ha trasladado con pasmosa velocidad a la carne lo que ha imposibilitado a los mataderos recuperar margen en otoño como venía siendo habitual. Ocurra lo que ocurra de aquí a final de año queda claro que el ejercicio económico del 2009 no será bueno para el matadero. Las sangrantes perdidas de junio y julio no han podido ser compensadas.
La lógica ambición del ganadero para aumentar el precio chocará frontalmente con la resistencia numantina de la Gran Distribución, levantar los precios de las piezas de carne será tarea complicada y difícil. La crisis económica global no ayudará. Para recuperar valor del ganado en vivo será imprescindible subir la carne, tan claro como el agua.
El escenario que parece dibujarse es el siguiente: de aquí a fin de año habrá intentos de repuntar que probablemente serán frenados por la inercia de la carne (y el peso de los stocks). Bajar parece imposible, subir será muy complicado.
El último Comité de Gestión de la UE desestimó la petición mayoritaria de los estados miembros de introducir de nuevo restituciones a la exportación de carne de porcino (todos los grandes productores excepto Alemania lo habían solicitado). Muchos han visto en esta denegación de ayuda un claro mensaje político: el porcino europeo debe ajustar su oferta a su demanda interna aunque para ello se instale en la crisis. Es duro pero esta es la realidad.
Acotar los costes, mejorar en el manejo, cuidar al máximo la sanidad,….habrá que recurrir a todos los elementos que mejoren la competitividad para resistir. El camino se anuncia duro pero al final debe escampar.
Como en cierta ocasión dijo Albert Camús: "En lo más crudo del invierno aprendí, al fin, que había en mí un invencible verano"
Guillem Burset |