El verraco
Es muy importante trabajar bien con el verraco. Es habitual ver que en granjas medianas o grandes se usa un mismo verraco durante 50-60 minutos o más, pasando por la gestación el lote de las destetadas, las posibles repeticiones e incluso las futuras reproductoras.
Hay que darse cuenta de que el verraco tiene un límite: su nivel de búsqueda de celos se mantiene aceptable durante 15-20 minutos, pero después decae. Lo mismo pasa sobre su capacidad de estimulación a las cerdas. Tras ese periodo su efecto estimulante sobre las cerdas decae. Por eso es importante usar distintos machos.
Hay que destacar un aspecto que pocas veces se tiene en cuenta. La cerda más difícil de recelar es la cerda repetidora o todas aquellas que están fuera de un protocolo predecible. Para entenderlo mejor, podemos usar un ejemplo muy gráfico: un colectivo de cerdas destetadas, o las primerizas que están en un lote con un celo previamente diagnosticado, generan un nivel hormonal feromónico en el ambiente. Es como si estuviesen en "una fiesta". Esto hace que expresen fácilmente el celo y la detección en estos grupos sea relativamente fácil. Por el contrario, una cerda vacía que repite entre cerdas que, si están gestantes, es como si estuviese en un "entierro". Eso la hace mucho más difícil diagnosticar.
Muchas veces se llega a estas zonas de posibles repeticiones después de haber ya trabajado durante mucho rato con las destetadas y se pasa a toda velocidad y con el verraco cansado. La consecuencia de esto es un mal diagnóstico de los celos de las repeticiones. Por eso en ocasiones vemos granjas con bajo número de repeticiones cíclicas (18-24 días) pero elevado número de repeticiones de doble ciclo (36-42 días). Otro caso similar es lo que me gusta definir como falsas acíclicas: cerdas a las cuales no se ha sido capaz de detectar celo a los 21 días, luego se diagnostican negativas al ecógrafo y que, después de una reubicación o movimiento, salen en celo 3-4 días más tarde. Oficialmente se clasifican como acíclicas, pero no lo son realmente.
A modo de resumen, la detección del celo debería seguir estos pasos:
- Empezar con el mejor verraco por la zona de las posibles repeticiones. De esta manera recelamos con el verraco fresco en la zona de más dificultad.
- Después, si sólo se tiene un macho, debe dirigirse a las zonas de las destetadas, pues aunque el verraco estará más cansado, éstas son más fáciles de recelar.
- Por supuesto si se tiene más de un verraco, después de la recela en la zona de posibles repeticiones, se deberá cambiar y usar uno fresco para las destetadas.
¿Cómo debe actuar el ganadero durante la recela?
Su comportamiento debe parecerse lo máximo posible al que tendría un verraco. Hay que recordar que un verraco, ante una cerda en celo, empieza acercándose, "mostrándole su olor", oliéndola, gruñendo, pero después la golpea en los flancos, la levanta por detrás, etc. hasta que la monta, debiendo la cerda aguantar los 250-300 kg del macho.
Es importante tener esto claro esto para huir de dos tipos de recela que a menudo se producen en las granjas y que son incorrectos: la recela excesivamente suave donde prácticamente sólo se acaricia a las cerdas, y el extremo opuesto, donde un contacto demasiado agresivo, o de sopetón sin previo aviso, lo único que hace es asustar a las cerdas e imposibilitar que muestren el reflejo de inmovilidad.
Por tanto, es necesario entrar a la cerda con suavidad, "avisarla" de que la estamos recelando. Pero después será necesario presionarla con cierta intensidad e incluso cargarla con nuestro peso para confirmar ese reflejo de inmovilidad.
Hay que considerar que siempre hay un importante número de cerdas que van a mostrar su celo aunque el manejo no sea el ideal y que el trabajo bien hecho, el trabajo "fino", nos ayuda con esas cerdas que presentan celos menos evidentes o más difíciles. Esto es lo que marca la diferencia que nos permite alcanzar los mejores resultados.
Las nulíparas
Como ya comentamos en la estimulación, el primer celo detectado en futuras reproductoras debe ser con contacto directo con los machos en corral. Así las primerizas salen antes en celo y quedan menos primerizas sin salir en celo que cuando las nulíparas están alojadas en jaulas.
En estos casos el papel del ganadero no puede limitarse a quedarse fuera del corral observando, debe estar dentro asegurando que cada una de las primerizas entra en contacto con el macho o machos de recela, asegurando que se produce el reflejo de inmovilidad, e impidiendo a la vez que se produzcan interacciones demasiado agresivas que pudiesen dañar a las primerizas.
¿Existe un horario óptimo de recela?
Obviamente la cerda debe haber comido antes de la recela. Como mínimo dejar hay que dejar pasar 45-50 minutos desde la comida, para que la cerda este tranquila.
No obstante para mí lo importante no es si se hace a las 8 o a las 10 de la mañana, lo fundamental es que haya una rutina trabajo. La recela debe hacerse siempre a la misma hora. Del mismo modo, es fundamental que haya poca variación en las personas que se encargan de este trabajo ya que cada persona tiene una sensibilidad distinta en la detección del celo, y si vamos variando de responsable perjudicaremos la fertilidad. Claro que hay vacaciones y fines de semana, que obligan a variaciones de personal, pero dentro de lo que se pueda la variación debe ser mínima.
Trabajar con verracos descansados, y un manejo adecuado por parte de los ganaderos son indispensables para detectar el celo adecuadamente. En el siguiente artículo hablaremos de qué medidas hay que tomar para realizar correctamente la inseminación.