La aplicación de hormonas en porcino históricamente ha sido muy discutida puesto que su uso indiscriminado y sin criterio ha dado más de un fracaso. No es bueno además, relegar una parte muy importante del trabajo que se puede hacer en una granja a la opción “jeringa”. Tenemos que intentar hacer siempre las cosas con manejo y guardarnos el “as en la manga” de las hormonas para los momentos críticos.
No obstante generalizar nunca es bueno ya que la aplicación de las hormonas se ha demostrado más que efectiva para mitigar los problemas producidos por el calor como el estrés y los balances energéticos negativos durante la lactación. Tres son los grupos de hormonas que nos pueden ayudar en esta fase: gonadotropinas, progestágenos y prostaglandinas utilizadas solas o combinadas.
Es importante recalcar las precauciones que se tienen que tomar durante la administración de las hormonas (sobretodo las mujeres, especialmente si están embarazadas).
Las gonadotropinas (FSH y LH) son hormonas responsables del crecimiento folicular. Recordaremos que el folículo es el que acaba liberado el óvulo que posteriormente se fecunda. Cuando usamos estas hormonas pretendemos iniciar un crecimiento folicular no existente o bien potenciar uno que sí que existe.
Los progestágenos son aquellas hormonas que ayudan a mantener la preñez y normalmente sus niveles son elevados durante toda la gestación de la cerda. El uso de progestágenos irá encaminado a “simular” o “potenciar” la gestación. Para que nos ayude en la salida en celo necesitamos su “no presencia” (es decir se juega con unos días de tratamiento seguidos de la retirada del mismo, lo que hace bajar sus niveles). Esto es debido a que los progestágenos bloquean el crecimiento folicular, que sólo se activa tras su disminución. Las cerdas pueden tardar unos 5-6 días a salir en celo después de la retirada del progestágeno.
Las prostaglandinas tienen un efecto inhibitorio de los progestágenos. Hay dos tipos de prostaglandinas: las naturales (más usadas post-parto como efecto “limpieza”) y las sintéticas (alteran menos a la cerda y son más usadas para la sincronización de partos). El uso de las prostaglandinas en gestación siempre será un complemento previo a las gonadotropinas. Es importante recordar en el uso de prostaglandinas que la cerda tiene que estar vacía (¡de lo contrario provocaríamos un aborto!), excepto en la programación de partos.
Usos de las hormonas en gestación
Gonadotropinas y prostaglandinas
Las gonadotropinas se pueden usar solas o bien combinadas con prostaglandinas. Es aconsejable usarlas al final de la fase luteínica o al inicio de la fase folicular.
Podemos plantearnos diferentes protocolos más o menos agresivos.
En granjas problemáticas en verano podemos realizar un tratamiento a todas las cerdas de 24 a 36 horas después del destete (en este caso inyectaremos en el momento en el que el folículo está creciendo para potenciar este crecimiento). Cabe decir que podemos usar la mitad de la dosis. Tenemos también la posibilidad de combinar este tratamiento con una prostaglandina (inyectando la prostaglandina 24 horas antes).
En los casos de anoestro también podemos usar gonadotropinas (incluso cambiándolo con prostaglandinas), pero nunca durante los 10 primeros días tras el destete. Este pinchazo puede ir precedido por uno con prostaglandina 24 horas antes.
Podríamos realizar una segunda inyección de gonadotropinas a las 10 horas o bien a los 10 días del primero.
Otro de los usos de las gonadotropinas es la estimulación de la pubertad en nulíparas de más de 175 días de edad.
Progestágenos
La ayuda de los progestágenos para combatir el calor nos puede servir para diferentes estrategias:
1. Para retrasar la salida en celo de aquellas cerdas que en verano salen excesivamente flacas de maternidad (con baja condición corporal). Permitiremos de esta manera ganar condición corporal a la cerda para que presente una mejor tasa de ovulación y no esperar todo un ciclo (21 días) para que salga en celo. En estos casos mantendremos el tratamiento durante unos días (recordamos que la mayoría de progestágenos son orales, con lo que se facilita el tratamiento).
2. Para ayudar a mantener la gestación a cerdas gestantes. Esto lo podríamos hacer en aquellas situaciones en las que el aborto estacional (principalmente en otoño) supone un grave problema.
3. Para prevenir los problemas que tradicionalmente existen en verano. El uso de progestágenos nos es de una gran ayuda para programar la entrada en ciclo de las nulíparas.
Usos de las hormonas en lactación
Las gonadotropinas no se suelen usar en lactación, centrándonos a nivel hormonal únicamente en el uso de prostaglandinas y progestágenos.
Prostaglandinas
El uso de las prostaglandinas en lactación irá encaminado básicamente a la programación de partos. Hacer una programación de partos puede estar indicado en verano para evitar los partos en horas calurosas o cuando la organización del personal así lo requiere (grandes explotaciones industriales). La aplicación de una prostaglandina induce al parto a las 24 -36 horas de su aplicación. Si se combina con un pinchazo de oxitocina a las 24 36 horas de la administración de la prostaglandina, el parto sucede en los 15-20 minutos posteriores.
Progestágenos
Probablemente pueda sorprender el uso de progestágenos en maternidad pero precisamente han sido los avances en manejo los que nos obligan, en aquellas granjas donde se trabaja a nivel de adopciones, a considerar el uso de los progestágenos.
El objetivo de este uso se centra en mantener a las cerdas sin salir en celo en maternidad. Pese a que nosotros decidamos una fecha de destete, nos podemos encontrar que la fisiología de las cerdas decida otra y que esto provoque una salida en celo en maternidad. El destete supone un estrés para la cerda que acabará activando el ovario (también otras causas de estrés pueden causarlo). Estas situaciones pueden ser: cuando hacemos cerdas nodrizas, cuando hacemos destetes parciales o en los destetes precoces. En estos casos estará indicado el uso de un progestágeno mientras el animal esté lactando.
Administración en plasma seminal
Todas estas hormonas se administran a las hembras. Existen algunos experimentos (la verdad es que se ha usado poco a nivel comercial) en los que se ha trabajado directamente sobre el plasma seminal, añadiendo algunas hormonas al mismo. En ellos se constata que la adición de hormonas aumenta el número de fetos y esto puede relacionarse con una alteración en el patrón de pérdida de flujo y esperma tras la inseminación y a una tendencia al aumento de espermatozoides en el segmento anterior del útero. Según estos resultados, en situaciones donde existe una disminución de la fertilidad (épocas de calor o cerdas de primeros partos) la adición de hormona podría ser una estrategia para limitar la infertilidad. Las mejores opciones parecen ser la utilización de prostaglandina y oxitocina.