El ultimo comentario de 3trois3 (es decir: 3tres3 en Francia) subraya, entre otras cosas, lo siguiente:
- 2.007 fue un mal año pues el aumento de la producción europea redujo las cotizaciones.
- 2.008 fue un mal año debido a la explosión de precios del alimento
- 2.009 no ha sido bueno por causa de la crisis que ha reducido el poder adquisitivo de los consumidores.
El comentarista (el servicio económico del IFIP, una prestigiosa institución francesa) finaliza su crónica como sigue: “El sector porcino francés necesita un proyecto: diseñar un porvenir deseable y dotarse de los medios para conseguirlo”.
Es indiscutible que en los últimos tres años pocas han sido las alegrias. Por una u otra razón el mercado español (aunque podríamos generalizar sin equivocarnos) ha estado alicaído, triste, saturado, sin empuje en una palabra.
No obstante lo que antecede, en nuestro anterior comentario ya dejábamos entrever que algo parecía cambiar: en efecto se detecta mucha energía soterrada lista para emerger y muchas son las señales que lo indican.
Pocas veces como ahora habremos recogido una opinión más consensuada; desde “decididamente el mercado va a cambiar de rumbo”, “la cosa parece que se calienta”, “al final el cambio tenía que llegar”, “es indudable que las cotizaciones subirán”…. Los entrecomillados y las cursivas reflejan la literalidad de los comentarios provinentes todos de importantes operadores españoles y europeos.
Nuestro mercado ha resistido enero un tira y afloja digamos clásico, la última lonja nos ha dejado una subida que estimamos como la piedra millar de la nueva ruta. En Alemania se ha producido un alza de 4 céntimos que parece obedecer a esa “energía oculta” más arriba comentada; por lo menos así se ha interpretado.
En algunos artículos se palpa que los distribuidores se preparan con más ahínco que otros años para el verano, en otros se nota que los stocks son netamente más ligeros de lo que cabría esperar….
Aunque España tarde más en salir de la crisis (lo que continuará lastrando el consumo interno) disponemos ya de un fácil acceso a los mercados exteriores, circunstancia que será clave en los meses venideros
Seria deseable que la inevitable subida en la cotización del cerdo se acompasara a la capacidad del mercado para absorber aumentos en el despiece: de otra manera se correría el riesgo de desestabilizar a la industria del sacrificio en su conjunto.
En febrero deberíamos tener la confirmación definitiva de que algo cambia en profundidad aunque seguimos pensando que las brusquedades no llegarán hasta marzo o primeros de abril.
Como decía Hector Tassinari: “Dios no te hubiera dado la capacidad de soñar sin darte también la posibilidad de convertir tus sueños en realidad”.
Guillem Burset |