Nos acercamos al final de año con un balance mucho más positivo de lo que doce meses atrás podíamos pensar. A finales de noviembre del año pasado la cotización española estaba por debajo del euro por kilo vivo y sin visos de reaccionar. Ni los más optimistas podían imaginar que un año más tarde se habría consolidado un precio promedio de más de 1,12 euros, superior al precio de coste.
La verdad es que el sector porcino español en su globalidad (ganaderos, mataderos, salas de despiece e industria de transformación) está tranquilo. Todas las actividades presentan beneficios en este momento (no hace falta añadir que beneficios comedidos en todos los casos pero beneficios al fin para todos) y quizás fuera una buena idea "congelar precios y mercados" hasta después de Navidades. No por irrealizable la idea nos resulta menos seductora.
La realidad es que Europa sigue su marcha al rebufo de lo que Alemania dispone. Allí no sobran cerdos (se ha comentado en anteriores comentarios la reducción de la cabaña) y los sacrificios se completan importando cerdos vivos de sus países vecinos. Las tensiones que ello ocasiona se han resuelto con tres subidas consecutivas (+ 2, + 2 y + 3 céntimos en canal), a las que España ha dado la espalda. La situación al sur de los Pirineos es bien distinta de allende el Rin. Allí faltan estructuralmente cerdos, aquí la cabaña crece sin cesar. Es cierto que nuestro precio es inferior al alemán puesto que las situaciones son diferentes. Cotizamos con diferencia por debajo de Alemania por primera vez en años.
El "peligro que no cesa" del encabezamiento se refiere a la situación en Norteamérica, que no lleva visos de mejorar. Tanto USA como Canadá siguen inmersos en un marasmo de cerdos muy abundantes y precios ruinosos. Existen verdaderas dificultades allí para sacrificar los cerdos ofertados, semana tras semana el mismo escenario.
Nuestra cotización está sobre 1,12 €/kg vivo, la alemana sobre 1,20 €/kg vivo. En USA y Canadá están sobre 0,73 y 0,63 €/kg vivo respectivamente (Estados Unidos reacciona suavemente al alza en la segunda mitad de noviembre). Son más de dos meses con estas enormes diferencias y con matanzas máximas. Tanta carne debe encontrar acomodo y sin duda lo hará a costa de la carne europea. Tememos que con el cambio de año le resultará difícil a la carne europea encontrar destinos aceptables.
En enero llegará la hora de la verdad. De momento el ejercicio se ha salvado con holgura y esto ya es irreversible. Tranquilidad hasta enero parece la receta.
Terminamos con una sentencia del gran Séneca: "Quien pretenda llegar a un sitio determinado, emprenda un solo camino y déjese de tantear muchos a un tiempo. Pues esto último no es caminar, sino andar vagabundeando."
Guillem Burset