Termina enero con un mercado tensionado en España. Hay más cerdos que nunca, son más pesados que nunca y, sin embargo, los mataderos -de encontrarlos- matarían más. Los retrasos de las fiestas se han reabsorbido sin dificultad; las nieves del Filomena perturbaron algunas entregas pero hace días que han desaparecido.
Las sucesivas repeticiones de enero obedecen a la lógica. El precio está muy cerca del precio de coste y los operadores han sabido que, gestionando con perspectiva el mercado, lo único posible era la subida. Ayer, en una sesión con bastante tira y afloja se subió el cerdo en milésimas, es decir 0,40 céntimos. Es la primera subida, preludio de las que han de seguir.
En España se está sacrificando a unos ritmos nunca vistos; los grandes mataderos aplican, en la medida de lo que pueden, la filosofía de:"matar, despiezar, congelar y exportar (a China)". España es desde hace unos meses el primer proveedor de porcino en China. Nos aproximamos a las 100.000 toneladas mensuales, lo que es una auténtica barbaridad. Algo así como el equivalente a 1.100.000 cerdos cada mes. Inimaginable no hace tanto, realidad constatada ahora mismo.
Europa sigue inmersa en un marasmo complicado; las limitaciones de actividad por mor del COVID siguen al orden del día y tanto Dinamarca como Alemania reportan retrasos significativos en la reabsorción de los cerdos no sacrificados en Navidades.
Expongamos aquí un breve apunte sobre los mercados de nuestros vecinos europeos
Alemania: Llevan meses y meses con un precio anclado en 0,92 €/kg en vivo. Primero el COVID y sus restricciones y luego el mazazo de la prohibición de vender a la mayoría de los clientes asiáticos.
Holanda: A remolque de Alemania; su poderoso vecino mantiene importantes flujos de comercio con ellos y el mercado holandés se comporta como si fuese cautivo del teutón. Holanda cotiza también desde hace meses a 0,92 €/kg vivo. Holanda sí puede vender en Asia pero su poderoso vecino inunda su mercado local con carne barata y abundante.
Bélgica: Los que peor están. Castigados durante dos largos años por la PPA, aprendieron a vivir y vender principalmente en Europa. El país está declarado exento de la PPA desde hace un par de meses, pero…. los permisos para exportar no llegan. Su precio es asombrosa y peligrosamente bajo: 0,71 €/kg en vivo. Vender a ese precio no es sostenible. (Última Hora: rumores muy potentes indican que China abrirá Bélgica en breve).
Francia: Exporta a Asia lo que le conviene. La iniciativa VPF (carne de cerdo francesa) -una autodefensa- mediatiza la pureza del mercado y prima la carne franco-francesa en detrimento de la europea. Al igual que España (está relativamente alejada de Alemania y puede exportar a China), su precio está rozando el precio de coste, lejos de los hundidos precios de los otros países comentados. Su cotización está en 1,08 €/kg en vivo.
Dinamarca: Su precio actual es el equivalente de 0,97 €/kg en vivo. Pero en Dinamarca el precio es siempre un anticipo, debiendo esperar a fin de año para conocer el bonus que el matadero pagará en el año en curso. De todos modos, aún sin prima, es el mejor de los comentados con las excepciones de Francia y España.
No hace falta ser un lince o tener muchas luces para comprender que meses y meses vendiendo muy por debajo del precio de coste (Alemania, Holanda, Bélgica…) sólo pueden provocar una reducción de cabaña. Con toda seguridad habrá una significativa reducción en esos países. Es decir, el escenario se va modificando, produciéndose una clara traslación del centro de gravedad europeo de la producción porcina hacia el sur, concretamente hacia España.
Pasan los meses y nuestra dependencia de China se exacerba. Nadie dio nunca la orden de "¡Hay que vender en China!" pero la libertad de mercado, la eficiencia española y la necesidad china han provocado que España -cómo se ha dicho ya- se erija en el primer proveedor de porcino de China. Sin discusión.
La situación se nos antoja casi circense: un complejo y espectacular número realizado en las alturas de la carpa, los espectadores observando boquiabiertos -admirados y aplaudiendo- y es como si todo el tinglado/entramado se sustentara en un único, poderoso, imperial cable de titanio reforzado. Todo es muy bonito, todo es muy fantástico pero... es evidente que existe un riesgo, probablemente un riesgo severo. ¿Resistirá el cable?
En una situación normal, sin incidencias remarcables, el precio español debería escalar poco a poco durante todo el mes de febrero. Creemos que Mercolleida asumirá, sin complejos, el papel de líder de los mercados europeos, ahora que Alemania -forzada por las circunstancias- ha debido ceder su primera plaza.
Terminamos con una frase de William George Ward: "El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie, el realista ajusta las velas".
Guillem Burset