La utilización de la fibra presente en el alimento por parte de los lechones viene determinada por una serie de factores dependientes de la dieta:
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Así como de una serie de factores dependientes del animal:
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Todos estos factores determinan una amplia variabilidad en la digestibilidad de la fibra, que puede oscilar entre 0 y 97% (Rerat, 1978).
Los componentes fibrosos de la dieta de los lechones van a ser pobremente digeridos en el intestino delgado y, sin embargo, van a sufrir una intensa fermentación microbiana en el intestino grueso. A este nivel, los principales productos de la fermentación van a ser los ácidos grasos volátiles, los cuales pueden representar entre un 5 y un 28% de las necesidades energéticas para el mantenimiento, en función (1) del nivel y frecuencia de alimentación y (2) del porcentaje de fibra de la dieta (Kennelly et al., 1981).
Desde el punto de vista fisiológico, la fibra dietética va a tener una serie de efectos a nivel de intestino delgado (Varel & Yen, 1997):
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Por otra parte, a medida que aumenta el porcentaje de fibra en el alimento, mayor es la cantidad de sustrato que llega sin digerir a las porciones más distales del intestino del lechón. En el intestino grueso se observa que la fibra presente en el alimento va a determinar un aumento de la flora microbiana a este nivel (Tabla 1).
Tabla 1. Actividad microbiana y producción diaria de gases en cerdos en crecimiento.
Gas
producido (l/d)
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||||||
in
vivo
|
in
vitro
|
|||||
Cerdo
|
%relativo
de fibra
|
ATP
(mg)
|
CH4
|
CH4
|
H2
|
CO2
|
1
|
Bajo
|
26,4
|
1,2
|
0,8
|
2,9
|
49
|
2
|
Bajo
|
30,3
|
1,6
|
1,1
|
1,5
|
39
|
3
|
Bajo
|
26,9
|
0,9
|
1,0
|
1,3
|
41
|
4
|
Bajo
|
30,3
|
1,9
|
0,9
|
8,6
|
54
|
5
|
Alto
|
127,2
|
9,5
|
11,1
|
11,3
|
249
|
6
|
Alto
|
167,4
|
16,1
|
12,7
|
2,1
|
157
|
7
|
Alto
|
178,7
|
16,2
|
19,7
|
1,4
|
196
|
8
|
Alto
|
146,9
|
8,1
|
5,7
|
6,1
|
245
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Adaptado de Jensen & Jorgensen (1994). |
Merece la pena destacar que en el intestino grueso de los cerdos en crecimiento se observan cantidades significativas de especies bacterianas altamente especializadas en la degradación de la fibra, como Fibrobacter succinogenes y Ruminococcus flavefaciens, si bien su número es más de 6 veces menor que en el caso de cerdos adultos.
En general, la fibra presente en la dieta va a disminuir la concentración energética de la misma, ya que la energía procedente de la fermentación en el intestino grueso se emplea con menor eficiencia de aquella obtenida de la digestión enzimática de la dieta en intestino delgado (52 vs. 76% (Noblet et al., 1994)).
Lo anterior puede traducirse en un aumento en el consumo de materia seca, a fin de incrementar la ingestión de energía (Low, 1985), si bien un exceso de fibra bruta en la dieta (10-15%) puede acompañarse por una disminución en la ingestión de materia seca por un volumen excesivo o una baja palatabilidad del alimento (Braude, 1967).
Sin embargo, es interesante tener en cuenta que esta dilución de la energía contenida en la dieta es especialmente significativa en climas cálidos, donde se observa una disminución de la ganancia de peso y una menor eficiencia alimentaria. Por el contrario, en medios fríos, los índices zootécnicos se resienten menos, ya que el calor generado en el metabolismo de la fibra se destina a cubrir unas necesidades de mantenimiento más elevadas y permite destinar otros nutrientes a la síntesis de tejidos (Dierick et al., 1989).
Finalmente indicar que un exceso de fibra en la dieta puede penalizar el crecimiento de los lechones por interacciones entre ésta y los minerales, menor eficiencia en la utilización del nitrógeno y mayor velocidad en el tránsito del contenido intestinal.
Escribe L. Barroso luis.barroso@dan-sp.com