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La proteína y otros desencuentros

A partir de marzo y sobretodo abril, en muchos lugares se ha tenido que vivir con la harina de soja generada por las plantas extractoras ubicadas en la zona, con esta creciente escasez de harina de soja se ha dado un aumento constante de precio, llegando a estar entre 340-350 €/Tm.

Me gustaría empezar por la proteína, básicamente la soja, e intentar razonar por qué estamos donde estamos. Enumero así los principales factores:

1. Los compradores, a nivel mundial, previendo una bajada de precios ante la llegada de la nueva cosecha, han cubierto a más corto plazo, así entramos en la posición de febrero en adelante sin compras, ni las mínimas. Han olvidado que la cosecha argentina (principal vendedor de harina) empieza en abril, pero no se regulariza su suministro hasta mediados de mayo, principios de junio. Es el tiempo necesario para trasladar parte de la cosecha a las plantas extractoras, molturar las habas, embarcar la harina y trasladarla a las zonas de consumo.

2. Los vendedores, también a nivel mundial, y por los mismos motivos (las grandes diferencias de precio entre cosecha vieja y nueva) han ido reduciendo las coberturas, haciéndolas cuadrar con las escasas ventas que tenían hechas y en ningún caso arriesgándose a traer largos de mercancía.

3. Llegados a este punto, para hacerlo todo más fácil, en Argentina se declara la ya habitual huelga al inicio de la cosecha, aumentando así los retrasos de molturación y embarques.

Resumiendo, a partir de marzo y sobretodo abril, en muchos lugares se ha tenido que vivir con la harina de soja generada por las plantas extractoras ubicadas en la zona, con esta creciente escasez de harina de soja se ha dado un aumento constante de precio, llegando a estar entre 340-350 €/Tm.

A esta difícil situación le sumamos que, tanto el girasol como la colza, sustitutos de la harina de soja, no han sido paliativos debido a que los stocks mundiales de pipas y de grana de colza son realmente bajos, y la previsión de la nueva cosecha no es muy halagüeña, por lo que la oferta de ambas harinas es escasa y cara. Para terminar de arreglarlo, a finales de abril, una de las primeras plantas europeas de molturación de colza situada en Alemania se incendió y quedó fuera de juego, con la reducción de oferta correspondiente y lógicamente subida de precios, situando la colza alrededor de 210 €/Tm para el mes en curso y escasa oferta. El girasol de alta proteína (34-35%) está alrededor de los 200 €/Tm y la harina de girasol de 28-29% de proteína se sitúa alrededor de los 135-140 €/Tm.

¿Y ahora qué? Lo lógico es que, a medida que vayan llegando barcos de harina, el mercado se regularice, pero las consecuencias de esta regularización no se notarán de manera significativa hasta finales de mayo. A partir de junio / julio los precios deberían situarse en su nivel normal, teniendo en cuenta que, a partir de ese período, debería notarse de manera evidente la buena cosecha que hay (con los 40 millones de Tm más que el año anterior) provocando una bajada de precios, presumiblemente hasta los 230-250 €/Tm.

De los cereales, ¿qué decir? Pues están siguiendo sus pautas lógicas, decíamos que tocaba subir y es lo que están haciendo los trigos. Se sitúan alrededor de los 152-155 €/Tm dependiendo de puertos y posiciones. El mercado destaca por su escaso movimiento, ya que los pocos cortos que quedan se cubren con trigo nacional o francés, significativamente más baratos sobre destino, dejando el puerto para los compradores del litoral estrictamente dicho y para los cortos de cierto volumen que puedan tener los grandes compradores o los propios importadores.

La cebada se mantiene en niveles de 130-138 €/Tm destino y el maíz alrededor de los 160-166 €/Tm dependiendo de destinos y posiciones. En cuanto al maíz, me gustaría hacer notar que es el cereal con una situación más complicada, ya que la nueva cosecha no llega hasta octubre, las importaciones hoy por hoy son prohibitivas y dependemos casi de un solo mercado, el francés. Todo ello hace que sea el producto menos previsible, sobretodo si tenemos en cuenta que los precios actuales, aunque han subido, no son caros para la época en la que estamos.

Y a partir de julio o de septiembre ¿qué ocurrirá? Ya lo hemos comentado, dependerá de la bondad de las cosechas, a día de hoy buenas o muy buenas, excepto en la India y algunas zonas de China (eso dicen los rumores) y dependerá del cambio euro/dólar.

Seguimos pensando que los cereales en general no serán caros, pero eso no quiere decir que sean tan baratos como el año pasado, que llegaron a los 126-128 €/Tm para los trigos septiembre/diciembre 2009. Actualmente están alrededor de los 147-150 €/Tm para la posición septiembre-diciembre 2010.

Jordi Beascoechea
Subministradora de Cereals SL

Escrito el 5 de mayo de 2010

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