¿ Tras la prórroga del acuerdo del Mar Negro, el precio del trigo y la cebada bajará más en las próximas semanas? ¿Sobre qué precio creen que se moverán?
El pasado 19 de noviembre se aprobó la prórroga del acuerdo sobre el corredor de cereales, con el fin de desbloquear las exportaciones desde Ucrania. Dicha prórroga será de 120 días más, durante los cuales se podrá seguir exportando cereales con el fin de garantizar el suministro. Es cierto que gracias al corredor del Mar Negro se han exportado ya más de 8 millones de toneladas, de las cuales han llegado a puertos españoles aproximadamente el 22% del total. En definitiva, ha favorecido una oferta mucho más holgada a precios más baratos. Eso sí, no debemos dejar de tener en cuenta el riesgo que tiene la carga de barcos en el Mar Negro en estos momentos. Para muestra el pasado 16 de noviembre, cuando restos de misiles cayeron sobre Polonia, matando a dos personas y el mercado reaccionó con importantes subidas hasta que fuentes gubernamentales de Polonia confirmaron que no se trataba de misiles rusos. Lo que queremos hacer hincapié es que mientras continúe la guerra entre Rusia y Ucrania, el riesgo a una escalada, aunque pequeño, sigue ahí, por lo que seguiremos viendo volatilidades muy elevadas. El trigo se ha podido cerrar alrededor de 330€/t para posiciones enero/marzo en puerto, estamos hablando de una bajada de 28€/t respecto al precio al que se ofrecía el trigo el 9 de noviembre, fecha en que se publicó el ultimo WASDE. La cebada se ha cotizado alrededor de 319-320€/t en Tarragona para posiciones enero/marzo. Aunque los precios son susceptibles de bajar un poco más, no debemos olvidar que la volatilidad continúa en el mercado, por lo que cualquier noticia puede dar un susto al alza.
¿Cómo prevéis que puede afectar el aumento de los casos de Covid en China y el aumento de las tensiones a los precios de los cereales?
La apuesta del gobierno chino por una política de “Covid cero”, con confinamientos estrictos y el control férreo mediante códigos QR a los que se está sometiendo a la población, están empezando a generar numerosas reacciones de hartazgo. Por un lado la menor eficiencia de la vacuna china en comparación a otras vacunas, así como la poca exposición de la población del país al virus, están generando un aumento de casos, siendo poco factible que la sanidad de un país tan hiperpoblado pueda asumir el aumento de hospitalizaciones. Por otro lado se han visto por primera vez en muchos años varias confrontaciones de manifestantes y la policía. La encrucijada en la que se encuentra el gobierno no es fácil de resolver: por un lado controlar las infecciones de Covid mediante confinamientos, con el prejuicio económico derivado de los mismos, o poner la economía en el centro y favorecer las exportaciones sin limitar las interacciones sociales y laborales d la población. De momento parece que se ha impuesto la política de “Covid cero” con los confinamientos necesarios para controlarlos. Toda esta situación está alejando por momentos al gobierno chino de sus previsiones de crecimiento del 5,5% para este año 2022. Los últimos datos que tenemos sitúan el crecimiento interanual a finales de octubre en un 3%, lejos del objetivo del gobierno. Las bolsas chinas han reflejado esta situación de tensión y han tenido bajadas generalizadas.
Las dudas sobre la buena evolución de la economía china siempre son bajistas para los “commodities” en general, y para los cereales en particular. Así que si vemos en los próximos meses una desaceleración económica con la consecuente bajada de consumo asociada podemos seguir viendo una bajada en los precios de los cereales.
¿Cuándo se podrá volver a comprar mercancía a largo plazo?
Los mercados de “commodities” llevan una senda alcista desde agosto de 2020, momento en que empezaron a subir los cereales y demás “commodities” como resultado de las políticas de expansión monetaria por parte de los gobiernos con el fin de paliar la crisis generada un año antes por el Covid y los confinamientos de 2020. Es a partir de ese momento que los mercados empiezan a descontar una inflación futura en los cereales, que la invasión de Ucrania por parte de Rusia no ha hecho sino que amplificar, así como una climatología adversa en momentos clave de la producción. En definitiva, hasta esa fecha estábamos acostumbrados a poder comprar a muy largo plazo a precios baratos, lo que daba una liquidez al mercado. Nos acordamos todos con añoranza cuando se podía cerrar a un año vista maíz a 175€/t. ¿Cuál es el problema? Desde que empezó la subida, vemos como las compras a largo plazo se hacen casi imposibles, lo que obliga a comprar a pocos meses vista. Pongamos ejemplos concretos: esta misma semana podemos encontrar ofertas de trigo enero/marzo alrededor de 330€/t, la nueva cosecha de trigo alrededor de 316€/t. Es muy complicado a día de hoy justificar compras entre 8 y 12 meses vista a precios por encima de los 300€/t, precios que se encuentran en el rango más alto de los precios de los últimos años, por lo que entraña un riesgo importante. Por lo que en general, y a no ser que se planteen problemas específicos para productores más concretos, las compras se están haciendo a un trimestre vista. Así que de momento, a no ser que haya un cambio importante en los mercados que ofrezca oportunidades a largo plazo, la estrategia debería continuar siendo comprar a corto plazo a la espera de que el mercado ofrezca más oportunidades para las nuevas cosechas. Aun así, no olvidemos que la volatilidad mientras la guerra continúe no va a abandonar los mercados de cereales. Los titulares mueven a los mercados de futuros que a su vez trasladan los movimientos a los precios finales de los cereales. Por lo que cualquier titular que augure un acercamiento entre las partes o, por el contrario, que anticipe una escalada del conflicto, tendrá consecuencias en los precios de manera inevitable.