Hemos vivido 11 semanas consecutivas donde la cotización de referencia de nuestro mercado ha perdido el 25% de su valor. De 1,435 € / kg en vivo hemos pasado a 1,075. Durísima y drástica corrección. En la última sesión del mes de octubre, Mercolleida "sólo" bajó 3 céntimos en vivo, marcando una cierta moderación en la amplitud de las bajadas.
Estamos peligrosamente cerca del coste de producción y no obstante siguen y persisten las dudas acerca del límite de la bajada. Existe oferta muy abundante, los cerdos pesan tres kilos en canal más que el año anterior en las mismas fechas (lo que significa casi una semana de sacrificios o por lo menos más de media) y, en el mercado global, China no mueve apenas ficha. El festivo del primero de noviembre no ayudará.
Coyunturalmente estamos mal. Al precio actual el matadero no se decide todavía a "matar a ciegas" (es decir a matar para congelar) y haría falta que la capacidad instalada de sacrificio se aprovechara al 100% para controlar la muy abundante oferta.
Exportar canales no es una opción comercial (ningún mercado europeo está lo suficientemente más caro que nosotros, tampoco mercados accesibles más lejanos) y esta vía para descongestionar –muy usada en otoño en ejercicios pasados- permanece cerrada por el momento.
A finales del 2015 y comienzos del 2016 vivimos una situación de aparente colapso. Salimos bien de ella y esta vez no tiene porqué ser diferente. Ocurre que estamos al principio de esta época difícil y venimos de muy arriba, por lo que el contraste es espectacular.
Nuestra cotización continuará bajando (de forma reticente, caídas suaves, pero bajará) hasta llegar a un punto donde se matará todo lo que haya por matar. Nadie puede anticipar donde está este suelo aunque no puede andar muy lejos.
Es evidente que los mercados están interconectados y que los países de nuestro entorno europeo no andan lejos de nuestro precio. Nuestro problema es el problema de Europa.
Esperemos que podamos exportar masivamente a los países del Lejano Oriente, especialmente a China. Ahí está la llave de la rentabilidad de la producción porcina europea. Hoy esto es así.
Terminemos con una frase de Thomas A. Edison (el inventor de la bombilla): Muchos de los fracasos vitales son de gente que no se dieron cuenta lo cerca que estaban del éxito cuando se rindieron.
Guillem Burset