Noviembre acaba con una oferta de ganado abundante y muy sostenida a pesar de las matanzas récord de muchas de sus semanas; el peso de las canales es alto y la “gran exportación” (a países fuera del ámbito comunitario) ralentiza claramente su ritmo, el mercado español sigue muy deprimido aunque por desgracia este factor ya no es ninguna novedad.
Los factores enumerados en el anterior párrafo justificarían un descenso de la cotización que no se ha producido. En efecto, mercado tras mercado la resistencia a la baja es patente y sólo se ceden milésimas. Probablemente la firmeza de nuestros vecinos (los 4 céntimos perdidos en Francia lo fueron despues de dos meses consecutivos de alzas) refuerza la convicción de no ceder en los representantes del sector productor en la mesa de Mercolleida.
Diciembre será un mes muy particular: la próxima es una semana trufada de festivos (¿para cuando una racionalización de las festividades entre semana?) y terminará en Navidad y Fin de Año, cuando las perturbaciones están aseguradas en los sacrificios (algun gran matadero incluso toma vacaciones en Navidad a fin de minimizar la dificultad exportadora de estos días).
El quid de la cuestión -a ojos del ganadero- es resistir hasta enero; para el matadero diciembre representa la última oportunidad para aumentar margen si el precio cede. Creemos que el primer mercado de diciembre –hoy, descenso de 5 milésimas- ha sancionado, con su levedad, que 2011 ha sido un año muy distinto y que ya no quedan cartas por repartir: desde ahora hasta enero sólo restan escaramuzas, las batallas llegaran más adelante.
Lo cotidiano y lo inmediato no deberían ofuscar nuestra perspectiva: el sector cambia progresivamente y los retos son importantes. La proximidad del Fin de Año siempre es un buen momento para hacer una pausa y pensar. Sin ánimo de ser exhaustivos y con el fin de resaltar alguna tendencia clara mencionamos lo siguiente:
- Tanto en el sector productor como en el de mataderos el número de operadores se reduce: hay menos y son más importantes.
- La exportación aumenta año tras año: sin ella el sector en su globalidad no sería, ni de lejos, lo que es.
- La información circula cada vez más rápido y llega a más operadores (precios de mercado, novedades legislativas, resultados económicos de los competidores,etc.).
- Los márgenes se reducen en todos los eslabones de la cadena, la excelencia en la gestión es imprescindible para la simple supervivencia.
Para terminar un deseo: que el nuevo gobierno del estado acierte en sus decisiones y sea sensible a los temas del porcino.
Parafraseando al costaricense Max Jiménez: “La esperanza es un espejo colgado en el futuro”.
Guillem Burset