Los prolapsos uterinos son poco frecuentes. Históricamente, la ratio de prolapsos se había estimado en menos del 1% del total de cerdas muertas; sin embargo, durante los últimos 6 años, los productores han estado experimentado un aumento preocupante de este tipo de prolapsos, cosa que ha sido estadísticamente demostrada en la primera parte de este artículo. A pesar de que se especula con muchas causas, la literatura disponible es escasa y se necesita más investigación para ayudar a clarificar su etiología. Algunas de las variables de manejo a considerar son el número de partos, los nacidos totales, la presencia de micotoxinas en el pienso y la asistencia frecuente en el parto. Además, la diarrea porcina epidémica (PED) y el síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRS) son enfermedades importantes de cuyos signos clínicos se ha sospechado que tienen un impacto importante en el incremento de la incidencia de prolapsos uterinos en cerdas. Si bien esta tendencia se inició al mismo tiempo que la aparición del PED y muchas cepas altamente patógenas del virus PRRS en el campo, sigue sin conocerse su relación con los prolapsos uterinos en cerdas. Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue evaluar el papel de las variables de manejo y de los parámetros de producción, además del estado de la granja frente a los virus de PRRS y PED en la tendencia de los prolapsos uterinos en cerdas.
Como describimos en el primer artículo, granjas de 7 grandes empresas de EEUU participaron en el estudio, compartiendo sus datos retrospectivos de producción además de algunas prácticas de manejo y nutrición (como por ejemplo numero de partos, nacidos totales, uso de secuestrantes de micotoxinas, asistencia durante el parto e ingesta de pienso en lactación y gestación). Con respecto al estado frente a enfermedades, las granjas se consideraron positivas si algún mes del año fueron positivas, si no, se clasificaron como negativas o “no aplicable” si no se disponía del dato.
Para probar la importancia de estas variables como posibles factores de riesgo, se probaron múltiples modelos añadiendo una por una cada una de las variables en el modelo del análisis explicado en el primer artículo.
Tabla1. Resumen de los “odds ratio” (OR) de las covariables en el modelo de investigación de cerdas para prolapsos uterinos.
Variable examinada | Resultado | OR (95 % CI) |
Número de partos | No significativo | No aplicable |
Nacidos totales | Significativo | 1,03 - 1,11 |
Secuestrante de micotoxinas (N vs S) | Significativo | 0,78 - 0,96 |
Asistencia en partos (N vs S) | Significativo | 1,02 - 2,25 |
PED (neg. vs pos.) | Significativo | 0,83 - 0,99 |
PRRS (neg. vs pos.) | No significativo | 0,83 - 1,01 |
Ingesta gestación | No significativo | No aplicable |
Ingesta lactación | No significativo | No aplicable |
Un total de 4.343.512 partos de 153 granjas en 2012 y 167 durante los años 2013 al 2016 fueron incluidos en el estudio. La tabla 1 resume todos los resultados. A continuación comentaremos brevemente las variables que estuvieron significativamente asociadas a la presencia de prolapsos en cerdas durante los años estudiados:
1. Nacidos totales: La relación entre nacidos totales y el porcentaje de prolapsos en cerdas a lo largo del tiempo se resume en la figura 1. El número medio de nacidos totales esta positivamente asociado con el número de cerdas con prolapsos del total de las cerdas paridas. Cuando el número medio de nacidos totales aumentaba en 1 lechón, la probabilidad de tener una cerda muerta debido a prolapso uterino se incrementaba entre un 3% y un 11%. Una causa posible, entre otras, podría ser el incremento de la presión abdominal.
2. Uso de secuestrantes de micotoxinas: La variable "presencia de secuestrante de micotoxinas" mostró una asociación positiva y significativa con el incremento de cerdas con prolapsos en el estudio. La ratio de cerdas muertas debido a prolapsos en granjas sin uso de secuestrantes de micotoxinas comparada con la de las que sí usaban secuestrantes fue de 5,95 % y 6,87 % respectivamente. Una posible cause podría ser la presencia de micotoxinas en el pienso, pero esto es solo especulación porque el hallazgo y la evaluación de micotoxinas a través del tiempo estaba fuera de los objetivos de este tipo de estudio.
3. Asistencia durante el parto: En las granjas en las que no estaban asistiendo partos fue más probable tener porcentajes de prolapsos uterinos más altos en cerdas. Los prolapsos estimados fueron un 10,1 % en granjas que no estaban atendiendo los partos y un 6,69 % en aquellas que sí que los estaban atendiendo. Una posible causa podría ser el incremento abdominal en las cerdas con partos problemáticos. Sin embargo, tenemos que destacar que el número de granjas en la base de datos que no estaban dando asistencia en los partos era muy pequeño, por lo que este resultado debe tomarse con precaución.
4. Estado sanitario frente a PED: La presencia de PEDV en la granja tuvo una relación significativa y positiva con los prolapsos por el total de cerdas paridas. Las cerdas procedentes de granjas negativas frente a PEDV tuvieron una probabilidad de tener prolapsos uterinos de 1 % a 20 % menor que las granjas PEDV positivas. Se han descrito casos de enteritis severas como posibles causas de ciertos tipos de prolapsos en cerdas, sin embargo, esto estaba fuera de los objetivos del estudio.
5. Estado sanitario frente a PRRSV: Granjas positivas a PRRSV mostraron una asociación que, por muy poco, no fue significativa con el aumento de muertes de cerdas debido a prolapsos. Como muestra la tabla 1, las granjas negativas a PRRSV tuvieron de -1 % a 20,5 % menos probabilidades de tener muertes debidas a prolapsos por cerda parida que las granjas positivas frente a PRRSV.
Ni el número de partos, ni los niveles de ingesta durante la lactación o parideras estuvieron significativamente asociadas con nuestra variable de interés.
En resumen, los resultados de este estudio exploratorio demuestran una asociación de las covariables con el porcentaje de cerdas muertas debidas a prolapsos uterinos por el total de cerdas paridas. Debido a las limitaciones de este estudio voluntario, no podemos concluir que estas asociaciones fueron las causas de los prolapsos observados en el estudio. Sin embargo, merece la pena investigar más profundamente estas relaciones con un mayor número de representantes de la industria porcina. Entender si estos factores de riesgo tienen o no una relación causa-efecto con los prolapsos en cerdas seria crucial para mejorar el bienestar y la economía de las granjas de cerdas.