La cotización española aumentó un céntimo por kilo vivo el pasado jueves día 10; si bien se trata de un aumento pírrico, lo que importa es el cambio de tendencia. Se confirma que lo peor ya ha pasado: el precio mínimo del año queda atrás.
Los mataderos sacrifican a todo ritmo y las ventas de carne se realizan con fluidez; la oferta de ganado para sacrificio se revela muy importante pero la gran actividad de los mataderos compensa, con creces, esta circunstancia.
La primera semana de diciembre reproduce un esquema casi kafkiano conocido de otros años: el martes y el jueves son días festivos con el consiguiente perjuicio en la actividad industrial. No obstante, creemos que el comedido impulso alcista actual -entendido como movimiento de fondo- permitirá solventar esa semana sin ningún percance negativo para el precio.
Pensamos que la cotización española progresará lentamente de aquí a Navidad, sin grandes alegrías pero con firmeza (entre 5 y 8 céntimos/kilo nos atrevemos a indicar). Al mismo tiempo, la debilidad del dólar debería favorecer el abaratamiento de las primeras materias para pienso. Por una vez, las variables de la ecuación se presentan favorables a los productores de porcino, lo que saludamos con serena satisfacción.
Varias son las causas que coadyuvan a la firmeza actual:
— La insistencia en los mensajes catastrofistas al respecto de la peste aviar afecta, finalmente, al consumo de carne de ave. El desvío del consumo hacia la carne de cerdo es muy ligero pero constatable.
— Las exportaciones de la UE hacia la Europa del este se realizan a un ritmo sostenido.
— El frío ya ha aparecido de forma muy tangible (retrasa el ganado, aumenta el consumo de bastantes artículos).
— La cotización española está posicionada en la banda baja dentro de la UE (como corresponde a esta época del año) y al funcionar correctamente las exportaciones no hace falta “sacrificar” nada en el precio para estimular ventas.
— En general, los stocks de carne congelada no son preocupantes al no ser masivos e indiscriminados (existen pero son intencionados en su mayor parte y basados en un puñado de artículos muy concretos).
En unos momentos en que la totalidad del sector porcino europeo (productores, mataderos, transformadores) manifiesta su disgusto por las crecientes dificultades (tensiones comerciales, dificultad de crear margen,….) en las actividades del día a día, la situación del productor mediano español tiene mucho de envidiable a los ojos de sus homólogos europeos.
A falta de pan, buenas son tortas.
Guillem Burset