El modelo sueco
Suecia se distingue dentro de la UE por haber sido pionera en la aplicación de normativas de bienestar animal y fue uno de los primeros países en establecer la obligatoriedad del uso de cama de paja o de material manipulable y la prohibición del corte rutinario de colas (en 1988 se prohibieron todas las intervenciones quirúrgicas que no pudieran justificarse desde un punto de vista veterinario, incluído el corte de cola). Además, en algunos casos, sus regulaciones son aún más exigentes que las establecidas a nivel europeo, como los requisitos de superficie mínima por animal (los cerdos se mantienen en corrales de 0,8–0,9 m2/cerdo a partir de aproximadamente los 30 kg de peso vivo) o la prohibición del uso de suelo con slat total. Estas normativas han llevado a un sistema más riguroso en términos de infraestructura y manejo, pero también han incentivado la innovación para mejorar la eficiencia.


Innovación en el manejo de deyecciones: la apuesta por el sistema de suelo móvil
En nuestra visita a una granja de engorde con una producción de 8.000 cerdos/año en el condado de Västmanland, conocimos la primera implementación del sistema Moving Floor en producción porcina. Esta tecnología, ampliamente utilizada en más de 100 granjas comerciales de bovino repartidas por Europa, Canadá y China, busca mejorar la higiene de los corrales, reducir emisiones y optimizar costos operativos.

Desde enero de 2024, esta granja ha servido como proyecto piloto, con una nave remodelada que alberga 12 parideras, 12 corrales de transición y 12 corrales de engorde con 10 animales por corral (1,16 m2/animal). La renovación ha contado con el apoyo de la Junta Sueca de Agricultura y la Agencia Sueca de Energía, reflejando el compromiso del país con la sostenibilidad.
Funcionamiento del sistema
El Moving Floor es un sistema automatizado de suelo móvil compuesto por una cinta transportadora ultraresistente que desplaza lentamente las deyecciones (aproximadamente 6 cm por movimiento) mediante un mecanismo de arrastre neumático. Las deyecciones se eliminan hacia los canales inferiores, donde son arrastradas al exterior de los establos, minimizando su acumulación y reduciendo la emisión de gases.

El suelo de los corrales se mantiene siempre limpio, y al raspar las deyecciones pocas horas después de su excreción, el sistema evita la máxima liberación de amoníaco, que ocurre entre 4 y 6 horas post-deyección.

El control del sistema mediante PLC (Controlador lógico programable) permite gestionar el movimiento del suelo, la distribución de paja y la limpieza automática de las fosas, lo que permite programar diferentes sesiones de limpieza. Además, existe un dispositivo de seguridad al final de cada corral que detiene el movimiento del suelo en el caso concreto que un cerdo se quede atrapado en la salida de purines.

Otra característica clave es el aporte automático de material manipulable que también sirve de cama (paja picada o virutas) a través de un dispensador móvil, sincronizado con la limpieza del suelo. Este sistema fomenta el comportamiento natural de hozar, reduciendo el aburrimiento y las conductas agresivas.

Resultados preliminares y validación científica
El sistema está siendo evaluado por organismos oficiales como el Instituto de Investigación Sueco (RISE) y la Agencia Sueca de Veterinaria (SVA), analizando su eficiencia en la reducción de emisiones y el impacto en el bienestar animal.
Hasta la fecha, no se ha detectado ninguna correlación negativa entre el movimiento del suelo y el comportamiento de los cerdos. Además, se han tomado más de 17.000 fotos para evaluar lesiones en extremidades, concluyendo que el sistema es seguro.
Los sensores de amoníaco y ventilación optimizan los ciclos de limpieza, logrando reducciones de hasta el 85%. Mientras que los sistemas tradicionales tienen niveles de amoníaco entre 7 y 14 ppm, el suelo móvil los reduce a 1-4 ppm.

Manejo de purines y compostaje
La granja está conectada a una planta centralizada de biogás y también se está llevando a cabo un proyecto piloto de compostaje in situ, utilizando un tambor pequeño para procesar los purines. La idea del tambor de compostaje es aprovechar el proceso natural de autocalentamiento de las deyecciones y acelerarlo. Las emisiones generadas durante el proceso pueden ser tratadas mediante un depurador, a diferencia del compostaje en hileras al aire libre.
El objetivo es obtener un fertilizante orgánico químicamente estable, con un mínimo aporte de energía en el proceso.

Consideraciones económicas y operativas
Aunque de momento en porcino solo se ha implementado a nivel experimental, se observan interesantes puntos a favor que habría que confirmar a nivel comercial, como por ejemplo la reducción a la exposición a patógenos ya que los corrales se mantiene siempre limpios, o la disminución de los problemas respiratorios al disminuir la concentración de amoníaco. Al parecer, estas mejoras en el estatus sanitario han conllevado a mayores GMD.
Por otro lado, la automatización disminuye considerablemente la mano de obra dedicada a la limpieza de los corrales.
Según los datos que nos ofrecieron, el costo de implementación se calcula en aproximadamente 430€/plaza (casi la mitad del costo de construir instalaciones nuevas en Suecia, que ronda los 1.000 €/plaza de engorde) ya que el sistema de suelo móvil solo requiere para su implementación una superficie de suelo plana, lo que elimina los trabajos de adecuación en el caso de remodelación de granjas. Los costos de mantenimiento se sitúan en un promedio anual de 10 a 15 euros por corral en piezas de repuesto. El consumo medio de energía es inferior a los 500 kWh por cerda y año. En cuanto al PayBack (Recuperación de la inversión), en promedio, la inversión en el sistema se recupera en 3 años, considerando tanto los costos operativos como los beneficios en la salud animal y una mayor tasa de crecimiento de los cerdos.