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Lo primero es establecer un objetivo de prolificidad, ya que cada línea genética nos proporcionará unos objetivos distintos. Podemos tomar como guía 14 lechones nacidos vivos, por debajo de 1 nacido muerto y de 0,5 momificados.
La calidad del lechón viene definida por el comportamiento productivo de los lechones en la siguiente fase.
Incremento de nacidos muertos y/o disminución de nacidos vivos: ¿Qué debemos revisar?
- Al evaluar los nacidos muertos, el nivel de actuación debe centrarse en los porcentajes semanales y en la distribución de los NM (paridad de la cerda y número de partos donde se concentra esta mortalidad). Normalmente hay un mayor número de NM en cerdas primerizas, por la estrechez de la pelvis, y en cerdas a partir del quinto ciclo por pérdida del tono uterino.
- El estreñimiento de las cerdas bloquea el canal del parto incrementando los nacidos muertos. La administración de sulfato de magnesio o el incremento de los niveles de fibra en el pienso de periparto pueden ayudarnos con este problema.
- El aumento de la duración del parto hará que se produzca un incremento de los nacidos muertos intraparto, que también puede ser debido a aumentos de temperatura en paridera. Por lo tanto, la refrigeración en paridera es crítica en épocas calurosas.
- Para la supervivencia de los lechones es muy importante su tamaño. Los lechones de más de 1,5 kg y los de menos de 800 g tienen, por diferentes motivos, una mayor mortalidad.
Mortalidad de lechones tras el parto: ¿Qué debemos revisar?
En granjas en torno a los 16 lechones nacidos totales, este indicador debe estar alrededor de un lechón perdido por parto. Si superamos este nivel de pérdidas:
- Es necesario hacer un rápido encalostramiento de los lechones, ya que tiene dos funciones primordiales: aporte rápido de energía y aporte de inmunidad pasiva hasta que se desarrolle la inmunidad activa de los animales.
- Evitar dejar más lechones que tetas activas ya que se incrementa el riesgo de mortalidad, la competencia y los aplastamientos. Para limitar el uso de nodrizas, se pueden usar los sistemas las maquinas de dispensación de leche.
- Evaluar la vitalidad de los lechones al nacimiento. Los lechones poco vitales no realizan una ingesta rápida de calostro. La sincronización de partos puede ser un gran factor de riesgo para el incremento de bajas. La asfixia durante el parto y la vitalidad de los lechones está fuertemente correlacionada.
Incremento del % de camadas que presentan diarrea en la paridera: ¿Qué debemos revisar?
- Un manejo inadecuado del pienso en el final de la gestación e inicio de la lactación puede dar lugar a un edema mamario y, por lo tanto, una disminución del calostro que tendremos a disposición de los lechones.
- Un mal protocolo de limpieza y desinfección de las instalaciones, o de las reproductoras que entran en sala de partos, aumenta la cantidad de lechones con diarrea. Esta limpieza debe ser monitorizada.
- Un mal diseño de la paridera hace que se produzcan corrientes de aire no deseadas. Es aconsejable llamar a un especialista para que realice el diagnóstico de la ventilación. Un aumento de ciertas patologías como la epidermitis exudativa, o las estreptococias, es indicio de que la ventilación mínima en paridera no es la correcta. Se deben evitar tanto las corrientes de aire (exceso de ventilación), como las concentraciones de gases nocivos (baja ventilación mínima).
Si observamos un incremento en el número de lechones retrasados o un incremento de nodrizas debido a los movimientos de lechones retrasados, podemos tener más lechones sacrificados al destete por su baja calidad: ¿Qué debemos revisar?
- Deficiente vaciado de la glándula mamaria y bajada de la producción por retroalimentación negativa.
- Alimentación inadecuada en mitad-final de gestación que es cuando hay un mayor desarrollo mamario.
- Involución mamaria en los primeros dos días tras el parto, por no producirse estímulo de succión (disminuirá la producción de leche en el siguiente ciclo).
- Un manejo inadecuado y excesivo en los primeros días tras el parto disminuye la calidad de los lechones y la producción de leche de la cerda.
- La inducción de partos incide en la presentación de agalaxia, posiblemente por la pérdida de vitalidad de algunos lechones.
- Otros factores de riesgo en la presentación de disgalaxia postparto son el estrés de la cerda al ser introducida muy ajustada a su fecha de parto o patrones de alimentación incorrectos en el periparto, que dan lugar a edema mamario y por consiguiente una baja producción de leche.
La vacunación tanto de cerdas como de lechones afecta a la cantidad y calidad de los lechones producidos. Debemos verificar si el protocolo instaurado en la explotación se cumple a rajatabla. Las desviaciones entre la cantidad de vacuna suministrada y el consumo estimado en granja, tanto por defecto como por exceso, son un problema. Debemos verificar con sondas la temperatura de la nevera de conservación de las vacunas ya que una mala conservación altera la vacuna (gráfica 2).
En el gráfico 2 vemos que durante ciertos momentos la temperatura estuvo fuera del rango idóneo, lo que ha podido alterar la vacuna y por lo tanto de su eficacia.
Es importante definir una serie de factores y procedimientos de trabajo, que tienen importancia a la hora de alcanzar la excelencia en producción, ya que un manejo adecuado siempre nos llevará a alcanzar el éxito.
