Parafraseando a Fray Luís de León, podríamos empezar repitiendo su famosa cita “como decíamos ayer….”. Con ello pretendo decir que el mercado sigue estando inmerso en una situación de desconfianza y recelo.
Tanto los compradores como los vendedores son conscientes que los precios del cereal en general si no han tocado límites, poco les puede faltar. A pesar de ello y ante las incógnitas de volumen de producción para el año próximo, o lo que es lo mismo, la reducción de cabaña que en el caso del ternero y del cerdo ibérico ya es evidente, el comprador sigue siendo muy prudente a la hora de efectuar operaciones a futuro. A lo que el vendedor reacciona intentado encontrar el nivel de compra que anime a estos a tomar decisiones.
A ello hay que añadir, que el comprador tiene la sensación, cierta, que mercancía, ya sea trigo, maíz o cebada, va a haber la que haga falta y más; sea nacional, comunitaria o de terceros países; lo cual le hace sentir tranquilo y más porqué como recalqué en mi anterior comentario, tiene la íntima sensación de que si hay algún rebote de precios, no será significativo.
Resumiendo, a nivel internacional, seguimos inmersos en una situación de abundancia o de no escasez de materias primas, debido la crisis, a ello hay que añadir la falta de liquidez, lo que provoca que las mercancías se ofrezcan a niveles anormalmente bajos y además hemos de tener en cuenta que los fletes se han situado en precios de hace 5 años, con una bajada aproximada de 70 $/TM para los fletes Argentina-España.
Hay algo que me preocupa y es que algunos cereales ya están por debajo del precio de coste, lo que reafirma mi sensación de que los precios de los mismos han llegado al límite, excepto la cebada que sigo considerando que por la oferta que hay, las pocas ventas que se hicieron en campaña y el precio, aun hoy, anormalmente caro respecto al maíz y al trigo, hacen que siga pensando que seguirá bajando, a menos que los otros cereales reaccionen de manera significativa, cosa difícil de creer a día de hoy.
En cuanto al complejo de la soja, me reafirmo en lo dicho en ocasiones anteriores, o sea, a pesar que ha retrocedido unos 40 €/TM en cuanto al precio final, sigo siendo bajista, por los mismos motivos que ya apunté: bajada de consumo, precio de proteína (aun a día de hoy no barata) y por lo tanto vía flete (el que menos), vía divisa o vía futuros creo que seguirá cediendo de manera suave pero continua.
Jordi Beascoechea
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