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En los dos últimos mercados se ha producido una revalorización de más del 10% del precio del ganado en vivo.
Este aumento sólo resulta explicable por el retraimiento de la oferta de ganado vivo, circunstancia que afecta, coyunturalmente, a varios mercados europeos: Uniporc Ouest en Francia declara sacrificios en la presente semana de 385.000 cerdos contra 440.000 de alguna semana de Enero; en Alemania nadie duda que los mataderos han reducido actividad en un 7/8%; en el mercado español se palpa una reducción de actividad de los mataderos, voluntaria o inducida, de por lo menos un 5%.
Tradicionalmente Febrero ofrece un panorama desolador en lo que concierne a la demanda de carne porcina y este año no constituye ninguna excepción. Los factores que podrían sostener la demanda se revelan inoperantes: los contratos de estocaje privado han finalizado ya en su totalidad, con lo que se liberan partidas semanales de carne que no aparecían en el mercado; la restitución (0,40 Euros por quilo) no resulta atractiva para ningún operador –sobretodo después de las últimas subidas- y Rusia no ha clarificado aún su postura sobre las preceptivas licencias de importación.
Creemos que las fuertes y rápidas subidas serán de difícil digestión: parece probable que el mercado se tome un respiro para consolidar posiciones. Excluido el retroceso de precios (a pesar del movimiento negativo de Alemania de anteayer: -0,01 Euros), sólo cabe esperar a marzo para reemprender la trayectoria alcista.
La fiebre aviar continúa arrasando el Sudeste Asiático, los animales sacrificados se cuentan por decenas de millones y las exportaciones de los países afectados se han visto paralizadas. Con independencia de si estos países deciden vacunar las aves o no, es evidente que en los próximos seis meses no se levantará el embargo sobre estas carnes.
Sin ninguna duda, la ausencia de estas carnes en el comercio mundial terminará por provocar importantes huecos de demanda desatendida; la carne de cerdo parece llamada a rellenar una gran parte de ellos. Por ejemplo: la ausencia de Tailandia y China en el mercado japonés representa que 600 contenedores de 20 toneladas de carne deshuesada han “desaparecido” del mercado cada semana; en otras palabras, cien gramos de carne por persona y por semana en esa nación.
Los operadores asiáticos intentan desesperadamente reequilibrar los flujos del comercio cárnico con productos de la zona; no existiendo disponibilidades in situ, una fracción de esta ola de demanda terminará aterrizando en Europa dentro de pocas semanas (tras visitar Brasil y Norteamérica).
Preparémonos a vivir una primavera agitada.
Guillem Burset
Grup Unexporc
