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El enunciado de hoy viene a cuento porque en toda Europa falta ganado y no obstante no falta carne; ni un solo gramo. La situación tiene algo de paradójica: la oferta es muy corta pero los operadores (compradores) tienen la carne que les hace falta. El consumo está por los suelos y nada parece hacerlo reaccionar.
En junio el precio español ha remontado 0,10 Euros / kg vivo y el alemán 0,10 Euros / kg canal (+ 0,08, + 0,00, + 0,04, -0,02). Francia ha acumulado un aumento de 0,149 Euros / kg canal y todo hace pensar que los niveles actuales están asegurados hasta la segunda quincena de agosto.
En EEUU la cotización ha subido prácticamente durante 14 semanas consecutivas para situarse rozando el récord histórico y en Canadá tres cuartos de lo mismo, con un aumento de un 36%. Para los europeos, el flanco americano no representa un handicap en este momento.
Las cosechas se concretan con cifras de aumentos espectaculares y es fácil predecir que el precio del alimento se relajará y no dará disgustos. Todo apunta a que este año los balances económicos del ganadero serán claramente positivos.
Salvo acontecimientos imprevisibles el precio del cerdo debería estabilizarse al nivel actual y empezar a ceder hacia finales de agosto. No parece probable que la euforia de agosto del año pasado se repita.
La prohibición de exportar cerdo español a Rusia sigue en vigor y todo hace pensar que durante el período vacacional nada cambiará; un oneroso silencio envuelve este tema. La Gran Exportación (hacia terceros países) sigue su flujo sin grandes altibajos y no será un factor desestabilizador.
La toma de control de China sobre Smithfield no es efectiva todavía y no se ha observado ninguna variación en el comportamiento comercial del gigante americano.
Los primeros datos de la actual campaña veraniega en el estado español son muy favorables, con niveles altos de reservas (Turquía y Egipto son mercados competidores con alto perfil de riesgo en la actualidad). Si al final se confirmara, este repunte podría ayudar a sostener, de una forma u otra, el precio; tampoco mucho más.
Visto lo visto y avizorando un porvenir a corto más bien halagüeño lo mejor es vivir el presente sin calenturas, recordando malas épocas pasadas. Del refranero español entresacamos: “por el hilo sacarás el ovillo y por lo pasado lo no venido”
Guillem Burset
