En la primera y segunda semana de febrero, Francia movió sus cotizaciones rabiosamente al alza (17 céntimos en el cúmulo total). Esta subida ha chocado con el muro intransigente de la gran distribución (que no ha admitido repercusiones en sus precios de compra) provocando una repetición de precios en la tercera semana de febrero.
Alemania ha tenido también un comportamiento alcista, si bien más moderado que Francia. Este país repitió, también, sus cotizaciones la pasada semana.
A nadie se le escapa que febrero es un mes, por lo general, con una débil actividad comercial; si en estas circunstancias el mercado del cerdo en canal se muestra firme todo parece presagiar que se avecina una primavera con unos precios decididamente más altos que en los años precedentes.
Varios son los factores que apuntan en esa dirección:
• Los sacrificios de ganado vacuno industrial se hallan bajo mínimos en toda la UE-25; esta circunstancia provoca falta de carne industrial que se suple, por lo menos en parte, con carne industrial de porcino.
• Los censos de ganado anuncian una leve, aunque clara, reducción de las disponibilidades de ganado porcino para sacrificio en el ámbito UE-25.
• Los nuevos estados miembros, especialmente Polonia, Chequia y Hungría, continúan abasteciéndose con flujos regulares y fluidos en los países de la antigua UE-15.
• No existe este año ninguna operación de estocaje privado que pueda bombear carne congelada en verano ejerciendo de freno.
El freno momentáneo que Francia y Alemania han aplicado no es caprichoso: el consumo no se despereza y existe suficiente carne para satisfacer la alicaída demanda. Es opinión generalizada que las cotizaciones no volverán a moverse decididamente al alza hasta mediados de marzo, pudiendo producirse entretanto ligeros reajustes (descenso de 2 céntimos en Alemania el lunes día 21.02).
En lo que concierne a España, las cotizaciones desde enero se han movido al alza más rápido que en los países de nuestro entorno. Como todos los años, nuestro mercado parece decidido a moverse de forma autónoma e independiente de toda referencia europea. Si bien este comportamiento ya es tradicional, no está exento de riesgos, que no es conveniente minimizar: en cuanto los mataderos se encuentran con márgenes de explotación negativos se ven forzados a reducir matanzas, ya sea de forma corporativa o individualmente. El paradigma acaeció el año pasado: desde julio a noviembre la cotización estuvo lastrada por los excesos de junio.
Creemos que podemos afrontar el año con indisimulado optimismo aunque sin dejar de mirar, aunque sea de reojo, lo que sucede al norte de los Pirineos.
Nunca es tarde cuando la dicha llega.
Guillem Burset
Grup Unexporc