En Dinamarca se han implementado una gran variedad de medidas para regular el uso de antibióticos en la producción de cerdos. No es posible comparar el consumo de antimicrobianos en Dinamarca con muchos otros países, puesto que casi ninguno tiene un registro detallado de su uso en ganadería. Sin embargo, entre los que recogen datos, Dinamarca posee uno de los niveles más bajos de uso de antibióticos en veterinaria. Las políticas tomadas a lo largo del tiempo se ilustran en la figura 1 y se describen con más detalle en este artículo.
Figura 1. Acciones para regular el uso de antibióticos en la producción porcina danesa. El uso de antibióticos se refiere a todo tipo de ganado, del que más del 80 % son para porcino.
Regulación estricta de las prescripciones veterinarias
En 1998 los fármacos veterinarios pasaron a venderse sólo mediante prescripción veterinaria, no permitiendo más que los veterinarios sacaran provecho a las ventas de antibióticos. Las regulaciones iban encaminadas a una mayor presión del gobierno para controlar tanto a los veterinarios como a los productores. De este modo, en 2005, Dinamarca implementó políticas requiriendo auditorias bianuales de los veterinarios que trabajaban para la industria porcina, aumentando la prevención de los veterinarios en sus prescripciones.
VETSTAT
En 1998 se implementó un sistema de monitorización del uso de antibióticos (VETSTAT). Se recogían los archivos de prescripciones tanto de veterinarios, de fábricas de piensos o de empresas privadas, asegurándose de que todos los antibióticos de uso animal quedasen registrados. Esto se realizó en todas las especies y a nivel de explotación. Los veterinarios y productores podían ver los datos de sus sitios de producción y compararlos con medias de consumo nacionales o regionales (figura 2). Esto también facilitó que el gobierno tomase medidas basándose en el uso individual de un ganadero para una especie determinada.
Figura 2. Ejemplo de datos que podían obtenerse de VETSTAT por el granjero o veterinario. La figura ilustra el uso de antibióticos en una explotación por meses en ADD (dosis por animal y día).
Prohibición del uso de antimicrobianos como promotores del crecimiento
En 1995 se prohibió el uso del promotor del crecimiento avoparcina, en 1998 se prohibió el uso de promotores en el engorde y en 2000 se produjo la prohibición total en todos los grupos de edad. La prohibición empezó como un esfuerzo voluntario de la industria que posteriormente el gobierno implementó en la legislación.
Como se ilustra en la figura 1, el consumo total de antimicrobianos disminuyó significativamente a causa de esta acción. Tras la prohibición, muchas explotaciones sufrieron un aumento en la incidencia de diarrea entre los lechones destetados lo que comportó un aumento del consumo terapéutico de antibióticos. Sin embargo, los productores de porcino daneses consiguieron asumir estos cambios implementando múltiples cambios en su manejo (por ejemplo, retrasar el destete, mejoras en la dieta, aumento del espacio por lechón, mejoras en el tipo de suelo...).
Restricción del uso de fluoroquinolonas y cefalosporinas
Dinamarca ha desarrollado políticas para reducir el uso de antibióticos clasificados como de importancia crítica para la medicina humana por la OMS. De este modo, en 2002 se restringió el uso veterinario de fluoroquinolonas a los casos en que ningún otro antibiótico fuera efectivo. La prescripción de fluoroquinolonas tiene que ser notificado a los funcionarios estatales. Asimismo, en 2010, se implementó una prohibición voluntaria de la industria en el uso de cefalosporinas durante un periodo de 2 años.
La iniciativa Yellow Card
En 2010 se desarrolló un nuevo sistema – la iniciativa Yellow Card, cuyo objetivo eran los productores porcinos que más antibióticos consumían. Las granjas porcinas que excedían el límite reglamentario estaban sometidas a medidas cautelares para reducir su uso, a un aumento de la monitorización por los funcionarios y a varias sanciones. En comparación con las políticas previas, ésta iniciativa está más dirigida a los productores que a los veterinarios.
Cada año, la Danish Veterinary and Food Administration (DVFA) establece los límites máximos de consumo de antibióticos para cerdos de tres grupos de edad. En 2010, aproximadamente el 10% de las explotaciones danesas estaban por encima de los límites de la Yellow Card. El consumo de antimicrobianos en cerdos se evalúa como dosis diaria por animal (ADD) en 100 animales durante los 9 meses previos (por grupo de edad). Los límites actuales en ADD/100 animales son de 5,2 para cerdas y lechones, 28 para destetados y 8 para cebo.
En julio de 2010, los granjeros con un uso de antimicrobianos cercano a estos límites fueron avisados por el Danish Veterinary and Food Administration de que, a menos que tomasen acciones para reducir su uso de antibióticos, recibirían una Yellow Card en diciembre de 2010. El aviso comportó una disminución en el consumo nacional de antibióticos en cerdos de un 12,5 % durante el último medio año de 2010 en comparación con el mismo periodo de 2009. En diciembre de 2010 se emitieron las primeras Yellow Cards, seguidas de una orden para reducir el consumo de antibióticos en la explotación por debajo de los límites máximos durante los nueve meses siguientes al requerimiento. Durante dicho período de 9 meses las autoridades pueden añadir más restricciones a la mediación oral y realizar visitas sorpresa a la explotación. El propietario de la explotación está obligado a pagar una tasa por cada requerimiento o prohibición emitida y por cada visita de inspección. El uso de antibióticos en la producción porcina danesa ha continuado descendiendo en 2011, por lo que el consumo enero-junio de 2011 fue un 25 % menor que en el mismo periodo de 2010 (figura 3).
Figura 3. Consumo de antibióticos en la producción porcina danesa. En julio de 2010 se implementó la iniciativa Yellow Card. La línea negra abarca el período de 9 meses.
El futuro
La iniciativa Yellow Card ha reducido el uso de antibióticos en la producción porcina danesa a un nivel muy bajo. En un reciente estudio europeo Dinamarca aparece como uno de los consumidores más bajos de productos veterinarios. Sin embargo, los animales enfermos necesitan tratamiento, por lo que la reducción no podrá ser mucho mayor.