En septiembre la cotización española ofreció repetición tras repetición a precios de récord. Tanta insistencia sirvió para marcar territorio y, al final, fatigar el mercado.
Se ha producido un reajuste que entra plenamente en la lógica de las cosas; perder 7 céntimos en el mes de octubre y viniendo de donde venimos debe ser interpretado como el menor de los males.
Al remitir las temperaturas se ha apreciado más oferta coyuntural de ganado; más allá de ello nada ha cambiado: el alimento sigue caro (no tanto como hemos conocido pero caro al fin) y la cabaña continúa sin excesos. La demanda no es excelente pero no se generan grandes stocks. No son previsibles factores nuevos o desconocidos que puedan alterar lo que parece un nuevo equilibrio.
EEUU y Canadá recuperan a marchas forzadas su desfondado precio. En USA el precio ha remontado un 30% en pocas semanas y en Canadá un 26% en el mismo período. China sigue pasiva (como en los últimos meses) y Rusia no ha despertado… Todos ellos son factores que solo podrían ayudar a mejorar.
El matadero constata que su cuenta de resultados no mejora, los despieces nobles se han depreciado notablemente desde los máximos de agosto y aunque el resto del despiece aguanta mal que bien el retroceso de la canal no ha servido para recuperar margen. Ésta es la realidad y quizás el margen deberá buscarse en la revalorización de muchas pequeñas cosas.
La huelga general del día 14 puede provocar otro descenso, quizás el último. Pensamos que estamos cerca del nuevo suelo de precio (1,34 – 1,35 – 1,36 ?) y que no es descartable un rebote –testimonial si se quiere- antes de Navidad. 2013 queda aún lejos y lo que haya de ser será.
Nada hace pensar que el precio deba bajar mucho más.
Benjamin Franklin, aparte de inventar el pararrayos dijo: “La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”
Guillem Burset
2 de noviembre del 2012