El balance de mayo es muy decepcionante para el productor español: en los cuatro mercados de ese mes la cotización ha subido unos paupérrimos 2 céntimos. Cada semana el mercado choca de frente con la cruda realidad y el precio no se mueve al alza con la alegría de otros años en primavera.
Como hemos comentado en anteriores ocasiones, Europa y su Mercado Común son nuestro ámbito de actuación (dentro de este marco rigen las mismas normas) y estamos cada vez más sujetos a su comportamiento. Nuestro mercado se comporta sensiblemente igual que los mercados europeos y no puede evolucionar independientemente de ellos, ya no.
Por razones simplemente biológicas la oferta en vivo se reduce y las matanzas también; en el sur español se reporta una oferta muy recortada.
Si bien las exportaciones europeas se han comportado muy bien en lo que llevamos de año (se ha compensado la ausencia de Rusia) ello no es suficiente. Los stocks de carne existentes son muy importantes y a medida que transcurren los meses son más preocupantes e inquietantes. Las matanzas se ven lastradas por esta magnitud de los stocks y no existe ningún tipo de entusiasmo para soltar el freno en la actividad del matadero.
Los consumos internos europeos siguen modestos y con perfil bajo; la esquiva meteorología no ha favorecido las barbacoas alemanas y todavía es pronto para el consumo veraniego en las costas del sur europeo. La carne sometida a estocaje privado regresará en breve al mercado y tampoco ayudará.
La producción europea se pronostica un 2% superior al año anterior (el censo de madres se ha reducido pero las que quedan son muy eficientes y prolíficas) y este 2% viene a añadirse a un mercado ya excedentario y tiene un efecto claramente demoledor sobre los precios.
En ausencia de problemas sanitarios importantes o de la aparición de algún destino milagroso para el excedente de carne se augura un otoño complicado y difícil. Parece que todos los productores europeos lo van a pasar mal y los menos competitivos entraran en crisis.
Como ya apuntamos en anteriores comentarios resulta imprescindible que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto, bien sea estableciendo restituciones a la exportación (medida que suscitaría el acuerdo unánime de todos los operadores) bien sea ayudando -con medidas efectivas- a abrir los pocos mercados no accesibles actualmente.
Como dijo el inglés John Milton: “La principal sabiduría es conocer lo que tenemos delante de nosotros en nuestra vida ordinaria”
Guillem Burset