Los mercados europeos han mostrado un cambio de tendencia a lo largo del mes, en efecto, los mínimos del año se han quedado atrás y en mayor o menor medida todos los mercados se han reajustado al alza. Sin bandazos, las dos últimas semanas de noviembre consolidan (en Europa) un nivel algo mejor que en octubre.
El mayor tirón alcista lo hemos vivido en la Península Ibérica. Nuestro mercado ha vivido tres mercados consecutivos al alza del cerdo en vivo aunque nadie ha podido trasladar prácticamente ningún aumento a la carne.
Casi la totalidad de las subidas se han realizado con cargo “al bolsillo” del matadero, lo que es un síntoma claro de fragilidad de las mismas. El margen de los mataderos no es bueno y nos parece que, si no cambian los mercados exteriores, será enormemente complicado que nuestra cotización pueda subir más.
El comercio de carne en noviembre no ha sido malo: la industria se prepara para Navidad comprando sin complejos (es innegable que el jamón para cocer se vehicula con más facilidad), algunos nuevos Estados Miembros muestran más actividad (con claras ganas de suplir deficiencias internas) y el invierno empieza a estimular consumos en los países del este europeo.
Las espadas siguen en alto. Probablemente asistiremos a una serie de repeticiones en diciembre (si acaso variaciones mínimas) que deberían conducirnos a encarar los festivos de Navidad y Fin de Año sin riesgos de desplome.
Ninguna ley de economía sostenible arreglará los problemas del sector porcino, tampoco la privilegiada posición del español Joaquín Almunia (nuevo Comisario de Competencia) no representará ninguna ayuda –ni por activa ni por pasiva-: como siempre tocará a cada operador lidiar con la más fea. No queda más remedio que apretarse los machos y aguantar, aguantar, aguantar,……
Las estadísticas oficiales de la UE muestran una disminución de la cabaña porcina (cifrada en un 2% en el conjunto de la Comunidad); es muy probable que continuar rebajando los efectivos porcinos sea la única solución real y efectiva, adecuando nuestra oferta a un consumo frágil y errático en los últimos seis meses.
El frío intenso (ausente hasta hoy en España) ayudará, el alto ritmo de matanzas ayudará, la cercanía de la Navidad ayudará…..solamente a consolidar el actual nivel, nada brillante por lo demás.
Entraremos en 2010 con las espadas en alto, si algo se tuerce (atasco del consumo, rebrote de la crisis financiera internacional, ausencia de frío extremo,…) no es descartable una inflexión a la baja a la espera de la primavera.
Como dijo Einstein: “Nunca pienso en el futuro, ya viene lo bastante rápido”
Guillem Burset |