Termina agosto con la oferta de ganado presionando al alza y el matadero reticente a aumentar su actividad si el precio no afloja. Esta es la radiografía de la actualidad.
La contención de pesos y disponibilidades ha terminado. Los lechones aprietan (buena prueba de ello ha sido el derrumbe de su precio) y hay que generar plazas vacías en granja como sea.
Estimamos que en julio y agosto la actividad de sacrificio se ha ralentizado un 15% (efecto del calor). Las matanzas deben recuperarse y aumentar pero para ello el cerdo tiene que bajar. Cerdos, haberlos haylos. En las últimas seis o siete semanas el precio español ha navegado en un nivel unos 10 céntimos por kilo superior al de todos nuestros competidores (Alemania, Holanda, Dinamarca, Francia,….). Esta distorsión es recurrente ya que casi todos los veranos sucede. Francia (el primer destino de nuestra carne, no lo olvidemos) ha empezado a descolgarse y en el momento de redactar este escrito su precio es 17 céntimos inferior al nuestro.
España exporta más de la mitad de carne de cerdo que produce. Para poder exportar debemos ser competitivos respecto a nuestros más próximos competidores y ello pasa por alinear –como mínimo- nuestro precio con ellos.
Setiembre encadenará una cascada de descensos del precio. Es inevitable y, además, normal. El matadero reclama incentivos para incrementar matanzas. El límite del descenso dependerá del contexto internacional.
En 2016 España sacrificó un 8% más que en 2015 y, a su vez, en 2015 se sacrificó otro 8% más que en 2014. Dos crecimientos consecutivos de un 8% no son cualquier cosa y, muy importante: no ha habido penalización. Ni en 2015 ni en 2016 los balances ganaderos arrojaron pérdidas al final del ejercicio… a pesar de los negros nubarrones que se cernían sobre el sector a inicios de 2016 (precio alrededor de 0,95 euros durante unos seis meses, cabalgando ambos ejercicios, 2015 y 2016). Damos por descontado que los balances ganaderos de este año serán dignos de enmarcarse.
Existe un lógico optimismo que ni los más sabios osan desautorizar. De todas formas hoy en día todo pasa por la exportación. Con el mercado chino ausente (USA y Canadá son mucho más atractivos en precios que la vieja Europa) las piezas nobles deben colocarse en la UE y países aledaños. Ahora mismo el viejo continente no puede consumir toda la carne que produce si se mata al 100%, cosa que ocurrirá.
Creemos que a no tardar (cinco / siete semanas) el mercado europeo dará claras muestras de fatiga o saturación. Europa entera deberá reposicionar su precio para poder colocar excedentes en el mercado mundial.
A la inversa de lo que sucedía en la primavera: agosto termina con un precio más barato de cómo lo empezó y septiembre terminará con un precio más barato de cómo lo empezó.
Como dijo Woody Allen: “me interesa el futuro porque es allí donde pasaré el resto de mi vida”
Guillem Burset