Managing hyperprolific sows with a focus on the litter. F. Bortolozzo, Universidade Federal do Rio Grande do Sul
Brasil tiene 2.015.000 cerdas y el 71,5% está concentrado en el sur (Porto Alegre). La prolificidad ha ido subiendo +0,2 lechones nacidos totales cada año desde 2008 a 2023 y en las granjas más eficientes en +0,22. Esto ha dado lugar a una mayor variación en el tamaño de las camadas, reducción de su viabilidad, aumento de la duración del parto y aumento de la mortalidad de los lechones lactantes y cerdas. El 30% de las cerdas tenían partos de más de 4 horas (348 minutos) frente al 40% actual, cuando hay también un porcentaje importante de más de 6 horas. Los lechones nacidos de estos partos tienen una temperatura corporal más baja y las cerdas presentan un menor consumo voluntario de pienso en los días siguientes.
La producción de calostro es menor en cerdas con partos de más de 5 horas en las primerizas y también observan una retención parcial de placentas asociado a un aumento de los nacidos muertos. La mortalidad de los lechones antes del destete se ha incrementado por la dispersión de pesos, la presencia de más lechones con bajo peso y la pérdida de temperatura corporal en ambientes con temperatura inferior a 25ºC (tardan más tiempo en recuperar su temperatura corporal), lo que multiplica por 3-4 la mortalidad en los primeros 7 días de vida.
Consideran que el 30% de los lechones muertos en lactación se explica por una toma de calostro inferior a 200 gramos. El número de tetas funcionales en base al número de nacidos vivos es otro de los factores limitantes. Las estrategias para incrementar la supervivencia en los lechones lactantes se centran en tres apartados: nodrizas, manejo de adopciones/cesiones y suplementación de piensos de arranque.
Seleccionan las cerdas nodrizas con mejor condición corporal y mayor apetito. Tienen en cuenta, como factores limitantes, la diseminación de agentes infecciosos (PRRS, gripe), así como la posterior salida a celo y fertilidad. La suplementación extra de calostro, reemplazantes lácteos o concentrados energéticos puede incrementar la supervivencia. La práctica de cross-fostering nos permite destetar más lechones por cerda, aproximadamente 1 más por ciclo sin que varíe su peso al destete, ni por lechón ni por camada. Los pesos medios de los lechones destetados (13-14) a 21 días de vida rondan en medias de 4,8-5,8 kilos vivo. Podemos identificar cerdas que adopten lechones con mejor pronóstico analizando su historial: partos de 2-3-4 y 5, menor mortalidad en lactaciones anteriores, menor tasa de nacidos muertos y mayor producción lechera (más de 10 litros/día, peso al destete superior, mayor consumo de pienso, especialmente al día 5-7 después del parto).
Sweltering swine: How gestational heat stress shapes sow pregnancy and offspring development. J. Johnson, University of Missouri
La fertilidad desde septiembre a marzo es mejor que durante los meses de verano. Las cerdas actuales son más productivas y tienen un metabolismo aumentado con mayor producción de calor endógeno y más sensibilidad al estrés por calor. El equilibrio entre ganancia y pérdida de calor depende de su temperatura corporal, condiciones ambientales y procesos metabólicos, así como de cambios de comportamiento. En la respuesta biológica al estrés térmico tenemos una reducción del consumo de pienso, de la condición corporal y de la producción de leche, peor bienestar, mayor mortalidad y pérdidas de productividad.
Estiman el impacto económico entre 55-79,20 $/cerda, con una reducción del 17,4% de las tasas de fertilidad en los meses de verano. Las fluctuaciones de temperaturas en las fases previas a la inseminación pueden provocar también una reducción del tamaño de camada, de entre 1-1,5 lechones. La causa es el aumento de la inflamación y su impacto en la función ovárica, el aumento de la resistencia a la insulina y la utilización de la glucosa, la reducción de los embriones viables (variable según estudios) y el aumento de la mortalidad embrionaria. Lógicamente el rango de temperaturas que provocan estrés térmico es crítico (moderado de 26-32ºC y elevado de 33-36ºC), siendo superior en altas temperaturas, lo que da lugar a menor tamaño de camada y aumento de nacidos muertos cuando tenemos estrés térmico agudo en días previos al parto.
El estrés térmico en el útero (IUHS) está asociado con efectos económicos negativos sobre la programación fetal, relacionado con una reducción de un 10 y 9% de la ganancia media diaria e índice de conversión respectivamente. También da lugar a un aumento de los niveles de hormonas relacionadas con la respuesta al estrés de los animales y su bienestar (agresiones, estereotipias y reducción de su actividad). Los lechones IUHS tienen una mayor respuesta proinflamatoria de citoquinas, con aumento en los niveles de cortisol, estudiando su posible impacto sobre la morbilidad y mortalidad. La mortalidad de lechones lactantes en cerdas sometidas a estrés térmico es superior. La placenta de cerdas sometidas a estrés térmico tiene menor fibras musculares uterinas y se han identificado numerosos genes relacionados epigenéticamente.
Las soluciones pasan por prácticas de manejo (sistemas de refrigeración efectivos esenciales en cerdas en lactación, destete a salida a celo y primer mes de la gestación), optimizar las prácticas de nutrición y poner en valor la termo tolerancia de las genéticas. El índice de estrés térmico en porcino se desarrolló en 1959 por Thom y consideraba la humedad relativa junto a la temperatura, teniendo hoy la App HotHog disponible tanto en iOS como en Android.
En el plano nutricional debemos reconsiderar las necesidades de mantenimiento en las cerdas durante la gestación por el balance energético positivo (durante el estrés térmico se requieren el 64% de las necesidades de energía de mantenimiento). En el plano genético, el incremento de la productividad está correlacionado negativamente con la termo-tolerancia. Las temperaturas elevadas aumentan la temperatura corporal, pero los mecanismos de pérdida de calor fallan, pudiendo provocar el colapso del animal. La tolerancia y la sensibilidad al calor no van de la mano a la hora de valorar biológicamente su diversidad genética. En estos momentos están trabajando en identificar biomarcadores que predigan la tolerancia al estrés térmico, en analizar la variabilidad del microbioma para predecirla, evaluar los efectos epigéneticos transgeneracionales y los parámetros de medición en las cerdas (aumento temperatura corporal en diferentes puntos), priorizando la supervivencia a la productividad.
Augmenting piglet survival as litter size increases. M. Knauer, North Carolina State University (Sponsored by the National Pork Board)
En EEUU entre 2020 y 2024 han pasado de destetar 11,05 a 11,78 lechones/parto de media (MetaFarms). La tríada acceso de nutrientes por el lechón, personal e instalaciones está en la base de maximizar la supervivencia de los lechones. El manejo de la toma de calostro es esencial, debiendo considerar las tetas disponibles y la calidad de trabajo de las personas que los atienden. Los amamantamientos parciales por grupos de lechones cada dos horas muestran buenos resultados si se hacen bien. El diseño y dimensiones de la plaza de partos influyen en la supervivencia de los lechones, con resultados controvertidos en la literatura. En trabajos recientes no publicados (Knauer), al pasar de 198 a 213 cm por cerda se incrementa 5 puntos la supervivencia (recomiendan un mínimo de 200 cm/cerda). Debemos tener en cuenta el aumento del tamaño de las cerdas actuales. Vargovil (2022) reporta una relación inversa entre los nacidos muertos y la supervivencia de lechones con el área disponible para la cerda en la jaula de partos. Los mortinatos se reducen (9 a 5,6%) al dar varias comidas al día antes del parto. Los nacidos muertos guardan relación directa con la duración del parto. Mejor dar dos comidas al día que usar cloruro cálcico para reducir los nacidos muertos.
No encuentran estrategias de alimentación consistentes para aumentar el peso de los lechones al nacimiento. La producción de calostro es crítica y se ve incrementada por una mejor práctica de alimentación en el periodo anterior al parto (más consumo), sabiendo que al aumentar el tamaño de camada se reduce la cantidad media de calostro por lechón y que, a más tetas funcionales, el consumo de calostro por lechón se incrementa. El peso de la camada al destete es mayor al aumentar la ingesta de calostro, con una correlación positiva con la supervivencia en lactación (cada teta adicional proporciona un 2,5% más de supervivencia). Concluyen con la importancia de identificar en cada cerda el número de tetas funcionales.
The changing environment of boar studs. D. Reicks, Reicks Veterinary Research & Consulting, Minnesota
La presentación se centra en 30 trabajos de investigación y 30 años de experiencia en el tema como consultor. Entre 2000 y 2024, el uso de sistemas de filtración de aire ha reducido la frecuencia de cuadros de PRRS del 15 al 1% en los centros de inseminación. Se necesitan pocos filtros con un coste eléctrico elevado (10-40 $/verraco). Los verracos de líneas puras son menos resistentes al estrés térmico y los problemas de contaminaciones bacterianas en semen por alta humedad aumentan. Es importante considerar la presión positiva del sistema (16-18 yr). Considera importante tener en cuenta la longevidad de la edificación además de su capacidad de controlar las condiciones ambientales frente al estrés térmico y las medidas de bioseguridad para la elevada sanidad.
El coste de plaza por verraco en un centro de inseminación en EEUU ha pasado de 1.500 $ en 1996 a 3.600 en 2008, 6.000 en 2018 y a 11.000$ en 2024, pasando de 0,25 a 0,50 y 1,50 $/dosis. En Europa los estándares de espacio por verraco son de 6 m2. Debemos tener en cuenta otros factores en su alojamiento, como son la seguridad en su manejo para las personas, facilidad del trabajo, tipo de camas (paja, rejilla) junto a su bioseguridad y el flujo de verracos dentro del centro. La mayoría de las bajas de verracos son por eutanasia (50-75%) suponiendo una elevada tasa de reposición por problemas locomotores, algunos de ellos por osteocondrosis (OCD) a los 8-10 meses de vida. Desde 2020 han observado un incremento en el porcentaje de verracos desechados por problemas de movilidad que suponen aumento de presión en tejidos, bajo consumo de agua – pienso y menor irrigación sanguínea en tejidos osteoesqueléticos. En cuanto a las medidas de bioseguridad, han aumentado a 7 días el periodo de tiempo entre visitas a otros centros y el uso de hot room – habitaciones calientes, donde dejar el material que entra en el centro durante un periodo de tiempo asociado a medidas de desinfección (ultravioletas). Para la detección temprana de virus PRRS, PCV es más eficiente monitorizar en sangre (vena safena o auricular) que en semen, donde las alteraciones en calidad seminal aparecen más tarde tras el inicio de la infección. El uso de fluidos orales es una alternativa a considerar. Ante cualquier mínima sospecha en los resultados de laboratorio o clínica debemos suspender la distribución del semen a las granjas de cerdas. De la misma manera debemos cuidar la calidad del semen y manejar el riesgo que ello supone por su impacto sobre la productividad. La contaminación por la bacteria Serratia mata los espermatozoides además de provocar aglutinaciones. Dicha bacteria podemos encontrarla en prepucio y heces de los verracos. La correcta colecta de muestras, conservación y analítica son críticos en su determinación.
Sow housing: Challenges and opportunities in a changing environment. T. Parsons, University of Pennsylvania
Sus estudios se centran en la seguridad alimentaria y su relación con la producción, debiendo ser socialmente aceptables, para lo cual deben tener legitimidad, credibilidad y ser verdaderos. Las instalaciones de gestación tienen un componente reactivo más, teniendo en cuenta que la generación de los baby boomers no las conoce en su mayoría y, cuanto más conocen, más las refutan. Las expectativas sociales deben tenerse en cuenta desde la perspectiva del animal y no tanto desde la rentabilidad, por lo que es interesante conocer la experiencia de los animales.
Observan ciertas variaciones en las preferencias de las cerdas gestantes en su comportamiento con respecto a su presencia en el punto de alimentación y el tiempo que pasan en el semi box y en su exterior. Esto depende de numerosos factores como el tiempo disponible, el espacio, la experiencia previa, el número de partos, el momento de gestación, la posición que ocupan en la jerarquía y su comportamiento individual.
En cuanto a las salas de partos, tenemos la posibilidad de ser proactivos y definir los factores a considerar para las mejores soluciones tanto viables económicamente como socialmente aceptables. Las instalaciones permanentes (3,3 x 4,6 m2) frente a las libres (6 x 9,2 m2) y las de alojamiento temporal (3,3 x 4,6 m2) son las opciones que se barajan. En Europa las primeras están prohibidas en Suiza, Noruega y Suecia, tendiendo a ello en Alemania (2036), Austria (2033), habiendo presiones en el resto de Europa, y también Nueva Zelanda (2025). En el resto del mundo está menos claro, incluido EEUU donde el tema lo tratarán dentro de la siguiente década y donde la National Pork Board (NPB) ha desarrollado un plan de investigación a cinco años para estudiar futuras salas de partos.
Los sistemas de partos deben considerar dos partes, el de la cerda y el de los lechones, considerando factores ambientales, nutricionales y la mortalidad de los lechones lactantes, que además se han visto agravados con las modernas genéticas más prolíficas, donde numerosas prácticas de manejo para mejorar su supervivencia se ven confrontadas con los partos libres. El bienestar de las cerdas se centra en la limitación de la movilidad, manifestación de su comportamiento natural e interacción con su camada. Los aspectos de manejo de los animales y su sanidad también son contradictorios en los partos libres. El sistema híbrido (confinadas <7 días) favorece todas las pautas de manejo centradas en los primeros días. En este sistema debe considerarse el trabajo extra para el personal y el empeoramiento de la tasa de aplastamientos de lechones mayores, del mantenimiento de la higiene de parideras y del riesgo de lesiones para los trabajadores. No se observan diferencias en la mortalidad en lactación tras de 4 o 7 días de confinamiento.
20 years of group housing at CVFF: Achievements and key lessons learned. C. Roudergue, Country View Family Farms. Pensilvania
En su empresa familiar cristiana de integración vertical fundada en 1923 donde hoy trabaja la sexta generación, con 115.000 cerdas y 2,8 millones de cerdos a matadero al año (11º en EEUU), trabajando con gestaciones libres con sistemas de alimentación tanto en estaciones electrónicas como automáticas donde alojan a las cerdas en diferentes momentos de la gestación (al destete, a la inseminación, antes o después de la implantación).
Tras varios viajes a Europa, desde 2002 llevan trabajando en gestaciones libres, llegando a tener todas las granjas en la certificación Proposición 12 desde 2023. En 2007 inauguraron la primera granja con sistema electrónico de alimentación. Optaron por flujos estáticos de gestación, minimizando la mezcla de animales y la subutilización de los espacios. También realizaron grupos dinámicos con mezclas semanales, al tiempo que probaron una modificación de la gestación en flujo estático, teniendo algunos parques libres que luego movían cerdas de >70 días de gestación (“parking area”). Cada lote se segrega por parto (nulíparas, primer parto y segundo parto en adelante) y condición corporal de forma estricta. Esto requiere el entrenamiento previo a las estaciones electrónicas de las cerditas futuras reproductoras y ubicar las primerizas juntas para recuperar su condición corporal después del destete.
En la transición de jaulas a libres, los sistemas con comedero corrido en grupos pequeños de animales (4-9) comiendo una vez al día funcionaron correctamente, manejando la condición corporal por grupo y no alterando el comportamiento de alimentación de las cerdas, siendo sencillo de operar y mantener por los trabajadores.
En su experiencia, el manejo de cerdas dominantes en grupos grandes es más sencillo que en grupos pequeños. Los sistemas de alimentación electrónicos (ESF) aportan soluciones importantes como que las cerdas comen de una en una, están más tiempo en locomoción, se establecen jerarquías precisas a la hora de comer lo que es más susceptible a la hora de variar las curvas de consumo y el flujo de animales en cada estación, lo que supone un problema si ubicamos cerdas en fases previa a la implantación y en momentos de elevadas temperaturas donde se alteran las horas en que las cerdas van a comer, impactando en la relación entre tasa de concepción y tasa de partos. En su experiencia, cuando alojan cerdas antes de la implantación pierden de 2-3 y 3-4 puntos porcentuales cuando son grupos estáticos o dinámicos, al mismo tiempo que la mortalidad de las cerdas sube 2 y 3 puntos con respecto al alojamiento individual. En cuanto a los problemas locomotores, ponen la atención en la selección de las futuras reproductoras, reducir las superficies húmedas (atención a localización de bebederos), evitar barras metálicas, tornillos o salientes que provoquen traumas, además de prestar especial atención y cuidado en la detección temprana de las lesiones en patas o cualquier problema individual, realizando tratamientos rápidos y precisos (1-2 personas por cada 5.000 cerdas), contribuyendo de forma positiva a la reducción de muertes – eliminación de cerdas. La atención y el cuidado individual de los animales es esencial en su práctica.
Breeding herd labor retention in a changing environment. J. Christensen, Eichelberger Farms Inc. Iowa
Los valores de su compañía son la pasión, la integridad, el crecimiento y el empoderamiento. Empezaron su actividad en 1972 y tienen 66.500 cerdas en 16 sitios, la mayoría en propiedad en Iowa y Missouri, produciendo 1,55 millones de cerdos al mercado y 260 empleados. Se centra en tres apartados principales: beneficios de la industria, salud de las granjas y equipo de trabajo.
El 60% de los empleados están en las granjas de madres, de aquí la importancia del papel del responsable de las granjas de madres. Como ejemplo en una granja de 5.000 madres: 15 millones de dólares el valor de la granja, 5,5 millones el valor de los lechones destetados y 1,5 millones el valor de las cerdas. Las cualidades de dicha persona deben centrarse en el cuidado de los animales, la bioseguridad, la seguridad en el trabajo y el manteniendo del equipo humano. La eficiencia en el reclutamiento de personas dentro del equipo de trabajo es esencial. Cuando un trabajador nuevo llega a la granja, el primer día hacen un checklist (lista de verificación) de sus tareas, dos semanas de transición (formación, tareas restringidas y tiempos para la realización del trabajo incluyendo uso de materiales – medios necesarios para su trabajo, cumplimentación de informes y cadena de transmisión de la información tanto horizontal como vertical), terminando con la verificación de los trabajos realizados. El proceso de entrenamiento incluye la parte teórica, la aplicación práctica y la verificación, con el logro de los diferentes hitos que supervisa el responsable y que está controlado de forma centralizada en la empresa.
Por ejemplo, como desarrollo del entrenamiento de un encargado los puntos a desarrollar son su identificación como líder (estilo de pensamiento, inteligencia emocional intra e interpersonal y líder situacional), conocimiento de sí mismo, conexión con las personas del equipo y optimización de los datos productivos. Identificar, programar y delegar son las tareas para llevar a cabo por el responsable. Las estrategias para retener personal son un salario competitivo y aportar beneficios adicionales (seguro médico, seguro dental, viajes, vacaciones extra, bonus, comidas, eventos) tanto a nivel colectivo como individual. Dentro de la cultura de la empresa, la comunicación es un factor importante basada en los resultados, experiencias, necesidades y aportaciones. La visita a las granjas y la interacción con el personal lo consideran esencial para dar visibilidad al trabajo de las personas dentro de la empresa.
Technologies for improving swine production. S. Leonard, North Carolina State University (Sponsored by the National Pork Board)
Las granjas de precisión (PLF) utilizan tecnologías para mejora el manejo, la productividad, la salud, el bienestar y el beneficio. Pueden hacer un manejo más preciso por departamento, sala o a nivel individual, mejorando la productividad por animal y persona, mejorando la interacción entre personas y animales, la sostenibilidad, reducir los costes y hacer más atractivo el trabajo (enchufar y empezar – “plug & play”). Pero también tienen limitaciones como el abandono, no son autónomas del todo, tienen mantenimiento para mantenerlas en perfecto funcionamiento, no reemplazan totalmente el aspecto humano y pueden desviarse de lo que les decimos que hagan.
Dichas tecnologías tienen varios componentes centrados en la recolección de datos, análisis, acción – decisión – sugerencias y registro. Esto debe tener su feed-back. Antes de adquirir estas tecnologías debemos analizar si resuelven problemas en nuestra empresa, si nos proveen valor, si están alineadas con nuestras necesidades y objetivos futuros y aportan beneficios que están avalados por datos de universidades, compañías privadas u otros productores. Es preciso, por supuesto, hacer un estudio de retorno de la inversión, analizando los costes (pago inicial, mantenimiento, reemplazamiento y el tiempo para aprender a usarlas) y los beneficios (mejora parámetros productivos, incremento del beneficio financiero, reducción de tiempos, reducción de la frustración e incremento en la satisfacción del trabajo).
Dentro del manejo del ambiente tenemos numerosos sistemas de precisión como sensores automáticos que monitorizan la humedad relativa, la concentración de gases, configuran los sistemas de ventilación, recogen automáticamente datos y alertas y funcionan con control remoto en base al servicio de datos en la nube. La vida media de los sensores depende de las prácticas de lavado y calibración, que debemos considerar dentro de sus costes de mantenimiento. Los sistemas de control electrónico de consumo de agua por corral o sala nos ayudan a detectar patologías y estrés térmico, pudiendo comparar datos entre grupos, granjas, estaciones, momentos de producción, e interaccionarlos con los parámetros productivos.
Incluye en dichos sistemas de granjas de precisión los softwares de análisis de datos (Pig Champ, Metafarms), los sistemas electrónicos de alimentación de cerdas (Jyga technologies, Osborne) que deben de ser recalibrados cada cierto tiempo para su máxima precisión. Lo mismo en el caso de los sistemas electrónicos de pesaje, las cámaras de estimación de peso que, además, tienen que ajustarse a diferentes genéticas. Los sistemas de monitorización de la actividad mediante cámaras de visión nos permiten valorar el comportamiento y bienestar de los animales, dándonos información sobre sus patrones de consumo de agua, pienso y sanidad.
El uso de cámaras térmicas asociadas al teléfono nos permite analizar el microclima de diferentes áreas y de los propios animales, aunque no son muy precisas para detectar la fiebre. Refieren los detectores de celo, tanto basados en las visitas de las cerdas al verraco recela como por la actividad y cambios posturales de las cerdas detectados por cámaras 3D y acelerómetros. Para su uso práctico debemos considerar el volumen de datos, la frecuencia y velocidad de la información en nuestros centros, precisando las necesidades de conexión y accesibilidad tanto presente como futura, el tiempo y coste del almacenamiento de los datos, la seguridad y privacidad de los datos, así como el soporte tecnológico.
Heat stress in sows: Impacts and strategies for improving production and welfare. J. Johnson, University of Missouri
La producción porcina global se ha incrementado por 4 en los últimos 50 años. La producción de calor metabólico en las cerdas modernas se ha incrementado un 133%, por lo que la tolerancia al calor es menor, teniendo mayor sensibilidad al estrés por calor tanto en gestación como en lactación. Esto implica que los parámetros reproductivos y la mortalidad pueden verse perjudicados. El impacto del estrés térmico en EEUU en septiembre 2024 se ha estimado en 511 millones de dólares. El estrés térmico en el útero tiene efectos negativos en la respuesta inmunitaria, desarrollo embrionario – fetal, metabolismo energético y reduce el consumo de alimento para equilibrar la producción – pérdida de calor, alterando los costes de mantenimiento y la partición de nutrientes (absorción de nutrientes). El estrés térmico durante la gestación no perjudica el consumo de pienso. Recientes estudios demuestran que el coste de mantenimiento en las cerdas se incrementa durante la fase de estrés por calor en diferentes especies, incluido el cerdo. En cerdos de engorde estiman unas diferencias de -590 y -430 kcal/día de gastos metabólicos de mantenimiento entre 30-50 y 60-90 kilos vivo respectivamente, lo que implica el incremento del nivel energético del pienso en estas situaciones.
En cerdas reproductoras el estrés por calor afecta a los cuerpos lúteos de forma negativa, no encontrando relación con su efecto en el desarrollo mamario. En estos momentos están estudiando cómo puede afectar a la calidad del calostro y la leche. Sí que observan un mayor engrasamiento en las cerdas sometidas a estrés por calor. El efecto sobre la lactogénesis ya se estudió en 1966 en vacas de leche en la Universidad de Missouri y es similar en cerdas lactantes, impactando negativamente. El 60% de la producción lechera se pierde en relación con el menor consumo de pienso, teniendo un punto de corte crítico cuando el consumo real baja más de un 20% del esperado. Para estimar la producción de calor y medir el balance de energía podemos utilizar un calorímetro indirecto, método que utilizan en su estudio. Observan variaciones de 20,4% de aumento del metabolismo de producción de calor en caso de estrés por calor con una reducción de ese mismo porcentaje en el peso de la camada al destete.
Las estrategias de enfriamiento de salas de partos como primera línea de defensa deben utilizarse de forma proactiva para evitar estas graves penalizaciones en las cerdas lactantes. En un estudio sobre 97 granjas en varios estados observan respuestas variables en cuanto a la temperatura crítica a partir de las que detectan estrés térmico en las granjas. Ya en 1998 se desarrolló el índice de estrés temperatura – humedad en cerdos de engorde (en humana en 1959 y en vacuno en 1970). Las recomendaciones son de 12,6-15,6ºC al final de la gestación y 13,2-16,4ºC en cerdas vacías y durante los primeros dos meses de gestación como preferencias para las cerdas en sus rangos de termorregulación. Estiman que a partir de 24-25ºC comienza a haber un moderado estrés térmico, siendo grave a partir de los 30-32ºC y medio entre 25-30ºC. Utilizan el programa HotHog disponible en iOS y Android para valorar el índice térmico en la práctica de las granjas.
Managing seasonal variation and herd capacity constraints. M. Knauer, North Carolina State University
La mejora genética, el mantenimiento de la condición corporal y el manejo de las cerdas son tres pilares para entender el comportamiento de las cerdas frente a la estacionalidad. En EEUU estiman unas pérdidas de 450 millones anuales por las elevadas temperaturas en las granjas de porcino. Los lechones producidos por cerda se reducen en los meses de invierno, teniendo una variación estacional.
En un estudio sobre 44.000 cerdas con una tasa de abortos de 0,65 a 3,5% al final del verano y principio de otoño, analizando numerosos factores, observan que la tasa es menor en granjas con sistemas de refrigeración y suficientes ventiladores. Es interesante analizar en qué punto de la granja se producen los abortos (puntos de entrada o salida de aire, más o menos próximos a los ventiladores, áreas con mayor humedad relativa, niveles de aislamiento e insolación de naves). La tasa de abortos es menor cuando las cerdas comen más en lactación (1 lb/día = -0,22% abortos), mientras que en la gestación es, al contrario, donde un sobreconsumo aumenta la tasa de abortos. En un estudio reciente observan un incremento de consumo de pienso de 5,8 a 6,6 kg/día/cerda asociados a los sistemas de refrigeración en lactación. La condición corporal y el número de partos son dos factores sumatorios en relación con la infertilidad estival. Un exceso de pérdida de condición corporal aumentará el intervalo destete a celo y esto nos dará lugar a una peor fertilidad (IDC como predictor de la fertilidad).
El papel del personal de granja en el control de estas variables y cuidado individual de las cerdas tiene un impacto positivo en la reducción de problemas asociados a pérdidas de productividad por abortos y repeticiones.
Opportunities to reduce sow mortality: a South American perspective. F. Bortolozzo, Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Brasil
Brasil tiene 2.015.000 cerdas concentradas el 71,5% en tres estados del sur. Sanitariamente son negativos a PRRS y positivos a PPC, con granjas con ventilación natural en mayor número y más trabajadores por número de reproductoras (1:150-200 cerdas). Los factores asociados a la mortalidad de cerdas los engloba en base a su peso al nacimiento en cerdas dedicadas a futuras reproductoras, donde es importante el número de cerdas que llegan al tercer parto y tienen menor tiempo de reposición. La tasa de mortalidad se va incrementando a medida que aumenta el tamaño de la granja del 8,4 al 12% en granjas de <1000 a >5000 cerdas. En cuanto a la productividad de las cerdas, la mortalidad no varía significativamente (26,6 a 32 lechones/cerda/año). El ambiente es un factor importante, sabiendo como a >30ºC la mortalidad en el periparto se multiplica, siendo mayor en verano que en invierno. En cuanto al tipo de suelo, la mortalidad varía poco. Durante el parto y periparto la mortalidad es el 50%.
En su estudio sobre 88 granjas de Brasil la mortalidad está en una media del 8-10%. Los prolapsos suponen el 19% de las bajas, las úlceras gástricas el 9,9%, la torsión de hígado el 8,3%, la artritis supurativa el 8,2%. Dentro de las estrategias para reducir la mortalidad de cerdas en base a un estudio en un sistema de 30.000 cerdas donde estaban con un 15% de mortalidad, redujeron 2,5 puntos al implementar un mayor cuidado – atención de las cerdas asociado a una precisa información de las cerdas, una inspección diaria de todos los animales (patas, consumo pienso, fiebre, vómitos, actividad) e identificación temprana de cerdas en riesgo de problema en el área de cubrición y gestación, realizando los tratamientos que sean precisos.
Un punto importante es constatar el consumo de agua para lo que precisan saber cuál es el consumo real de agua diario a nivel de granja y comprobar que cada cerda bebe lo que necesita. Debemos tener en cuenta la temperatura del agua, ya que las temperaturas elevadas reducen drásticamente el consumo de pienso con las consecuencias que ello supone tanto en gestación como especialmente en lactación.
El tamaño de los grupos en gestación y su condición corporal son puntos de especial atención. Los grupos pequeños de 11-20 cerdas son más fáciles de controlar. El plan de reemplazo de cerdas es esencial para mantener un flujo continuo de producción y una tasa de retención adecuada, por lo que la calidad de las cerditas en cuanto a edad, peso y sanidad, junto con aplomos se determinan esenciales. La nutrición de las cerdas para mantener una buena condición corporal evitando cerdas con sobrepeso apunta a una reducción de la mortalidad. Mantener una correcta condición corporal desde el nacimiento a la segunda gestación (350 días de vida) lo estiman como una oportunidad para reducir la tasa de mortalidad.
Antonio Palomo Yagüe