Con la presencia de la peste porcina africana (PPA) a pocos kilómetros de la frontera francesa, la amenaza a la industria porcina se encuentra cada vez más presente. Sus consecuencias serían importantes debido a la potencial pérdida de los mercados de exportación asiáticos. La situación económica del sector porcino francés, ya de por sí difícil, podría empeorar aún más...
La peste porcina africana sigue propagándose por Europa. Francia está desplegando medidas: las autoridades sanitarias están intensificando los controles sobre las poblaciones silvestres y domésticas y estableciendo zonas de protección y vigilancia. Se está reforzando la vigilancia de la fauna silvestre, realizando un censo de los ganaderos porcinos en los departamentos fronterizos, así como la evaluación de la bioseguridad de las granjas.
La enfermedad vuelve a estar a las puertas de Francia con el descubrimiento de casos en Italia y la confirmación de un foco en cerdos domésticos en Alemania, a menos de 7 km de la frontera francesa. La exportación está en el centro de los efectos económicos vinculados a esta enfermedad. La presencia de la enfermedad conllevaría el cierre de varios países importadores, lo que se traduciría en un cambio significativo en los flujos comerciales y una caída significativa en los precios de producción y los precios de los diferentes cortes. Para prepararse ante esta eventualidad, las organizaciones profesionales, las empresas de la industria porcina y los servicios del Estado francés han simulado, en condiciones reales, la implementación de un Plan de Intervención Sanitaria de Emergencia (PISU) frente a la posible contaminación de una granja situada en la región de la Bretaña. Uno de los objetivos del ejercicio es evaluar el impacto económico en el sector porcino francés.
La experiencia de Alemania con la enfermedad sirvió como objeto de estudio para extrapolar la situación y estimar el potencial impacto económico de la PPA en la industria francesa. Tras el descubrimiento del virus de la PPA en jabalíes en Alemania, varios países decidieron suspender sus importaciones de productos alemanes. Las exportaciones a los terceros mercados habituales se reorientaron así en su mayor parte al mercado europeo. Los pocos terceros países que aceptan productos alemanes no han podido compensar la pérdida de volumen y valor. En el caso de Francia, la pérdida estimada para el sector exportador rondaría los 157 a 364 millones de euros. La cantidad varía en función de si el virus se descubre en un contexto económico donde la demanda de importaciones de terceros países es fuerte (como en 2020 – escenario 1) o más habitual (media de los últimos 5 años – escenario 2). En Francia, una treintena de acuerdos comerciales con empresas de los mercados asiáticos, incluida China, se verían afectados con una pérdida de puntos de venta. Dada la cartera de clientes de los exportadores franceses, el impacto económico de la PPA sería significativo. La redistribución de flujos al mercado europeo y otros destinos no compensaría el cierre de los principales mercados asiáticos. Las alternativas de crecimiento son limitadas y menos rentables. Actualmente, un país afectado por la PPA no está obligado a detener por completo sus exportaciones si se toman las medidas recomendadas por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). Sin embargo, las últimas experiencias de PPA en Europa han demostrado que este principio, aceptado por todos los miembros de la OMC, no es respetado por varios países del mundo. Los grandes importadores de carne de cerdo como China, Japón o Corea del Sur detuvieron repentinamente sus compras a los países infectados.
Pese a esto, Francia firmó recientemente un acuerdo sobre el reconocimiento de la regionalización con China, quien representa 2/3 partes de las exportaciones francesas a terceros países. Este acuerdo debería asegurar el mantenimiento de las exportaciones para las áreas no infectadas con el virus. El impacto evaluado como parte del ejercicio de simulación económica sería entonces menor.
Tras la pérdida de salidas a la exportación, el mercado francés se enfrentaría a una importante caída de los precios del cerdo y de los cortes de carne. Al no exportar a los principales puntos de venta, el mercado interno experimentaría un desequilibrio entre la oferta y la demanda durante varios meses. El mercado europeo no sería suficiente para compensar los mercados de terceros y absorber los volúmenes. El exceso de cortes y productos porcinos provocaría una caída de la demanda de los mataderos lo que conllevaría a su vez una caída del precio de los cerdos. En Francia, la PPA provocaría una caída de los precios del cerdo en torno al 14%, es decir, una pérdida estimada de entre 21 y 23 céntimos el kilo en función de la situación económica. Las reducciones en el precio de los cortes serían del 27% para las pancetas, el 19% para los lomos, el 17% para los jamones y el 7% para las paletas.
La actualidad sanitaria muestra que la amenaza de la peste porcina africana en las granjas sigue presente. Esto confirma el interés de los actores del sector porcino francés a haberse prestado a este ejercicio de simulación. Si los impactos estimados por el estudio son sustanciales, el acuerdo de regionalización negociado por el sector debería mitigar estos efectos económicos y proteger el mercado francés, en el supuesto que las principales regiones productoras de carne de cerdo no se vean afectadas por el virus.