Abril se ha despedido con un sorprendente cambio de signo en la evolución de nuestro mercado. La bajada de siete milésimas, aunque es testimonial en su importe, es muy significativa y signo indudable de debilidad.
Ganado no sobra y el matadero sacrifica todo lo que se le ofrece, PERO la globalización es un hecho y en el ámbito europeo se hace muy evidente. Los mercados del viejo continente tienen multitud de vasos comunicantes ágiles y muy reactivos.
En las últimas cuatro semanas Alemania (¡siempre Alemania!) ha realizado los siguientes movimientos: + 5, +5, -3, -7 céntimos por kilo en canal, con lo que al final el precio ha regresado al punto de partida. Parece que el mercado subió sobretodo por escasez de oferta y, ante la imposibilidad de trasladar la subida del cerdo a la carne, ha regresado donde estaba.
Razones para el pesimismo
- Las existencias de carne son importantes.
- Rusia sigue cerrada.
- La operación de almacenamiento privado ha llegado a su fin (con la carne "aparcada" en los frigoríficos unos meses, saldrá en verano).
- El consumo no despega ni se reactiva.
Razones para el optimismo (moderado)
- Llega el buen tiempo y con él el aumento de temperaturas. Las barbacoas responderán. Los cerdos se retrasarán y no abundarán.
- El Euro sigue devaluándose frente al dólar.
El precio tiene recorrido alcista aunque estamos seguros que quedaremos lejos de los 1,53 €/kg vivo de hace dos años o de los 1,50 €/kg del año pasado. Fuentes siempre bien informadas nos apuntan que no "ven" el precio español por encima de 1,30 € / kg vivo este año. Ya veremos.
Luchar, luchar, luchar... éste parece el signo y la consigna. Pongámonos a cubierto que ya escampará.
Guillem Burset