El virus del PRRS continúa causando una de las enfermedades más devastadoras y costosas de la industria porcina a nivel internacional. Aunque se trata de un virus relativamente nuevo, descubierto en 1991, en los últimos 5 años se han hecho avances significativos en los programas de lucha frente a esta enfermedad.
Evolución de los programas de erradicación y prevención
Si nos centramos en los programas de erradicación y prevención, en los últimos años se ha pasado por diferentes etapas hasta el punto en que, finalmente, parece existir acuerdo sobre la dirección que la industria debe seguir y qué programas se deben implementar.
Al principio, hubo un “boom” en la aplicación de programas de erradicación a raíz del impulso dirigido por las compañías genéticas ya que fueron éstas las primeras en implementar dichos programas. Algunas compañías genéticas tomaron la iniciativa de eliminar el virus de sus granjas para lo cual tuvieron que desarrollar los protocolos para dichos programas. Básicamente se siguieron los programas de despoblación-repoblación, cerrado de granjas (interrupción temporal a la entrada de animales de reemplazo) y en algunos casos programas de muestreo y eliminación (test and removal) y despoblaciones parciales. El programa que realmente fue definitivo y novedoso y que permitió una implementación fácil fue el de “cerrado de granja” pues permitió eliminar el virus sin tener que despoblar la granja. Hasta ese momento se creía que no era posible eliminar el virus de granjas grandes sin tener que despoblar pues el virus causa infecciones de tipo persistente. Sin embargo se demostró que sí era posible y si el programa se realizaba correctamente, las posibilidades de éxito eran de más del 90%. A medida que los programas de erradicación fueron avanzando exitosamente en las granjas de genética, los programas también se empezaron a implementar en granjas comerciales.
Desafortunadamente a nivel comercial se tuvieron numerosos fracasos pues muchas granjas se reinfectaron menos de un año después de haber finalizado el programa de erradicación. Después de muchas frustraciones y análisis, se llegó a la conclusión de que el problema no era que los programas de erradicación estuvieran fallando sino que las granjas se estaban reinfectando. Por lo tanto, a nivel comercial estaba siendo difícil mantener las granjas limpias debido a la facilidad con que éstas se reinfectaban con nuevos virus de PRRS.
En ese momento los programas de control y erradicación de PRRS tomaron un nuevo rumbo consistente en prevenir nuevas infecciones. Se vio que este punto era importante en granjas positivas, negativas o en granjas que estaban en vías de eliminar el virus. Muchas veces se puede pensar que en granjas ya positivas no es necesario extremar las medidas de bioseguridad pues las granjas ya están infectadas. Esto es un error pues en granjas que ya son positivas es importante prevenir la entrada de cepas nuevas dado que, si no, existe el riesgo de que la producción se desestabilice.
Origen de las infecciones
Diferentes estudios en los que se analizó como se reinfectaron estas granjas, demostraron que en más del 80% de los casos, las infecciones eran de origen lateral, es decir que no eran debidas a la entrada de animales o semen infectado. Dentro de las infecciones de origen lateral destacó el transporte, la localización de las granjas por el efecto de transmisión dentro del área (pero raramente por aerosol), el movimiento de equipo y materiales entre las granjas, y sobre todo la falta de implementación de forma consistente de los programas de bioseguridad por parte del personal.
Asimismo, la investigación realizada en la Universidad de Minnesota resaltó e ilustró con qué facilidad el virus de PRRS sobrevive en el ambiente en condiciones de humedad y frío, y por lo tanto lo fácil que es mover inadvertidamente el virus entre las granjas. También se demostró que el virus se puede mover con mucha facilidad mediante los camiones de transporte si éstos no están limpios y, más importante todavía, si no están completamente secos.
Las compañías comerciales se dieron cuenta que debían de extremar las medidas de bioseguridad antes de intentar de nuevo ningún programa de control y/o erradicación, y así lo están haciendo. En estas compañías se están revisando los flujos de los animales para que estos sólo se muevan en una dirección, al mismo tiempo que se está minimizando o eliminando la mezcla de animales al destete de diferentes fuentes, se están extremando las medidas de bioseguridad en las áreas de transporte, y en muchos casos se están instalando estaciones de secado con aire forzado para camiones. Asimismo se están implementando programas de entrenamiento del personal dirigidos a asegurarse que los programas de bioseguridad retomen un papel clave en todo el proceso.
¿Qué está pasando en otros países?
Se ha llegado a la conclusión que realizar programas de erradicación aislados ya sea en granjas que pertenecen a compañías grandes o en granjas localizadas en áreas densas tiene pocas posibilidades de éxito a corto/mediano plazo. Por lo tanto, en los sistemas comerciales se están implementando programas que abarcan todo el sistema de producción con un plan organizado implementando los programas simultáneamente en varias granjas de acuerdo a su localización, el flujo de los animales y otros factores importantes propios de cada compañía.
Asimismo los programas de erradicación están tomando un enfoque regional. Es decir, se están identificando regiones geográficas definidas en las que los productores se están poniendo de acuerdo para implementar los programas de forma coordinada y en conjunto. Existen ejemplos en los que esto ya se esta llevando a cabo, como en el programa de erradicación de Chile mediante el que se espera que todo el país sea negativo el próximo año, y también los programas en Sonora, México y Minnesota donde el estado, o una serie de condados determinados están ya trabajando en esto. Se espera que en los próximos dos años aparezcan más iniciativas de este carácter y que los productores y propietarios de las compañías de producción grandes tomen las riendas para la implementación de estos programas. Es más, ya existen ejemplos de compañías de producción con censos de 22.000, 30.000 y 70.000 madres en un estado avanzado de eliminación del virus en sus sistemas o que han terminado recientemente.
Conclusiones
En resumen, no existe ninguna duda en la dirección que la industria porcina ha tomado referente al PRRS. El coste de esta enfermedad es demasiado grande para poder vivir con ella. En muchos países como EE.UU, Chile y México ya se están llevando a cabo programas donde se está apostando por la erradicación. A medida que algunos países se vuelvan negativos esto les dará una serie de ventajas para la exportación y comercio que países positivos no tendrán. Asimismo existe una oportunidad en países como España, en que ya existen campañas de erradicación como la de Aujeszky, en que los productores deberían considerar los programas de erradicación del PRRS como una opción para un futuro que ya está a la vuelta de la esquina.