Aparición del caso
El caso se inicia en una explotación de engorde de 400 plazas situada en Francia, cuando el ganadero avisa al veterinario (no el habitual de la explotación) tras la presencia de muertes repentinas en una sala de engorde, con 30 cerdos muertos de 50 kg de peso aproximadamente, constatadas hacia el mediodía. Durante la llamada telefónica el ganadero le comenta al veterinario que:
|
El día anterior, el veterinario habitual de la explotación había pasado a realizar la profilaxis frente al Aujeszky, sin detectar problema alguno. Por otro lado, el técnico que visita regularmente la explotación informa al veterinario encargado del caso que el ganadero cuenta también con una explotación de vacas de leche así como tierras de cultivo.
Hipótesis antes de la visita
El veterinario, teniendo en cuenta que no posee un conocimiento previo de la explotación de engorde, ni de la de nacimiento, se plantea diferentes posibles causas del problema:
|
Visita a la explotación
La nave de engorde se divide en 4 salas con 4 corrales cada una y 25 cerdos por corral. Los suelos son de slat total. La ventilación se realiza por depresión con extracción alta. El esquema de la sala 4 es el siguiente:
Las 30 muertes en la sala de engorde nº 4, situada al final de la nave, se reparten de la siguiente forma:
- 17 muertos en el primer corral, próximo a la puerta,
- 12 muertos en el segundo corral, - ningún animal muerto en el tercer corral, que se encuentra bajo el ventilador, - y finalmente 1 animal muerto en el cuarto corral, situado al fondo de la sala. |
Los animales vivos de la sala afectada se trasladan a otra sala. En el momento de la vista, aproximadamente 4 horas después de detectar los hechos, no se observa ningún síntoma clínico remarcable en los cerdos, a excepción de cerdos apáticos.
Se constata que el sistema de distribución del alimento se ha roto justo en la división entre el corral 2 y 3. Sin embargo, es difícil evaluar la cantidad de pienso que ha caído bajo la fosa.
Respecto al sistema de ventilación, el examen realizado no muestra ningún tipo de fallo visible, observando una correcta extracción del aire, así como una regulación del panel de control y unas superficies de entrada de aire dentro de la sala suficientes.
Se mide la altura purín-slat, que es de 45 cm.
Examen de los animales
Aspecto exterior de los animales muertos:
|
|
|
Foto 1 : posición poco habitual de los animales muertos
|
Foto 2: congestión sanguínea, marcada en la cabeza
|
|
|
Foto 3:marcas visibles del slat
|
Foto 4: espuma sanguinolenta en el hocico
|
Necropsia:
Se necropsian 3 animales observando:
Cavidad torácica | ||
|
||
Pulmones
|
||
|
||
Abdomen
|
||
|
Conclusión de las necropsias
Las lesiones observadas parecen compatibles con un sofocamiento o una intoxicación por gases.
No obstante, la presencia de fibrina en el tórax y el abdomen en uno de los cerdos necropsiados indica la presencia de una posible infección bacteriana, si bien las lesiones observadas no parecen compatibles con una actinobacilosis o una salmonelosis.
Por precaución el veterinario decide tomar dos muestras de agua y de pienso y dejar una muestra al ganadero para posibles temas relacionados con un eventual proceso contencioso. Se toman también como muestras dos pulmones que serán conservados en fresco durante la noche.
El veterinario redacta un informe destinado al experto de la aseguradora mencionando las lesiones observadas durante la autopsia y las hipótesis de diagnóstico de sofocamiento a intoxicación por H2S.
Evolución del caso
Al día siguiente el ganadero informa de la muerte de otro cerdo del grupo de apáticos observados el día anterior, si bien los demás cerdos de este grupo no presentan signos clínicos anormales. El veterinario no ve, pues, la necesidad de realizar análisis complementarios.
El experto de la aseguradora concluye también como muertes debidas a intoxicación por gas, siendo la caída del pienso en la fosa y mezcla con el purín el origen. Este experto ya había visto este tipo de accidentes en otras explotaciones.
Conclusión del caso
Definitivamente se concluye que los animales han muerto por intoxicación por gas H2S debido a la caída de alimento en la fosa de purines.
El sulfuro de hidrógeno H2S es el más tóxico y probablemente el responsable de las mortalidades. Este gas se produce por la degradación de las proteínas por parte de las bacterias anaerobias presentes en el purín. En ausencia de mezclas, el gas permanece en el purín.
Comentarios
Tras la aparición de 30 cerdos muertos de forma repentina en una sala de engorde, el ganadero se pone en contacto con el veterinario
El caso describe una intoxicación por sulfuro de hidrógeno (H2S) tras la mezcla del purín, debido a la caída de una cantidad importante de pienso en la fosa debajo del slat.
El hombre es capaz de detectar este gas en el aire a bajas concentraciones (0,025ppm). Para estas concentraciones existe poco o ningún efecto nocivo sobre la salud humana. Esta detección permite a los hombres percatarse de su presencia y buscar un ambiente menos contaminado. Por contra, y de forma asombrosa, a concentraciones muchos mayores, del orden de 200 ppm, el sulfuro de hidrógeno lleva a una especie de parálisis del sistema olfativo de forma que muchas veces el personal de las explotaciones que constatan este tipo de accidentes en los animales pueden ser fácilmente víctimas de esta intoxicación. Es necesario, pues, tener siempre en cuenta el peligro existente y no quedarse en la sala sin haber tomada antes las medidas necesarias como airear la sala durante un largo periodo de tiempo y sobretodo, no entrar solos en la sala.
En este caso concreto, el ganadero tuvo la buena idea de airear la sala antes de desplazar a los animales supervivientes.