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Mejorando la calidad del calostro: ¿Podemos obtener un 50% extra de concentración de inmunoglobulinas en el suero de los lechones?

Los betaglucanos son unos excelentes compuestos bioactivos que pueden ayudarnos a mejorar la inmunidad pasiva de una manera rentable y práctica.

El calostro desempeña un papel crucial en los primeros años de vida de los lechones, aportando la energía, los nutrientes y el apoyo inmunitario necesarios para su supervivencia, crecimiento y salud. Sin embargo, la producción y la calidad del calostro varían mucho de una cerda a otra. A diferencia de la producción de leche, la producción de calostro está influenciada principalmente por factores específicos de la cerda, más que por el tamaño de la camada o la intensidad de la lactancia de los lechones. Una ingesta adecuada de calostro es fundamental, ya que influye directamente en la supervivencia, la salud y el crecimiento de los lechones, tanto inmediatamente después del nacimiento como a lo largo de su desarrollo temprano. Este artículo explora las complejidades de la producción de calostro, centrándose en cómo podemos mejorar su calidad y consistencia para favorecer el bienestar y el rendimiento de los lechones.

Calostro, leche transitoria y leche madura: etapas y diferencias

Calostro:

La mayor parte se produce antes del parto y dura 24 horas después del inicio del mismo. Se caracteriza por tener un alto contenido proteico impulsado principalmente por su contenido de inmunoglobulinas.

La inmunoglobulina más destacada es la IgG, que puede atravesar las células epiteliales mamarias ya que las uniones estrechas no son fuertes en ese momento (Figura 1). Ni su volumen ni su peso están ligados al tamaño de la camada ni al efecto de la lactancia, por el contrario, está ligado al individuo, lo que puede hacer que su contenido entre cerdas sea variable (Quensel 2011).

Figura 1: Unión estrecha relajada en el epitelio mamario. Elaborada por Sebastian Casiró – Adaptada de H. Quesnel y C. Farmer 2018

Figura 1: Unión estrecha relajada en el epitelio mamario. Elaborada por Sebastian Casiró – Adaptada de H. Quesnel y C. Farmer 2018

Leche transitoria:

Comienza a aparecer entre las 24 y 34 horas después del parto. A partir de las 34 horas se secreta leche transitoria y se denomina oficialmente inicio de la lactancia o segunda etapa de la lactogénesis. El contenido proteico es significativamente diferente al de las primeras horas de calostro y, a medida que pasa el tiempo, se diferencia aún más, como se observa en la Figura 2 (Theil et al., 2014)

Leche madura:

Se diferencia del calostro por tener menos contenido proteico, más grasa y energía, lo que ayuda al crecimiento y desarrollo de los lechones. Su producción se ve estimulada por el efecto de la lactancia de la camada.

Sebastian Casiro, adaptado de Theil et al (2014)

Sebastian Casiro, adaptado de Theil et al (2014)

Ingesta de calostro: ¿hay un mínimo recomendado?

Un lechón medio de 1,4 kg al nacer necesita aproximadamente 250 g de calostro, o 180 g por kilogramo de peso (Quensel 2012), para reducir el riesgo de mortalidad, proporcionar inmunidad pasiva esencial y favorecer un ligero aumento de peso. Quesnel et al. (2012) sugieren que al menos un tercio de las cerdas no producen suficiente calostro para satisfacer las necesidades de su camada, lo que subraya la necesidad crítica de abordar la insuficiencia de calostro para mejorar la supervivencia y la salud de los lechones.

Producción y calidad del calostro

Como han informado varios autores, la cantidad de calostro no depende del tamaño de la camada, sino de cada cerda. Por lo tanto, con el uso generalizado de cerdas hiperprolíficas, es deseable tener un calostro más concentrado en términos de contenido de inmunoglobulinas. El calostro de la cerda contiene predominantemente IgG.

Cuando evoluciona a leche madura, la principal inmunoglobulina es la IgA, como se muestra en la Tabla 1 (Theil et al., 2014). La inmunoglobulina A tiene un papel crucial en la protección del tracto gastrointestinal y en la prevención de diarreas durante el periodo neonatal y a lo largo de la lactancia. Por lo tanto, cualquier estrategia que pueda ayudar a aumentar la IgG en el calostro y al mismo tiempo incrementar la IgA en la leche madura será deseable.

Tabla 1: Contenido de inmunoglobulinas en el calostro y la leche madura de la cerda.

Calostro Leche madura
IgG (total) (mg/ml) 61,8 1,6
IgA (mg/ml) 11,3 4,1
IgM (mg/ml) 3,8 1,5

Theil et al., (2014) modificado después de Butler y Kehrli (2005)

Una práctica muy utilizada para aumentar la calidad del calostro es vacunar a las cerdas primerizas y adultas 3-4 semanas antes del parto, lo que conduce a un incremento de las inmunoglobulinas y a una protección específica contra determinadas enfermedades presentes en la granja.

Otra opción es analizar determinados aditivos que se pueden utilizar para aumentar la calidad del calostro. Quesnel y Farmer (2019) resumieron diferentes aditivos nutricionales que pueden tener un impacto potencial en el calostro, varios de los cuales contienen betaglucanos como estimuladores inmunitarios.

Como se vio en el artículo anterior, sabemos que los betaglucanos pueden potenciar la respuesta vacunal, lo que ayudará a aumentar la cantidad de inmunoglobulinas en sangre y, en consecuencia, en el calostro, ayudando así al tercio de las cerdas que no producen una cantidad suficiente de calostro. Disponer de un suplemento que pueda ayudar a incrementar la cantidad de inmunoglobulinas en sangre antes del parto, que puedan pasar a través de la glándula mamaria durante la calostrogénesis, parece ser una buena área de oportunidad para aumentar sin esfuerzo la inmunidad pasiva.

De Carvalho et al., (2023) realizaron un ensayo para investigar esto y suplementaron con betaglucanos desde el día 85 de gestación y durante la lactancia. Observaron un aumento del 24,9% en la producción de calostro (p<0,05), lo que condujo a una ganancia de peso significativamente mayor a las 18 h del nacimiento, 34 g, lo que representó un incremento del 50% con respecto al grupo control (p<0,05). La cantidad no fue el único parámetro afectado por el tratamiento. El contenido de inmunoglobulinas en el calostro aumentó significativamente en un 16% en el contenido de IgG e IgM, mientras que observaron un aumento numérico en el contenido de IgA (p-valor =0,069). Otro reflejo del aumento de la calidad del calostro fue la cantidad de inmunoglobulinas en el suero de los lechones, que fue significativamente mayor, con incrementos del 51,25% de IgG, del 120,19% de IgA y del 144,78% de IgM, añadiendo efectivamente otra mitad al contenido de IgG en los lechones.

Conclusiones

Mejorar la calidad del calostro es esencial no sólo para aumentar el rendimiento, sino también para continuar en nuestra búsqueda de reducción de antibióticos, teniendo animales más sanos, criados de manera sostenible. Los betaglucanos son unos excelentes compuestos bioactivos que pueden ayudarnos a mejorar la inmunidad pasiva de una manera rentable y práctica.

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