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Empezamos 2011: ¿para bien?

2010 no será recordado positivamente; su último trimestre nos ha dejado inmersos en un mar de dudas respecto a la viabilidad de la mayoría de las explotaciones porcinas, sobretodo por el aumento de precios de las materias primas que el mercado cárnico no ha permitido amortizar. Resulta muy difícil mantener la cabeza fría en un escenario de pérdidas netas.

Vaya por delante que nos gustaría que este año que empieza nos ofreciera un sinfín de sorpresas agradables, tanto desde la vertiente personal como la profesional. No será fácil pero nada es imposible.

2010 no será recordado positivamente; su último trimestre nos ha dejado inmersos en un mar de dudas respecto a la viabilidad de la mayoría de las explotaciones porcinas, sobretodo por el aumento de precios de las materias primas que el mercado cárnico no ha permitido amortizar. Resulta muy difícil mantener la cabeza fría en un escenario de pérdidas netas.

Aquí y ahora aparecen algunas pinceladas (en un cuadro global nada positivo) de optimismo:

- Tanto en Brasil como en EEUU la canal porcina está muy revalorizada: esto nos da oportunidades en el mercado mundial (aunque nuestra exportación fuera del ámbito de la CE no represente más allá de un 20%).

- Las turbulencias financieras han debilitado notablemente al euro: con nuestra divisa débil competimos mejor en el lejano oriente y en todos los mercados (aunque se podría contraargumentar que un euro débil encarecerá nuestras compras de cereal al exterior....).

No parece que el precio de los cereales pueda inflexionar a la baja: la única esperanza para salvar el margen del ganadero pasaría por un aumento de la cotización de la canal. Aquí y ahora no parece fácil aunque las ventas de los mataderos han sido fluidas y no es descartable que el frío retarde la oferta de ganado.

Opinamos que la "prueba del nueve" se sufrirá después del verano: es posible que la inevitable cesión en el precio de la canal (reiterada año tras año después de agosto) se confronte a una persistente firmeza en el precio del alimento. Queda lejos pero puede representar un punto de inflexión definitivo.

Pensamos que en este mes de enero no es descartable una suave subida de la canal (a pesar de Alemania y sus tics catastrofistas) a la espera de una clarificación de la oferta. La producción porcina necesita que el invierno sea riguroso o, mejor, muy riguroso.

La verdad es que "la bola de cristal" no existe: es imposible predecir los avatares del sector porcino a lo largo de un año en que todo puede suceder (integridad del euro, demanda en China, facilidades para acceder a crédito, crisis económica en el primer mundo...). Nada es descartable.

Lamentamos no poder "inyectar directamente en vena" dosis de optimismo, créannos, nada nos gustaría más.

Como dijo el filósofo latino Lucio Anneo Séneca: "la vida se divide en tres tiempos: presente, futuro y pasado. De éstos, el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto".


Guillem Burset

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