Termina febrero con un precio del cerdo bajo mínimos: desde diciembre de 2007 no se daba un cotización tan baja.
En este mes de febrero se ha dado a conocer el dato que la cabaña de porcino española ha superado a la alemana. El Estado Español se ha convertido en el tercer productor de porcino mundial, sólo por detrás de China y los Estados Unidos. El dato en sí podría parecer coyuntural; creemos que no, que esta situación se consolidará.
Exportamos prácticamente el 50% de la carne de cerdo que producimos (recordemos aquí que en mayo se cumplirán sólo 27 años de la primera exportación de carne de cerdo, poco después de la incorporación efectiva del Estado Español a la UE) y esa importante dependencia de la exportación nos expone cruelmente a los avatares del comercio mundial.
Sucede que tenemos más cerdos que nunca y los consumos no se muestran alegres en ninguna parte. Rusia cerró y no se la espera. Europa tiene todos los cerdos y la carne que necesita. El almacenamiento privado ya se terminó y nadie encuentra ninguna válvula de escape. Constatamos ahora que el almacenamiento sirvió sólo para aguantar a trancas y barrancas las cotizaciones.
En toda Europa la situación es de crisis total. Acumulamos más de tres meses de pérdidas severas. A finales de marzo llegará Semana Santa con semanas incompletas y matanzas reducidas. Desde ahora a Semana Santa pocas novedades se esperan; pasada ésta tocará regularizar los retrasos y con el buen tiempo primaveral deberían llegar mejores consumos. Los precios podrían remontar unas pocas semanas después de Pascuas siempre y cuando las matanzas se mantengan fluidas.
El matadero se las ve y se las desea para vender todo lo que mata, congelar para guardar no es una opción (faltan cámaras y dinero). Para vender hay que sacrificar precios y en esas andamos. La carne se vende muy barata y aún gracias que la compren. Todo muy demoledor. Un baño de realidad descarnada.
Necesitamos que los poderes públicos (léase Autoridades de la UE) tomen cartas en el asunto y se pongan en práctica soluciones o medidas imaginativas. Muchos expertos nos comentan que aplicar restituciones a la exportación de carne a terceros países sería la mejor opción. No podemos seguir así. Tendrá que hacer algo quien pueda hacerlo.
Sólo nos queda esperar mejores tiempos. Resistir, resistir y resistir.
Como dijo una vez William Shakespeare: “El destino baraja las cartas, pero somos nosotros quienes jugamos”
Guillem Burset