Fuentes de selenio
Al principio, las fuentes de suplementación del pienso con selenio fueron sales inorgánicas, comúnmente selenito de sodio (Na2SeO3), fácilmente disponible a un coste razonable. Pero con el progreso de la investigación del metabolismo del selenio, se hizo evidente que a menudo el selenio funciona en combinación con proteínas, lo cual suscitó la pregunta de si la suplementación del selenio en forma orgánica podría ser más efectiva que los compuestos inorgánicos. Se inició una investigación sobre el uso de formas orgánicas de selenio, que fue facilitada por el desarrollo de cultivos de levaduras con niveles controlados de selenio (el Poder, 1994). Utilizando como criterio de respuesta la formación de selenoenzimas y glutation peroxidasa, se mostró que las levaduras ricas en selenio fueron una fuente más eficiente de selenio suplementario en las dietas animales que las formas inorgánicas del elemento. Algunos de estos trabajos se realizaron en porcino donde, por ejemplo, Mahan (1999) observó que la suplementación de levaduras ricas en selenio supuso un aumento de los niveles de selenio en el lomo de más del doble que los obtenidos con selenito de sodio.
Con todo estos beneficios de protección de la salud (existiendo todavía otros) parece asumida la necesidad de la suplementación de selenio el la producción porcina. Uno se cuestiona si la suplementación continuada de las dietas del cerdo con selenio puede alcanzar un punto de saturación más allá del cual su uso no conlleve beneficios adicionales, pero parece que esto no ha ocurrido.
Beneficios para la salud humana
Recientemente, han aparecido otros beneficios potenciales que tienen una especial aplicación sobre el consumo de productos del cerdo. Algunas observaciones a nivel mundial del estatus de selenio en humanos, han propuesto que en el futuro las deficiencias de selenio en la dieta pueden llegar a ser un problema creciente. Básicamente, este problema surge a causa de la tendencia común de aplicar abonos que contienen N, P y K para la cosecha de alimentos sin retornar a la tierra cualquiera de los otros elementos minerales esenciales, incluido el selenio. Esta práctica tiene el efecto de aumentar la biomasa de las cosechas producidas, que tiende a diluir los niveles inherentes de elementos como selenio hasta el punto de no suministrar los niveles adecuados para la protección de la salud de los animales y personas. Margaret Rayman, de la Universidad de Surrey en el Reino Unido ha indicado que los niveles actuales de ingestión de selenio en Europa y algunas otras regiones del mundo ya no son adecuados para permitir la completa expresión de los efectos protectores de las selenoproteinas (Rayman, 2005).
Una manera de encarar este desafío es agregar las cantidades apropiadas de selenio a los abonos destinados a la tierra para el cultivo de alimentos o forraje, produciendo así plantas o alimentos animales ricos en selenio. Debido a que el 32% del total de la dieta humana consiste en carne y otros productos animales, existe la oportunidad de aumentrar la ingestión de selenio a través del incremento de selenio de los piensos suministrados a animales de abasto, como el cerdo. Estudios de la Ohio State University, en EE.UU. mostraron que la suplementación de los piensos con levaduras ricas en selenio produjo un incremento de cerca el 75% del contenido en selenio de la carne del cerdo (respecto a una dieta basal no suplementada) (Mahan and Parrett, 1996). Por tanto, más allá de los beneficios probados en la producción, el enriquecimiento con selenio de la carne de cerdo y otros productos alimenticios parece ofrecer una vía para mejorar la salud de las personas en el futuro.
Escribe James E Oldfield James.E.Oldfield@orst.edu