Obtener una buena salida en celo, tanto de las destetadas como de las futuras reproductoras, mejorar la fertilidad y obtener la máxima prolificidad posible de la genética que estemos usando, continúa siendo un reto en la mayoría de las granjas.
Todas las pautas de manejo relacionadas con la salida y detección del celo, así como la inseminación, son determinantes en el éxito reproductivo de una granja. Lógicamente, empezamos por el principio y en este primer artículo tratamos de la estimulación de la salida en celo.
¿Cómo debe ser la estimulación de la cerda destetada?
Desde el primer día postdestete. Si has destetado por la mañana, esa tarde ya debemos estimular las cerdas con el macho. No debemos olvidar que siempre estamos haciendo la doble función, recela y detección. Si no recelamos desde el primer día no detectaremos las cerdas con salidas en celo tempranas.
Es importante estimular a las cerdas con distintos verracos, con una variación constante y lo más amplia posible. Uno de los problemas en muchas granjas es la escasez de verracos, no es infrecuente encontrar granjas con un solo verraco en la nave de nulíparas y otro en la nave de destetadas. Hay que ir cambiando los verracos que estimulan a las cerdas para incrementar la oferta sexual. Lo mejor es tener verracos hermanados, para poder trabajar a la vez con 2, 3 o más.
También es importante poder recelar mañana y tarde en aquellas granjas donde el horario lo permita. Es otra oportunidad para utilizar verracos distintos.
¿Qué importancia tiene la luz?
Es muy importante. En España, que es un país de luz, muchas veces hemos oscurecido las granjas al instalar sistemas de refrigeración en las ventanas. Hay granjas en las que, al realizar esta operación, ha empeorado la salida en celo. Los países del norte de Europa, que tienen poca luz, lo tienen claro y por eso instalan sistemas suficientes de iluminación artificial.
Debemos garantizar 16 horas de luz blanca. No valen bombillas amarillas y ni fluorescentes que en su momento fueron blancas pero que la suciedad les ha reducido la intensidad y cambiado el tono de blanco a amarillento.
La alimentación tras el destete
Este es un aspecto muy importante. La cerda debe comer todo lo que pueda tras el destete y hasta la inseminación.
No es un manejo fácil, ya que habrá cerdas que comerán más y otra menos, y estos días hay que añadir el trabajo diario de ajustar el pienso, pero nos da una pauta de referencia: una cerda debe comer en el intervalo destete-cubrición aproximadamente la mitad de lo que comía a final de lactación.
Otro aspecto clave a tratar es la estimulación de la cerda primeriza.
¿Qué aspectos debemos tener en cuenta?
Hay muchos aspectos a tener en cuenta y que determinarán el éxito en esta fase de la producción, pero uno de los principales es definir un momento fijo para la iniciación del contacto con los machos.
Alrededor de los 180 días debe empezar la estimulación. Un error que observo a menudo en las granjas es permitir que las futuras reproductoras alcancen 7,5 meses de edad, o más, sin haber tenido contacto con los machos.
La calidad de ese contacto es también importantísima. Igual que en las destetadas es preferible que el contacto sea dos veces al día y con variedad de machos, en las primerizas es muy importante que el contacto sea directo.
En las granjas que trabajan con genéticas con más dificultad de salida en celo, hay que llevar las cerdas al verraco, en vez del verraco a las cerdas. En estos casos es fundamental utilizar los verracos de tamaño y edad adecuados; se necesitan verracos de más de 10 meses, que sean sexualmente activos, pero que no sobrepasen el año y medio. Se trata de estimular, no de asustar a las primerizas o dañarlas.
Si después de 40 días desde el primer contacto con el verraco una primeriza no ha salido en celo, se debe mandar a matadero. En estos casos no se debería utilizar tratamiento hormonal, de esta manera se evita incorporar cerdas con dificultad en la salida en celo, que posiblemente después repitan esos problemas tras el destete. Esta medida se hace indispensable en las granjas de selección o multiplicación ya que, en caso contrario, se utilizarán abuelas que transmiten esta dificultad de salida en celo a sus descendientes.
Con una estimulación adecuada alrededor de los 180 días de vida, la mayoría de primerizas habrán salido en celo entre los 200-220 días de vida.
Recomiendo ponerlas en las jaulas tras detectar el primer celo. La primeriza reducirá su ingesta durante unos días, pero una vez adaptada, se podrá realizar un aumento de pienso adecuado (flushing) los últimos 15 días antes del siguiente celo, asegurando una buena ovulación, y con óvulos de buena calidad, cuando se insemine.
Una correcta estimulación de la salida en celo, tanto de la destetada como de la futura reproductora, es el primer paso indispensable para una buena fertilidad. En el siguiente artículo trataremos del segundo paso: la detección del celo.