Febrero termina con una testimonial subida de menos de medio céntimo. Sí, pero llevamos cinco lonjas consecutivas con pujas acumulando un total de más de 7 céntimos. No está nada mal para esta época del año.
Se palpa en el mercado una oferta restringida, o lo que es lo mismo, hay claramente una demanda que no se puede atender. No se prevén cambios sustanciales en marzo y, aunque en Semana Santa acumularemos festivos sin matanza, lo más probable es que la cotización no se resienta lo más mínimo. Firmeza y subidas comedidas para marzo es lo que parece anunciarse o, dicho en otras palabras, más de lo mismo que hemos visto en febrero.
Alemania muestra su reticencia a subir por razones diversas (la inhabilitación para exportar a Rusia no es la menor) y mientras no retome claramente el camino alcista estaremos a la expectativa.
Las buenas perspectivas del precio del alimento para más adelante (se constatan tomas de posición para el segundo semestre a muy buenos precios) unidas a la insólita firmeza actual nos permiten pensar que los márgenes positivos están asegurados para unos cuantos meses. Mejor que mejor para el sector productivo demasiado castigado en las últimas épocas.
El consumo en la UE está por los suelos, hasta tal punto que más de una industria paraliza uno o dos días por semana alguno de sus centros productivos por falta de ventas y, a pesar de esta circunstancia, los precios de la carne muestran tendencia alcista. Rusia compra a buen ritmo y los stocks de carne no son excesivos. Entre los cerdos que no se sacrifican porque no están y las exportaciones a países terceros –que siguen su curso normal- el balance de la carne también es algo deficitario.
La reducción de censo de madres en toda la UE es algo más que un presagio de firmeza, es casi una garantía de que tenemos el ganado caro para rato.
La penurias del ganadero en los últimos años han provocado esta ligera reducción del censo y todo lo que de ella deriva, dicho en otra forma: “aquellas lluvias trajeron estos lodos”.
De todos modos resulta útil pensar en lo que dijo una vez Rabindranah Tagore: “engarza oro en las alas de un pájaro y nunca más volará al cielo”.
Guillem Burset