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Hace unos quince meses que la producción porcina europea se encuentra en pérdidas. Nunca antes se ha vivido una crisis tan larga y profunda. Es más que evidente que la situación no puede continuar así y que debe mejorar.
Bien, los asertos anteriores son compartidos, con toda seguridad, por el 99% de los lectores, la lógica y la coherencia así lo determinan.
En febrero hemos visto que el mercado español ha tomado el liderazgo de la recuperación de precios sin ningún complejo: cuatro subidas consecutivas por un importe total de 13 céntimos por kilo en vivo (equivalentes a más de 17 céntimos por kilo canal) no están nada mal. La incertidumbre comienza cuando observamos lo que ha sucedido, en el mismo período, en nuestros mercados vecinos: Francia ha subido un total de 8 céntimos por kilo en canal (menos de la mitad que aquí) y Alemania –tradicional motor del sector para toda Europa- no ha movido un ápice su precio en los últimos cinco mercados! (el mercado de hoy, contra todo pronóstico, ha vuelto a repetir……).
La imperiosa necesidad que tiene la producción española de entrar en márgenes positivos junto con el deseo de los mataderos de optimizar su trabajo (en algunos casos para amortizar cuantiosas inversiones de expansión) han propiciado esta cascada de subidas.
Ahora mismo el precio español camina “sobre el alambre” pues o bien Europa nos sigue en este aumento decidido (con lo que se consolidarían estos precios más atractivos) o bien Europa permanece impasible ante este canto de sirena ibérico y, desafortunadamente, la subida queda en agua de borrajas. Los mataderos no han podido repercutir ni un solo céntimo de la subida y –no hay que ser un lince para adivinarlo- sus resultados han entrado en números rojos, lo que podría propiciar rápidamente acciones corporativas de contención de matanzas.
Pensamos que ya es hora para el cambio, aunque la crisis de consumo derivada de la crisis económica no ayuda. En cualquier caso, los carnavales en Alemania han sido siempre un factor adormecedor del mercado y ahora terminarán; las matanzas europeas se reducen poco a poco y creemos que hay más probabilidades de consolidación que de colapso.
Es posible que esta subida española sea prematura, aunque también es seguro que si no se consolida en marzo entonces se verá corregida y aumentada ni que sea en mayo. Ni un solo operador en el mercado europeo osaría poner hoy en cuestión que la salida de la crisis se producirá antes del verano.
La producción espera, confía y desea que la crisis termine. Falta poco.
Aunque la pena sea grande no hay que dejar de comer.
 Guillem Burset |
