El cebo es sin duda la fase de la producción en la que se pueden encontrar más variaciones en todos los factores implicados en la misma, que a grandes rasgos son los animales, la alimentación, las instalaciones, el personal y el manejo.
Por todo ello, el diagnóstico diferencial de las diarreas si lo basamos exclusivamente en las observaciones clínicas y lesionales es más complicado que en lactación y en transición.
En los cebaderos que se llenan con lechones cuyo origen es conocido, los datos de cebos anteriores y los de las explotaciones de procedencia pueden servir de orientación. El problema se complica extraordinariamente en los cebaderos que se llenan con lechones de orígenes múltiples y de estados sanitarios desconocidos en los cuales cada cebo es diferente y presenta o puede presentar enfermedades diferentes.
Sin duda la enfermedad digestiva más grave en el cebo es la disentería porcina, que se manifiesta clínicamente con mayor intensidad en esta fase de la producción. Actualmente la disentería puede presentar signos clínicos muy variables en función de diversos parámetros epidemiológicos, entre los que destacan las condiciones de alojamiento, de la presión de infección y de la digestibilidad de la dieta. Estos signos clínicos varían desde una diarrea pastosa hasta la eliminación clara de heces hemorrágicas con grandes cantidades de mucus y de fibrina, que son el signo clínico más claro de la enfermedad. En ausencia de este signo característico cabe sospechar de disentería cuando hay una diarrea que se extiende lentamente de unos cerdos a otros afectando a veces solo a algunos corrales, que persiste durante mucho tiempo y que causa un deterioro muy evidente del estado general de los cerdos con anorexia clara y pérdida de peso evidente.
La espiroquetosis intestinal porcina, según los datos obtenidos en nuestro laboratorio, es mucho menos frecuente en España, aunque esto puede ser debido a la alta prevalencia de la disentería que haría menos apreciable la enfermedad causada por Brachyspira pilosicoli. Los signos clínicos son similares a los de la disentería, pero mucho más leves y prácticamente nunca hay eliminación de sangre en las heces.
La enteropatía proliferativa tiene también una prevalencia elevada en España, si bien su diagnóstico y el tratamiento consiguiente están haciendo bajar su incidencia en los cebos. En el diagnóstico de esta enfermedad en el campo es muy útil la necropsia, en la que es fácil observar lesiones características en el final del íleon y en el comienzo del intestino grueso que pueden variar desde una adenomatosis hasta un cuadro hemorrágico con hemorragias extensas en el íleon o con coágulos de sangre que ocupan la luz intestinal. Este cuadro es más común al final del cebo y sería el que podría confundirse clínicamente con mayor facilidad con la disentería, si bien sin tratamiento causa una mortalidad mucho más elevada que ésta y las lesiones son totalmente diferentes.
La diarrea epidémica porcina es otra de las enfermedades digestivas con una prevalencia relativamente alta en España. Típicamente es una enfermedad invernal que cursa con una diarrea líquida verdosa muy llamativa que se extiende con bastante rapidez por todo el cebadero. La epidemiología es, en este caso, muy orientativa para el diagnóstico. El cuadro clínico dura de 3 a 7 días en los cerdos afectados y cesa por sí mismo. Causa retraso del crecimiento y aumento del índice de conversión, per con una mortalidad baja salvo que haya complicaciones bacterianas.
Por último, la salmonelosis es otra de las enfermedades que pueden causar diarrea en el cebo con manifestaciones clínicas muy variables en función de los serotipos implicados. A la salmonelosis en cebo, causada por serotipos diferentes de Salmonella choleraesuis, se le atribuye más importancia desde el punto de vista de la salud pública (contaminación de la carne) que como agente patógeno “per se” y sin duda será uno de los problemas a los que habrá que enfrentarse en los próximos años debido a la Directiva de la Unión Europea recientemente aprobada y dirigida al control de las zoonosis vehiculadas por alimentos, entre las que destaca la salmonelosis.
Son también comunes en las diarreas en cebo las infecciones mixtas en las que pueden participar dos o más agentes patógenos.
Debido a la dificultad del diagnóstico clínico, salvo en casos muy evidentes es casi siempre necesario el diagnóstico de laboratorio para determinar con toda exactitud la etiología del problema y poder aplicar en función de esta un programa de control.
Diagnóstico diferencial de las diarreas en cebo
El cebo es sin duda la fase de la producción en la que se pueden encontrar más variaciones en todos los factores implicados en la misma, que a grandes rasgos son los animales, la alimentación, las instalaciones, el personal y el manejo. Por todo ello, el diagnóstico diferencial de las diarreas si lo basamos exclusivamente en las observaciones clínicas y lesionales es más complicado que en lactación y en transición.
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