El principal método de eutanasia para lechones de < 5,5 kg es un traumatismo fuerte con un objeto contundente o contra una superficie plana. Pese a ser un método poco estético comporta la insensibilización inmediata, sin recuperación de la consciencia.
Una posible alternativa es el uso de una bala cautiva no penetrante (BCNP). Investigaciones recientes (Widowski et al., 2008) han mostrado que causa la insensibilidad inmediata en neonatos y, tras una modificación del cabezal para hacerlo más cónico, infligió un daño cerebral irreversible que conducía a la muerte en un tiempo medio de 3'45'' (Casey-Trott et al., 2010). Se recomienda que el cono sobresalga al menos 9 mm. El uso de la BCNP está reconocido por el National Pork Board como un método aceptable de eutanasia en lechones de < 5,5 kg.
Fuente: http://www.swineinnovationporc.ca
Otro de los métodos aceptados es la inhalación de dióxido de carbono. Requiere una exposición a ≥ 90% CO2 durante al menos 5 minutos en cubículos precargados o de llenado gradual. Pese a su efectividad, este método no carece de controversia. La pérdida de consciencia no es inmediata (Chevillon et al., 2004), y se observan vocalizaciones, signos de ahogo y evitación activa durante la fase de inhalación. Se sugiere que el sistema precargado es más humano para los lechones que el de llenado gradual. El dramático aumento del cortisol tras la eutanasia por inhalación de CO2 (Bryer et al., 2010) sugiere que el proceso es estresante para el lechón y quizá la aceptación de este método debería ser reconsiderada.
En la aplicación de eutanasia, es esencial escoger un método que cause el mínimo dolor y estrés al animal y garantice la seguridad del personal. Se recomienda diseñar y discutir un protocolo con los operarios encargados de dicha tarea.
Evaluación de los signos de sensibilidad
Es esencial comprobar los signos de sensibilidad tras la aplicación de la técnica para garantizar que el animal no perciba ningún dolor y progrese hacia una muerte temprana. La observación de reflejos nerviosos (nocicepción) da una idea de si el animal conserva la sensibilidad o tiene algún dolor (Erasmus et al., 2010). Entre ellos se encuentran el reflejo corneal, palpebral, y el reflejo pupilar a la luz. Se considera que el animal está insensible cuando no parpadea al tocarle el párpado o la córnea así como si la pupila no se contrae con la presencia de luz. Si se detecta algún parpadeo natural, el animal se considera sensible (Grandin, 2010) y debe volver a aplicarse la técnica o utilizarse un método alternativo de inmediato. Los reflejos espinales también se consideran útiles para determinar la insensibilidad. Algunos ejemplos son el reflejo pedal, a la punción nasal o reflejo anal (Kaiser et al., 2006).
El comportamiento también puede utilizarse como indicador de insensibilidad, especialmente cuando no puede haber un contacto directo (inhalación de CO2). La ausencia de una respiración rítmica, de vocalizaciones y de tono muscular, indican una eutanasia efectiva (Gregory, 2008). Idealmente los indicadores de comportamiento deben valorarse junto con los reflejos antes mencionados. El retorno a una respiración rítmica ha sido mencionado como un indicador de recuperación de la consciencia (Anil, 1991). Las vocalizaciones son un signo de dolor y no deben aparecer durante la aplicación de la eutanasia (Warris et al., 1994). La pérdida de tono muscular está asociada con la pérdida de consciencia y una mandíbula o lengua fláccida son indicadores de insensibilidad en cerdos (Grandin, 2010).
TM Casey-Trott, ST Millman, P Lawlis y TM Widowski. Assessing the effectiveness of euthanasia methods for suckling piglets using signs of sensibility and behavioural indicators. 2011. 30th Centralia Swine Research Update, Kirkton Ontario.