En las últimas cinco sesiones de lonja hemos visto que el precio en vivo ha aumentado en 0,18 euros / kg, lo que viene a equivaler a unos 0,23 euros / kg canal. En sí mismo, este aumento es muy importante y significativo aunque insuficiente para enjuagar el déficit económico que se ha generado en los últimos meses.
Este decidido movimiento español ha sido seguido con prudencia por nuestros vecinos, que han movido al alza sus cotizaciones aunque de una forma mucho más comedida: en el mismo periodo Francia ha subido 0,09 euros / kg y Alemania 0,11. Todos estos cambios han propiciado que España se haya situado como líder destacado en el precio europeo.
Según el comentario en “3trois3.com” de Francia de febrero (con la rúbrica del prestigoso IFIP), los sacrificios alemanes y españoles en 2007 excedieron en ambos países de más de 3 millones de cabezas en cada estado con relación a los de 2006. Un total de 6.000.000 de cabezas representan 120.000 unidades por semana, elemento suficiente por si mismo para colmatar el mercado de la UE. La profundidad y extensión de la crisis actual cabe buscarlas en el aumento de producción en el ámbito de los países miembros.
Constatado el origen del problema, podemos imaginar que la solución al mismo sólo puede llegar de la mano de una reducción tangible de la oferta de ganado en el ámbito de toda la UE, lo que indefectiblemente debe producirse aunque por el momento la reducción de la oferta no es suficientemente significativa. La cabaña europea de cerdas en producción se ha reducido (según las cifras facilitadas por 8 estados miembros de la UE entre noviembre/diciembre 2.007) en un 5%, lo que es una señal clara en la buena dirección.
La rotundidad de la subida española ha propiciado “importaciones de choque” de cerdos franceses para su sacrificio en Catalunya (el diferencial actual de precio lo permite) a partir de la próxima semana. Esta es una reacción previsible de los mataderos que han debido absorber este aumento desde su propio bolsillo al no haber podido repercutir en la carne ninguna subida significativa.
Las dificultades del matadero para salvar su margen han empezado este año con notable adelanto respecto a lo que suele acontecer en cada ejercicio. De persistir la decidida tendencia de nuestro mercado (subidas consistentes en cada lonja) sin que Europa acompañe no sería de extrañar que los mataderos tomaran medidas corporativas como ha sucedido antaño.
Es cierto que el ganadero necesita desesperadamente conseguir un precio que rentabilice sus explotaciones; no lo es menos que el matadero no puede sacrificar indiscriminadamente si entra en pérdidas.
Parece claro que la cotización española sólo puede mostrar firmeza de ahora en adelante (necesidad obliga), aunque la concreción de la misma estará, indudablemente, ligada a lo que acontezca en Alemania y en Francia.
Bruselas (en un gesto de sagacidad) ha prorrogado las ayudas al estocaje privado tres meses más, en un claro signo que la recuperación decidida no se espera hasta más adelante.
Sólo nos queda esperar que el periodo hasta que el ganadero entre en márgenes positivos no se eternice.
Más vale la fuerza de la razón que la razón de la fuerza.
Guillem Burset |