Visitamos la granja Coagra, propiedad de Jaume Alòs y situada en la provincia de Lleida. Dentro del sector español, la granja tiene una serie de características que la hacen poco habitual. Jaume Alòs es un granjero independiente y eso hace que valore la implicación de sus decisiones en toda la cadena: inversión, costes y precio percibido. Otro elemento que en seguida se hace muy evidente es el buen quehacer respecto al análisis y el control financiero del proyecto llevado a cabo por Nuria. Y el tercer elemento viene dado por su categoría de granja familiar donde vemos el orgullo de la herencia recibida y la ilusión que genera en la familia la posibilidad de un relevo generacional por el interés de su hija Abril. Para mejorar la conciliación entre el trabajo en la granja y la vida familiar y mejorar el futuro del proyecto, la granja se expandió hace unos años para poder contratar personal y también incorporó tecnología.
El sistema está formado por una granja de 400 madres, organizadas en bandas de tres semanas con destete a 26 días. Se ceba el 100% de la producción en distintos engordes externos. La granja de madres trabaja con máquinas de alimentación electrónica en grupo dinámico con báscula incorporada para ajustar la ración al peso real del animal. También disponen de alimentación electrónica en maternidad. Trabajan con una hembra de genética danesa y finalizan con Pietrain halotano negativo.
El objetivo de la visita fue valorar el engorde en grupos grandes mediante pesaje y clasificación automática de los animales.
Se trata de una nave de nueva creación que viene a completar la rueda de engordes para poder cebar toda la producción. La experiencia previa con las máquinas de alimentación + báscula en el área de madres, fue un factor determinante a la hora de decidirse por esta tecnología en el engorde. La nave está dividida en dos grandes corrales (machos y hembras) que ocupan el 100% del espacio de la nave (figura 1).
El área destinada a preparar la carga se habilita con paneles cuando es necesario. El resto del tiempo se mantiene como área disponible para los animales. Existen dos corrales-enfermería de 3,5 x 3,5 m.
Funcionamiento básico:
Este sistema funciona sin chips de acceso. Mediante un sistema de puertas similar a lo que veríamos en una máquina de alimentación para cerdas, los animales entran en una báscula. En función del peso, el sistema separa el 50% de peso más alto y el 50% de peso más bajo y cada grupo es dirigido a un corral interior situado a derecha e izquierda de la báscula (figura 2). Cada corral de alimentación dispone de 4 tolvas dobles de 3 bocas. Una vez acaban de comer vuelven al grupo principal mediante una puerta solo de salida. El cebadero dispone de dos silos con pesaje automático para que cada grupo pueda recibir el pienso más adecuado a su peso.
Al disponer de los pesos reales, la programación de las cargas se realiza de forma precisa con varias semanas de antelación. En el momento que se quiere preparar una carga para matadero, normalmente la víspera, se le indica al sistema cuántos animales y a partir de qué peso deben ser separados. El sistema debe ser activado manualmente para asegurar que el corral donde se alojará el lote previsto para cargar está montado de forma correcta. Al pasar por la báscula, los animales con un peso superior al definido son desviados al corral de carga hasta llegar al cupo establecido. Ese corral dispone de bebederos para poder ayunar convenientemente al lote sin interferir en el consumo del resto de los animales.
Instalación:
La nave visitada es de obra nueva. Respecto a los costes de construcción, es evidente la inversión inicial en las básculas y en el sistema para clasificar a los animales, pero este tipo de diseño supone un ahorro considerable en tolvas, bebederos, paneles y puertas. Jaume es también un firme defensor de instalar pesaje automático en los silos. Esta herramienta le permite programar mejor las entregas de pienso, evitar los episodios de falta de alimento y también monitorizar si existe alguna incidencia de reducción de consumo que pudiera ser una alarma temprana de un problema sanitario.
Espacio:
La ausencia de pasillos, menor número de tolvas etc. en este tipo de engordes permite una mayor capacidad. Concretamente en esta nave pasamos de 820 plazas posibles en un engorde tradicional a 1000 plazas bajo el sistema de grupos grandes, lo que supone un 20% más de plazas. La granja mantiene un único origen y recibe exclusivamente los animales procedentes del lote de partos cada 3 semanas, con lo que los animales están habitualmente con una densidad de 0,75m2/cerdo y nunca por debajo del 0,70 m2. A veces intentar optimizar el uso de ese espacio entrando animales de un segundo origen puede originar más pérdidas derivadas de problemas sanitarios.
Mortalidad e incidencia de vicios: Después de casi tres lotes no se han observado diferencias en mortalidad. Las observaciones del propietario son que la incidencia de vicios y peleas es menor en este tipo de diseño. Los animales poseen más espacio para huir, esconderse y mezclarse con otros, y además el diseño de las instalaciones permite algunas barreras ópticas.
Mejor confort climático: El cebadero dispone de cámaras para poder realizar una monitorización a distancia. Una de las observaciones que nos comenta Jaume es cómo los animales varían sus áreas de descanso en función del tiempo. Disponer de mucha más superficie les da más posibilidades para elegir o evitar las áreas donde detectan corrientes de aire, áreas de más calor, opción que en un sistema de corrales pequeños está mucho más limitada.
¿Qué aporta el sistema de grupos grandes en el día a día de la granja y en los costes de funcionamiento?
Jaume Alòs es un firme defensor de que la tecnología nos ayuda a hacer mejor nuestro trabajo, pero el trabajo humano sigue siendo irreemplazable. El sistema de pesaje de silos y el acceso a la báscula permite saber si el grupo de animales sigue su patrón de alimentación habitual, lo que nos da un sistema de alerta temprano, en el caso de aparición de enfermedades (figura 5). Se monitoriza cuánto pienso han consumido y cuántas visitas al comedero se han producido.
No existe identificación del consumo individual de los animales y el sistema no sustituye a la supervisión por parte del personal, que en este caso se realiza dos veces al día. Esta granja trabaja con dos silos y 4 piensos distintos.
- Desde la entrada a los 18-20 kg hasta los 25 kg
- De 25 a 40 kg
- De 40 a 70 kg
- De 70 kg hasta la salida
Combinando las existencias reales de pienso en los silos, con el peso real de los animales, los cambios de pienso se realizan de forma óptima. Poder ajustar mejor los cambios de pienso al peso real de los animales aporta una mejora en el coste de producción en comparación con el sistema de cebo estándar en el que el cambio de pienso se produce para todo el grupo al mismo tiempo y sin tener los pesos reales del 100% de los animales. Si bien no se observan diferencias en el índice de conversión, sí que mejora el coste de producción, registrándose un mayor crecimiento en este sistema.
¿Qué aporta este sistema en la entrega a matadero?
El proceso de preparación de las cargas es mucho más rápido, preciso, eficiente y menos estresante para animales y personal. Después de casi tres lotes, la liquidación de los animales procedentes de este sistema presenta un beneficio de alrededor de 1,5 céntimos €/kg de peso vivo respecto a animales del mismo origen, igual genética y nutrición procedentes de engordes de corrales de 3 x 3. Básicamente, el % de animales entregados dentro de las especificaciones del matadero está por encima del 95%. Disponer de datos precisos del peso de los animales que conforman el lote entregado permite también compartir esta información con el matadero en caso de que exista alguna incidencia respecto a los pesos a la entrega.
El lavado y preparación de la nave es también significativamente más rápido y fácil al tener menos laterales, rincones, tolvas etc.
Esta granja es un ejemplo de lo que puede aportar la ganadería de precisión en el área del cebadero.
Queremos agradecer a la familia Alòs por su tiempo, amabilidad y por toda la información que nos brindaron. La inquietud de Jaume por probar cosas nuevas, junto con el buen análisis de Núria y la ilusión de esa nueva generación que supone Abril son una fórmula ganadora.
Redacción 333