¿Desde cuando está presente la peste porcina africana en Cerdeña y por qué ha sido necesario tanto tiempo para controlar la enfermedad?
La PPA entró en Cerdeña en 1978 y, como suele ocurrir con esta insidiosa enfermedad, fue subestimada, lo que permitió que se extendiera rápida y ampliamente en nuestro territorio, que se caracteriza por combinar cerdos criados en libertad, explotaciones familiares, una elevada población de jabalíes y granjas tradicionales. El virus entró vía alimentos contaminados desde España, a través de restos de alimentos procedentes del transporte aéreo que llegaron a los cerdos domésticos de la mano del hombre, lo que permitió que el virus se propagara rápidamente en Cerdeña. El comportamiento humano, favorecido por la realidad porcina de Cerdeña con presencia de cerdos ilegales criados en libertad, pequeñas explotaciones familiares y jabalíes, sin una mínima cultura de bioseguridad, ha permitido la propagación del virus de la PPA. A principios de los años 80 se puso en marcha el primer plan de erradicación, al que le siguieron al menos otros 5 planes, con un importante compromiso económico pero que no tuvieron éxito.
¿Cuáles han sido los principales obstáculos? ¿Qué ha funcionado finalmente y qué no ha funcionado?
La razón principal del fracaso fue el planteamiento conceptual para abordar el control de la enfermedad: estímulo del sacrificio con indemnizaciones sobrevaloradas con relación al mercado local e imposición de restricciones cada vez más marcadas (movimiento y sacrificio) de los animales. Sin embargo, faltaba el control de un punto fundamental, la cría al aire libre ilegal, que estaba muy extendida, lo que provocó que el virus circulara libremente entre animales domésticos y salvajes, lo que tuvo como resultado el aislamiento comercial de los productos porcinos sardos con graves perjuicios económicos para el sector. Finalmente, el punto de inflexión se produjo en 2016, cuando el Gobierno Regional creó la Unidad de Crisis, de la que formé parte con la agencia FORESTAS, y que contó con la participación de todas las instituciones (autoridad sanitaria local, la universidad, el instituto zooprofiláctico, departamento y ministerio de sanidad) y la colaboración de los alcaldes y prefecturas, con un comisario extraordinario de la región de Cerdeña, el Dr. Demartini, con "plenos poderes", apoyado también por figuras técnicas altamente cualificadas que han sido fundamentales como el Dr. Laddomada (anteriormente DG Santè en la UE) y el Dr. Sánchez-Vizcaíno ("padre" de la erradicación en España). El punto de inflexión fue principalmente la abolición de las indemnizaciones, que se habían convertido en un "boomerang", la lucha contra la cría ilegal al aire libre y una fuerte e intensa vigilancia pasiva con un modelo epidemiológico robusto desarrollado por el Dr. Rolesu, epidemiólogo del centro regional con el mismo nombre, cuyo objetivo no era perseguir el virus, sino anticiparse a él. Paralelamente al sacrificio de los cerdos criados en libertad de forma ilegal, el apoyo activo de los cazadores fue crucial, ya que entregaron muestras de poco menos que 20.000 cabezas de jabalíes por año, lo que representa aproximadamente la mitad de los jabalíes presentes en la isla, con un método sencillo y rápido de sacrificio, análisis y liberación de cadáveres. Se han adoptado incentivos económicos establecidos de manera diferente al pasado, favoreciendo la bioseguridad y el bienestar animal, que han llevado a resultados positivos para la mejora de la ganadería, es decir, reorientando los recursos hacia los animales vivos y no hacia los "muertos" (sacrificio), resultando en el desarrollo de una producción porcina más empresarial y moderna por parte de los ganaderos con el incentivo de hacer emerger la ilegalidad. Actualmente, podemos decir que la cría de cerdos al aire libre ilegal ha desaparecido oficialmente, aunque algunos focos sobreviven en las zonas más remotas, donde los controles son más difíciles, hasta el punto de que las autoridades sanitarias se ven obligadas esporádicamente a intervenir con la despoblación.
Y hoy, ¿cómo es la situación en Cerdeña?
Aunque la Región de Cerdeña sigue presente en el fatídico "Anexo" de la UE como no indemne, desde 2019 el virus ya no se ha detectado, ni en animales domésticos ni en animales criados al aire libre legales, ni en jabalíes (silencio epidemiológico). Lo que queda son los anticuerpos de los cerdos más viejos que no permiten la declaración de "libre" para Cerdeña: cuando estos cerdos sean cazados o mueran naturalmente, seguramente llegará la declaración de indemne para toda la isla. La población porcina actual en Cerdeña ronda las 200.000 cabezas y aproximadamente entre 60.000 y 70.000 cerdas. La Unidad de Crisis sigue activa y operativa para casos excepcionales de irregularidades.
¿Cómo entró el virus "continental" en Cerdeña en 2023?
El virus PPA serotipo 2 "continental" llegó con carne de cerdo contaminada, comercializada legalmente, y llegó a una granja local de agroturismo donde también tenían cerdos domésticos que se alimentaron con restos de alimentos contaminados. El brote se extinguió muy rápidamente gracias sobre todo a que el sistema de vigilancia está activo.
¿Qué tiene en común la PPA en Cerdeña con la situación actual de la PPA en la Italia peninsular?
Subestimación del problema, falta de conocimiento profundo de este virus astuto y altamente resistente, falta de bioseguridad...
¿Qué ha funcionado en Cerdeña que pueda ser de ayuda actualmente en el continente?
Bioseguridad, vigilancia pasiva y cazadores: en mi opinión, el apoyo de los cazadores es crucial en muchos aspectos. Los cazadores están familiarizados con el comportamiento de los animales salvajes, conocen el territorio, tienen experiencia con una caza muy peligrosa como es la del jabalí, con especial atención a la caza de hembras gestantes (1); es importante mantener las normas establecidas y la disciplina del plan que permitan la ejecución de las distintas medidas, la más importante de las cuales es la vigilancia pasiva (2). Otro aspecto fundamental es la racionalización de todos los procedimientos: desde el almacenamiento de las canales, pasando por los resultados de los análisis ultrarrápidos, hasta la comercialización de la carne; sin la simplificación de todo el proceso, no se conseguirá nada (3). En la actualidad, el Dr. Giovanni Filippini (director del Instituto Zooprofiláctico de Sassari), gran conocedor de toda la evolución sarda, ha sido nombrado recientemente para el cargo nacional, y sin duda podrá prestar un gran apoyo a los objetivos de control y erradicación de la peste porcina africana en Italia.