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Han llegado las pérdidas, pero los cimientos son buenos

El impacto de los aranceles impuestos por China sobre la carne de cerdo de EEUU, el estado de las exportaciones, el coste del pienso y más...

Parece que el suelo se mueve un poco bajo nuestros pies, pero los cimientos siguen siendo firmes. Estamos esperando que en un par de semanas se toque fondo en la bajada estacional de finales de invierno/principios de primavera y pueda empezar la subida de los meses veraniegos. Los beneficios esperados para el resto del año se han evaporado pero, de momento, sólo es una previsión excesivamente influenciada por la reacción especulativa a los peores escenarios, ninguno de los cuales es probable que se materialice. Sin embargo, desde el mes pasado ha aumentado la incertidumbre respecto a los beneficios esperados por el productor para este año, así que veamos lo que está pasando.

En primer lugar, nunca hay que apartar los ojos de los cimientos porque siempre evitarán el pánico y la sobrerreacción al devolvernos a la realidad. Me refiero al nerviosismo respecto a los aranceles chinos sobre la carne de cerdo de EEUU y la incertidumbre acerca del NAFTA. La reestructuración de la industria porcina china sigue el modelo aplicado en los 1990s en EEUU, cuando la producción al aire libre y poco tecnificada dio paso a los actuales sistemas intensivos y a enormes inversiones de capital. Igual que en ese momento, que fue una especie de "salvaje oeste" de crecimiento individual, con mucha menos coordinación de la que existe hoy en día, China ha visto como las principales empresas productoras han empezado a cotizar en bolsa y han obtenido miles de millones de dólares en capital y con ello cientos de miles de nuevas plazas para cerdas. Muchos han construido (temporalmente) granjas de engorde precarias para poder completar rápidamente el sistema de producción. La intención es ir mejorándolas o renovándolas con el tiempo.

La teoría es la misma que en otras grandes expansiones tecnológicas, ocupar el espacio rápidamente para desincentivar a los competidores, ya que es probable que sólo quede un puñado de operadores cuando termine la vorágine. Por desgracia, el único modo que tienen los competidores de saber cuándo hay que parar la expansión es que el mercado esté saturado y los precios empiecen a desplomarse. Cuando esto sucede, la cadena de producción está llena de cerdos que siguen su curso hasta mucho después de que se tome la decisión de reducir las cubriciones. Tampoco lo hacen todos simultáneamente, por lo que la fase de ralentización suele venir acompañada por catastróficos desplomes de precios que eliminan las "ideas" mal financiadas y de menor calidad, que sólo vieron la luz por la fuerte inversión inicial. Es una fase dolorosa, aunque necesaria ya que trae la coordinación para fomentar nuevas inversiones de capital una vez que la industria sufre grandes pérdidas. Parece que China está llegando al principio de esta fase ya que los precios han caído significativamente y ahora la fase de fusiones y adquisiciones absorberá las empresas fallidas a un precio muy económico y la producción empezará a mejorar, no sólo a crecer.

Con este trasfondo, ¿hasta qué punto deben preocuparse los productores por los aranceles chinos. Dada la siruación antes comentada, era poco probable que comprasen mucho más y, en cualquier caso, tienen una gran habilidad para encontrar lo que necesitan escaneando los centros mundiales de producción y seleccionando los mejores precios hasta satisfacer sus necesidades. Por lo tanto, no voy a morder el anzuelo en este caso. Todo esto se hace para aumentar el clamor político, sin infligir mucho daño financiero. Además, es probable que cause cierto disgusto al consumidor chino, que está desarrollando un gusto cada vez mayor por la carne de ternera de EEUU y ahora verá que le suben el precio. Simplemente no creo que haya que preocuparse demasiado por ello.

Por otro lado, finalmente ya tenemos las cifras de exportación de febrero y abundan las buenas noticias. La realidad es que el producto interior bruto (PIB) ha aumentado en todo el mundo, un indicador de que los ingresos nacionales están manteniendo firme la demanda. La USMEF (US Meat Export Federation) ha publicado que las exportaciones de cerdo en febrero aumentaron un 4% en volumen respecto al año anterior y un 12% en valor. Destacan que el recientemente renegociado tratado de comercio con Corea (el primer acuerdo comercial que EEUU revisa antes de su vencimiento) ha eliminado los aranceles coreanos para el cerdo de EEUU. En enero, el principal banco de Corea aumentó marginalmente su previsión de PIB hasta el 3%, y los coreanos muestran un fuerte aumento del consumo per cápita de carne de cerdo. Los acuerdos comerciales con América central y del sur están implicando un aumento de las compras por países como Colombia, Honduras, El Salvador y Perú. México y Japón, los dos principales importadores de carne porcina de EEUU (México en volumen, Japón en valor) han aumentado el valor de sus importaciones. Japón además ha aumentado en volumen, mientras que México se ha mantenido.

También tenemos que hablar de los costes. A raíz de la sequía en Argentina, el precio del maíz ha aumentado un poco. La reducción de la producción argentina favorecerá la exportación de soja estadounidense. El USDA cree que aumentará un 5% por bushel o menos. El maíz se vende a unos $3,40 a $3,50/bushel en Iowa, incluso con el incremento, y está por debajo del precio de equilibrio a largo plazo para los productores. No puede esperarse comprar materia prima por debajo del coste de forma indefinida, por lo que no podemos quejarnos del precio del maíz. La soja también está aumentando, pero es probable que el cambio de cultivos hacia la soja, para evitar más pérdidas con el maíz, evite que se convierta en una gran subida. Además, el avance de la previsión meteorológica para el verano en el medio-oeste indica una pluviometría normal con un calor por encima de la media. No muy adecuado para un picnic, pero es la receta para una cosecha de maíz excepcional.

Por último, estamos en el punto más bajo de la caída estacional de precios de finales de invierno/principios de primavera. La panceta está muy débil en este momento pero en un par de semanas empezará la subida veraniega y, si el hombre del tiempo acierta, el calor debería ralentizar el 4% de aumento de producción previsto para este año.

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